Los recortes amenazan el futuro de El Tamborers de la Sala, una de las instituciones más antiguas de Europa
La formación de origen medieval ha sufrido una drástica reducción del presupuesto
La vestimenta no se ha renovado en los últimos 25 años y se encuentra muy deteriorada
El Tamborers participaban en todas las procesiones pero este año sólo saldrán el Jueves y Viernes Santo
Luto en El Tamborers de la Sala de Palma por el fallecimiento de Crivi tras 44 años en la formación
Els Tamborers de la Sala, una de las instituciones más antiguas de Europa junto a Els Blavets de Lluc, atraviesan un mal momento debido a la falta de atención por parte del Ayuntamiento de Palma y los recortes en su presupuesto.Con la pandemia se suspendieron todos los actos en los que participaban El Tamborers pero ahora, cuando se ha regresado a la normalidad, soprendentemente sus intervenciones se han visto reducidas a la mínima expresión.
El Tamborers de la Sala es una formación de origen medieval que ha estado siempre ligada a las ceremonias políticas, civiles y religiosas organizadas por el Ayuntamiento de de Palma. La formación se creó como una entidad ciudadana estable en el siglo XVI.
Habitualmente El Tamborers de la Sala participan en la Festa de l’Estandard, la cabalgata de Reyes, las Beneïdes de Sant Antoni, las procesiones de Semana Santa y el Corpus Chisti. Durante estos años de pandemia sus salidas han sido prácticamente inexistentes. El pasado 31 de diciembre participaron en la Festa de l’Estandart y el 6 de enero en la cabalgata de Reyes.
Durante la Semana Santa Els Tamborers de la Sala participaban habitualmente en todas las procesiones, incluso en la los Estandartes que se celebró el pasado viernes, Viernes de Dolores, y en la del Domingo de Ramos. Este domingo ya no han participado por primera vez en el desfile procesional.
Las siete invertenciones habituales abriendo los desfiles de penitencia, este año se han reducido a dos, la procesión del Jueves Santo y la del Viernes Santo.
La reducción del presupuesto detinado a esta institución tan importante en la historia de Palma no sólo afecta al número de salidas que realizan El Tamborers sino también a su vestimenta, que no se ha renovado en los últimos 25 años. Es fácil observar el deterioro que la vestimenta ha sufrido a lo largo de los años ante la desidia del Ayuntamiento de Palma.
La publicación digital Uep! Cosetes de la nostra terra i altres explica que fue en 1529, según el cronista Juan Muntaner, cuando aparecieron en las Instrucciones de Cerimonial redactadas por Miquel Malferit (que era por aquél entonces el maestro de ceremonias de los Jurados de la ciudad), las primeras reseñas que hacían mención a la existencia de un “conjunto municipal de dos tamborers que eran nombrados por los Jurados». Más adelante, en 1589, se hallaron también escritos donde figuran ya nombres concretos de nombramientos de tamborers que, como dato curioso, debían aportar sus propios instrumentos.
La vestimenta que data del año 1824, cuando el Marqués del Palmer, regidor del Ayuntamiento de Palma propusiera designar una comisión para aprobar el diseño de un nuevo uniforme que se basó en el boceto que realizó el pintor oficial municipal, Pere A.Umbert y que describe Muntaner Bujosa de la siguiente manera: “Pechera blanca con chorrera; chaleco y calzones cortos de paño rojo con banda azul. Holgado chabán azul, también de paño, con chatarreras, bocamangas y una banda en los extremos de la prenda también rojas; cintas del mismo color cubren las costuras. Medias rojas y zapatos bajos negros; gorra o boina azul con cintas radiales rojas”.
«El tamborer major lleva medias blancas, casaca de paño azul oscuro con galones dorados, y se cubre la cabeza con un bicornio. Como insignia de su cargo lleva un largo y grueso bastón rematado con un gran pomo de metal”.
Hoy en día mayoría de las prendas mencionadas están muy deterioradas y muchos zapatos han perdido sus hevillas.
En el siglo XVII, en 1601 más concretamente, la llamada Banda de Tambores del Consistorio palmesano inicia una reorganización y se crea el cargo de “Tamborer Major” y posteriormente el de “Tamborer Mestre” que era el que se encargaba de la enseñanza de las tocatas.
También cuenta la publicacióln deigital Uep! que la labor de los tamborers consistia antiguamente en acompañar a los Jurados, publicar pregones, participar en los desfiles y actos de la fiesta de la Conquista e integrarse en las procesiones y cortejos festivos de caràcter excepcional, permitiéndoseles también poder entrar en la Catedral percutiendo sus tambores desfilando sonoramente por las naves del templo hasta la puerta del coro.
El número de los componentes del grupo ha ido variando con el paso tiempo. De los dos músicos de orígen, a un número superior a cuatro en el siglo XVII; ocho entre 1759 y 1769; cinco en 1849; siete en el 1900; nueve en 1968 hasta quedar en los 8 de la actualidad.
La “reglamentación” del grupo data del 22 de noviembre de 1759, cuando se aprobó el Nuevo arancel de los salarios y gastos de la Ciudad donde figuran las remuneraciones anuales asignadas a los tamborers y donde se estipula el número de ocho componentes, así como las obligaciones de la agrupación.
J.Massot y también A.Noguera constataron hace más de 100 años que uno de los perfiles del conjunto percusionista ciudadano eran sus particulares toques o diseños rítmicos, todos antiquísimos, definiéndolos como muy raros y difíciles de retener: “Els tamborers de la Sala han d’haver estudiat set anys devall terra” dijo el folklorista J.Massot. Los tamborers realizaban tocatas diferentes según requería cada ocasión.
El redoble, era como un toque de atención y se utilizaba a la hora de pregonar los bandos de la Alcaldía, la Santa Bula, etc.
Otra tocata era la Marcha de Comitiva tal como escuchamos hoy en las grandes solemnidades civiles y religiosas junto a la Corporación municipal. El repertorio lo completaban con la Marcha militar y una lenta Marcha fúnebre.