entrevista con el ex conseller de Hacienda y presidente de la Asociación de Profesores Plis

Pep Ignasi Aguiló: «Si Armengol permitiera el 25% de clases en castellano dejaría de ser presidenta»

"Tenemos dos idiomas, una realidad histórica, y en ese sentido, cumplir la Ley es cumplir la lógica y el sentido común"

"Al tomar partido por un determinado color político, el nacionalismo se está cerrando las puertas a hacer de bisagra"

La asociación de profesores Plis denuncia la trampa de la Ley de Educación balear para blindar el catalán

Armengol mantiene la imposición del catalán en la enseñanza sin un mínimo de horas en castellano

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Pep Ignasi Aguiló, presidente de la Asociación de Profesores Plis
Indalecio Ribelles
  • Indalecio Ribelles
  • Redactor OKDIARIO en Baleares, información local de Palma, social y política en general. Antes, redactor en EL MUNDO/ Baleares durante 20 años.

Presidente y fundador del colectivo de profesores de Baleares PLIS Educación, surgido hace ocho años para reivindicar la escuela como lugar de aprendizaje, libre de instrumentalizaciones ideológicas, y en defensa del bilingüismo, Pep Ignasi Aguiló (Palma 1962), es el primer portavoz de una entidad que batalla contra el pensamiento único nacionalista en los centros educativos de Baleares y para poner fin al monolingüismo catalán en las aulas.

Pregunta.- Se cumplen ocho años del nacimiento del colectivo PLIS Educación. ¿Qué balance hace?

Respuesta.- Creo que es una entidad que era muy necesaria porque de alguna manera lo que había dominado y lo que sigue dominando en el mundo educativo balear es el pensamiento único. Hay una especie de idea de que las cosas son como son y que no se pueden cambiar. Una dirección que es la única que hay, y quien se salga está en riesgo de ser marginado. De manera que es otra forma de ver las cosas. Es un contrapunto, lo cual en sí mismo es muy positivo. Pero, además, da cabida a mucha gente que se sentía huérfana, que no formaba parte del grupo del pensamiento único y  se sentía excluida.

P.- ¿Por qué es tan complicado hacer entender al sector educativo balear  que el bilingüismo es una cuestión de respeto a la Constitución?

R.- Porque el mundo educativo, el catalanista sobre todo, que tiene una entrada muy grande en el sector educativo, rechaza el bilingüismo. Cualquier cosa que vaya en el sentido de un equilibrio es negativa. Tiene que haber una preponderancia. Han ido cambiando el discurso. Sabemos que inicialmente, cuando empezaron las autonomías y la transición, sostenían que era importante utilizar el idioma materno en el aprendizaje, y a medida que iban ganando terreno, el discurso cambia totalmente. El discurso es que el bilingüismo no es posible, porque una lengua se impone sobre la otra.

P.- ¿Por qué en Baleares se ha tardado tanto en denunciar esto ante los tribunales?

R.- Porque ha sido difícil. Básicamente en Baleares, a diferencia de Cataluña, la inmersión lingüística es total: 100 por cien. Y no está marcada por la Ley. Es una cuestión de facto. Aquí se empezó con el Decreto de Mínimos que, en teoría, era para para equilibrar las lenguas. Pero al final, ha sido básicamente para que una domine por completo, a través de lo que se llaman los proyectos lingüísticos de los centros. Y eso se ha llevado con sigilo, con una falta de transparencia, prácticamente total. Cuando nosotros quisimos saber cuál era la realidad, pedimos que se nos facilitasen los proyectos lingüísticos, y no hubo manera. De hecho, no estaban colgados. A los padres se les decía, que tenían que estar de acuerdo con el proyecto. Firmaban un documento como que estaban de acuerdo, con un proyecto que no habían visto y que la propia Conselleria, tampoco había visto. Eso nos llevó a tener que pedirlos a través de la Oficina de Transparencia. Finalmente, la Conselleria nos facilitó una parte muy importante, no todos, y después, hay que analizarlos y eso lleva tiempo. Percibíamos que era así pero necesitábamos documentarlo.

P.- Cuando un padre va a matricular, por primera vez, a su hijo a un centro escolar en Baleares, desconoce el proyecto lingüístico.

R.- Lo desconoce totalmente. Tiene que aceptarlo y lo desconoce. El mundo educativo es un sector al que le falta transparencia. Se ha aceptado una forma de actuar y se maneja entre una serie de personas y de ahí es difícil salir.

P.- En el ámbito educativo balear, el nacionalismo es la corriente que más peso tiene. ¿Hasta que punto el PSOE es responsable de esta situación?

R.- Yo creo que son responsables, prácticamente, todos los partidos, pero el PSOE es mucho más, porque gobierna con los nacionalistas y lo ha utilizado como arma política.

P.- ¿Por qué Armengol se niega a que los colegios ofrezcan un 25% de clases en castellano?

R.- Porque dejaría de ser presidenta. Básicamente, porque se encuentra contra la espada y la pared. Tiene que cumplir la normativa por un lado, pero por otro, tiene unos socios que le va a exigir que se salte la Ley. Va a tener que buscar, de hecho es lo que está haciendo, ese hueco entre cumplir la Ley y atender las demandas de los socios.

P.- ¿Es posible tener una sentencia similar a la del Supremo en Cataluña aquí en Baleares?

R.- Creemos que será exactamente igual.

P.- ¿Y a partir de ahí qué?

R.- Confiamos en el sistema, en el político y en el judicial, en el sistema estatal y en la defensa de los derechos de las personas. Pensamos que los tribunales, cuando hablen, harán cumplir la Ley.

P.- Esta semana en Baleares, unos padres de familia no se querían identificar porque tenían miedo a defender en público su derecho al bilingüismo en la educación de sus hijos.

R.- Ahí es donde juegan un papel, muy importante, las organizaciones civiles. Los padres no tienen por qué ser héroes. No hay que pedirles que hagan heroicidades, ni que se identifiquen, ni tan siquiera eso. Hasta ahora, quien pensaba lo contrario se auto exiliaba. A partir de esta sentencia y a partir, sobre todo, de las acciones de PLIS y de otras organizaciones que están detrás, las cosas están cambiando. En los próximos tiempos veremos como es mucho más fácil que los padres se identifiquen porque se van a encontrar respaldados. Y no sólo en los tribunales, sino en un conglomerado social que les apoya.

P.- La imposición del monolingüismo en catalán, también perjudica al resto de españoles, en especial, a las familias que se tienen que desplazar a Baleares con menores a su cargo.

R.- Sí, desde luego. Tenemos dos idiomas. Pedir que uno de ellos tenga una presencia de un 25%, no excluye para nada al otro. Eso es lo fundamental. Tenemos dos idiomas y una realidad histórica. En ese sentido, cumplir la Ley es cumplir la lógica y el sentido común. Lo contrario es básicamente un intento de utilización de cara al poder.

P.- ¿Cree que un cambio político podría provocar una vuelta al calcetín en el sector educativo y abrir las puertas al bilingüismo en Baleares?

R.- El presidente Sánchez, al aliarse con los nacionalistas, y éstos, al tener la deriva que tienen, independentista, secesionista, están poniendo muy difícil el papel que han tenido históricamente y que les ha dado fuerza, el de bisagra. Una alianza PP nacionalistas, es cada vez es más difícil. Al tomar partido por un determinado color político, el nacionalismo se está auto bloqueando, y eso, a medio y largo plazo, los va a limitar.

P.- ¿Qué episodio de la historia de España está mas tergiversado en los libros de texto en Baleares?

R.- Prácticamente toda la historia. Lo que puede resultar positivo para el conjunto del país, para lo que podríamos llamar cultura hispánica, eso se silencia, o se aparta, claramente. Se potencia lo que es más local y, en algunos casos, se llega a darle la vuelta. La idea fundamental que siguen los libros, en líneas generales, es ésta: intentar silenciar lo que no interesa.

P.- La historia de Baleares sigue siendo desconocida para los escolares.

R.- Absolutamente. En los libros de texto Baleares ha seguido la tónica de de Cataluña y, por lo tanto lo que se sigue es lo que se hace allí, tal cual. Esta es un poco la idea, y a lo que es propio de Baleares, lo que es cultura balear, no se le da prácticamente importancia.

P.- ¿Situaciones como la vivida en Canet, se pueden repetir en Baleares?

R.- Es difícil que en Baleares se dé, por el carácter balear y por la forma de hacer las cosas. Pero que haya una presión en el mismo sentido, sí.

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