El Pacte estuvo seis años sin evaluar a los alumnos de Primaria mediante pruebas objetivas externas

El alumnado de Educación Primaria de Baleares lleva seis cursos sin haber sido evaluado por la Conselleria de Educación mediante pruebas objetivas y externas, las llamadas evaluaciones diagnósticas que examinan periódicamente las competencias matemáticas y lingüísticas de todos los alumnos de 4º de Educación Primaria. Se trata de una evaluación de todo el censo escolar de este nivel, no de una muestra de varios colegios.

La evaluación diagnóstica, tal como señala la LOMLOE y como apuntaban ya la LOE y la LOMCE, tiene como objetivo principal realizar un diagnóstico del sistema educativo evaluando las competencias lingüísticas y matemáticas y, opcionalmente, de otras materias, en los niveles intermedios de la Educación Primaria y la Educación Secundaria Obligatoria.

La información obtenida en estas evaluaciones externas se suma a la facilitada por las propias evaluaciones internas de los centros para cada alumno, posibilitando a directores y docentes conocer el nivel académico de su alumnado comparado con otros centros baleares y abordar así las deficiencias halladas para mejorar el proceso de enseñanza y aprendizaje de cada centro y profesor.

La última evaluación del Institut d’Avaluació i Qualitat del Sistema Educatiu de les Illes Balears (IAQSE), el organismo adscrito a la conselleria encargado de organizar estas evaluaciones obligatorias, se remonta al curso 2017-18, cuando los alumnos de 4º de Primaria de todos los centros educativos de Baleares fueron evaluados en matemáticas, las dos lenguas cooficiales, inglés, ciencias y tecnología.

Como ocurriera también con las pruebas diagnósticas para alumnos de 2º de Educación Secundaria, como ha venido informando OKDIARIO, en los ocho años de gobierno de la socialista Francina Armengol, con Martí March al frente de Educación, esta prueba diagnóstica sólo se realizó una vez para los alumnos de Primaria. Un dato que contrasta con lo que sucedía bajo los gobiernos de José Ramón Bauzá y Xisco Antich cuando se realizaban, o al menos se daba la oportunidad a todos los centros de que las realizaran, este tipo de evaluaciones externas todos los años.

Así consta en la web del IAQSE que enumera todas y cada una de estas evaluaciones externas que diagnostican las habilidades lingüísticas y matemáticas de todos los alumnos de 2º de ESO y de 4º de Primaria del sistema educativo balear efectuadas por este organismo público.

Dos años antes Martí March había suspendido las evaluaciones diagnósticas del curso 2015-16 que había convocado previamente para todo el alumnado de 3º y 6 de Educación Primaria tras la suspensión en el Congreso del calendario de implantación de las temidas reválidas de la LOMCE con las que el conseller se había mostrado muy crítico desde el principio.

En una carta enviada a los centros, March se quejaba de «la situación caótica que genera en la comunidad educativa la falta de previsión y la mala organización del Ministerio de Educación», en aquellos momentos en manos del PP. March sustituiría la evaluación externa programada por una mera validación por parte de una comisión mayoritariamente formada por miembros del IAQSE de las calificaciones internas de los propios centros educativos.

A la vista de esta situación, el pasado noviembre el nuevo conseller de Educación, Antoni Vera, dictaba una orden en la que convocaba para el curso 2023-24 las dos pruebas diagnósticas dirigidas a los matriculados de 2º de la ESO y 4º de Primaria. Cuando se celebren en abril y mayo próximos habrán pasado seis cursos desde que el IAQSE evaluara por última vez a todos los alumnos de 4º de Educación Primaria y siete para todos los de 2º de la ESO.

A eso hay que añadir que el alumnado de Primaria tampoco ha participado en las pruebas externas internacionales como la prueba PIRLS, que evalúa el grado de comprensión lectora, o la prueba TIMSS, que lo hace con las competencias matemáticas y científicas de una muestra de alumnos de 4º de Primaria. Los responsables educativos de Baleares renunciaron a participar en 2011, 2015, 2018 y 2021, a diferencia de un número creciente de autonomías que se han ido sumando a estas pruebas internacionales.