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José María Rodríguez, número 2 de Matas, aprovechó un tercer grado para celebrar la comida

Matas Rodríguez
Jaume Matas y el ex presidente del PP de Palma, José María Rodríguez en el banquillo de la Audiencia Provincial en 2018.
Indalecio Ribelles
  • Indalecio Ribelles
  • Redactor OKDIARIO en Baleares, información local de Palma, social y política en general. Antes, redactor en EL MUNDO/ Baleares durante 20 años.

La cúpula del PP balear en pleno, con su presidenta Marga Prohens a la cabeza y medio centenar de veteranos dirigentes y cuadros de mando del partido, almorzaron este pasado viernes en la localidad mallorquina de Sencelles, invitados por un José María Rodríguez, que aprovechó el tercer grado penitenciario del que disfruta para celebrar esa comida.

El que fuera secretario general del PP, siendo Jaume Matas presidente del Govern y del partido entre 2003 y 2007, dominaba todo el engranaje interno de la formación en Palma con mano firme, ocupando la presidencia durante casi 20 años y durante la época de Matas en toda Baleares, en aquella legislatura marcada, posteriormente, por los innumerables casos de corrupción que asolaron al PP tras la derrota electoral de 2007.

El ex presidente del PP de Palma es recluso del Centro de Inserción Social (CIS) con un régimen penitenciario más liviano, destinado, como es su caso, a aquellos presos que han obtenido el tercer grado, lo que les permite acudir únicamente a dormir de lunes a jueves.

Si Rodríguez cumple una pena de tres años y medio de cárcel, Matas batió con creces todas las marcas penales por su gestión en aquella infausta legislatura. Llegó a estar acusado de hasta doce delitos cometidos durante su etapa en el gobierno balear, ingresando en prisión por primera vez en prisión en 2014 y desde entonces ha estado entrando y saliendo de la cárcel. Su última condena fue en 2021, cuando el Supremo le castigó con diez meses más de cárcel.

En el caso de Rodríguez, las acusaciones fueron muchas pero sólo una acabó en una condena que ahora cumple, por el mal uso de fondos públicos para beneficiar a la empresa que se encargó de las campañas electorales del PP de Baleares en 2003 y 2007.

De hecho, fue expulsado del PP por orden de Mariano Rajoy en 2016, al verse implicado en una presunta trama de corrupción en la Policía Local de Palma, de la que fue absuelto. A sus 75 años y con unas elecciones a la vuelta de la esquina, si algo tiene Rodríguez es tiempo y ganas de recuperar mando en plaza aunque sea a distancia.

La cita de Sencelles no fue casual ni improvisada: el medio centenar de personas que se dieron cita en el restaurante Sa Vinya fueron llamados personalmente por Rodríguez hace  diez días para que asistieran a ese encuentro de confraternidad, a las puertas de la campaña electoral y cuando el PP está confeccionado las listas electorales, con las que concurrirá a las elecciones autonómicas, insulares y municipales.

Y no faltó nadie de los contactados, caso del secretario general del PP de Palma, Javier Bonet, marido de la presidenta regional Marga Prohens, que fue uno de sus fieles escuderos hasta la salida de Rodríguez del partido. O la secretaria general regional de la formación, Sandra Fernández. Los dos números dos, en el PP de Palma y Baleares, estuvieron con Prohens, sentados al lado de Rodríguez, así como el candidato a Palma, Jaime Martínez.

Aunque éste no forma parte de la familia rodriguista de toda la vida del PP de Palma, no faltó al almuerzo en plena configuración de su candidatura electoral. Básicamente porque en esa comida se ataron cabos y posiciones para esa candidatura a Palma, donde no faltará en puestos de salida el citado Bonet y gran parte del aparato rodriguista del partido.

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