Un fin de semana plagado de arte

¿Qué es un fin de semana? Recuerdan esta pregunta tan estupenda en boca de la condesa viuda de Grantham, seguro que sí, o eso espero porque se trata de uno de los momentos más geniales de la televisión, en el que un personaje de ficción, en una sola frase en forma de pregunta, cara de sorpresa y cierta indignación es capaz de definir toda una época. Una época a principios del siglo XX en el que la humanidad todavía no había vivido las guerras mundiales que estaban por llegar poco después. Tanto cambio para nada, porque sigue amenazándonos con una tercera cuatro petimetres de quinta incapaces de comprender que un fin de semana puede cambiar la historia, para bien casi siempre.

La gran diferencia es que los fines de semana actuales ya no son únicamente para descansar, antes, al contrario, sirven para agotarse y llegar al lunes deseándolo. La gente bien descansa fuera de sus lugares de origen, en islas perdidas donde nadie los ve. Comprobaran en breve como son sus veranos de ajetreados en la Isla de la Calma, pero hasta que llegue el momento álgido de las crónicas de sociedad al uso les contaré que se ha cocido de bueno en la Palma contemporánea que como la mansión de los Grantham vive cambios acelerados que en algunos casos resultan deliciosos. El arte en Palma se vive con pasión, de ahí que sus galerías sean uno de los lugares de encuentro de la buena sociedad, la de toda la vida y la alternativa, que en el fondo y en la forma es más pija y selectiva.

«Sólo gente guapa por favor», parecen decir algunas caras, entre ellas la mía por supuesto, en cuanto una reunión es invadida por quien no debe. Esta auto selección tiene una explicación, el arte se ha de respetar, al igual que a los artistas que lo merecen, y por supuesto a los galeristas. No se entra con la misma actitud en las galerías de la calle San Felio donde solo vale la Kewenig que en la de Oscar Florit, por poner un ejemplo. Ni se entra igual en la Esblank por supuesto, donde la competencia de bellezas es inaudita. Eso sí,  alternativas siempre, y selectivas más.

El viernes comencé mi extenuante y divertido fin de semana asistiendo a la inauguración en Esblank de Guillem Aulí, padre, por cierto, del ilustre joven creador Pau Aulí, de ahí que una ocasión especial que marcara el inicio de su nuevo programa de artistas residentes dentro del Programa de Asesoramiento de Artistas Visuales 2025-2026, acompañado de sus proyectos expositivos.

Tras su inauguración en septiembre de 2023, Esblank ha creado más de 10 exposiciones y ha brindado apoyo a 9 artistas internacionales, nacionales y locales. Además, ha colaborado con fundaciones, agentes de arte independientes y empresas culturales, contribuyendo al dinamismo de la escena artística contemporánea y a la creación de una comunidad cultural sólida.

En esta nueva etapa, Esblank rinde un homenaje a Mallorca, la isla que ha inspirado el nacimiento de este proyecto. Para ello, presenta una exposición individual del artista mallorquín Guillem Aulí, quien, con su propuesta titulada El retorn de les oronelles (El regreso de las golondrinas), ofrece una evocación nostálgica de la conexión con la tierra, la infancia y la belleza sencilla del paisaje mallorquín. La obra de Aulí captura la esencia del regreso de las golondrinas a la isla, una metáfora del verano, el sol, el mar y la tranquilidad que caracterizan a este rincón del Mediterráneo, un verano que ya se intuye en el ambiente. El título de esta exposición refleja un aire de nostalgia, vida e ilusión, evocando la imagen de un niño sentado en los peldaños de edificios altos, como iglesias, observando el ir y venir de las golondrinas, observando cómo construían sus nidos para cobijarse a sí mismas y a sus crías.

Representa un mundo que anunciaba el verano, los días largos, el sol, el mar, el tiempo para uno mismo, descansar, leer, dibujar, aburrirse, imaginar. Todo parecía posible en esos momentos mágicos de la infancia. Entre los asistentes muchas de las caras más cool de la isla y la voz inconfundible de Mary Lambourne, prima del divino Oscar Roses, interpretando tonades de pages, o de ball de bot, entre las formas creadas por Aulí y ante un público extasiado.

Lo mejor de la obra presentada es la interpretación que Guillem hace de la famosa araña de Louis Bourjois, que no es copia ni es nada, es enfrentarse al genio de los genios desde el respeto más absoluto. Antes del encuentro con el escritor y productor audiovisual José Redondo, un descubrimiento del que les hablaré en breve y tras la exposición cena en un japonés con el artista Ernesto Rodríguez, que es de otra dimensión, y con Nacho Rossich entre otros amigos que se alarga hasta el infinito y mas allá como es preceptivo.

Sábado de primavera en la madrugada que acaba en el Mercat de Pere Garau para tomar el aperitivo con amigos y que sirve para celebrar el compromiso de María Juan de Sentmenat y Patrick Popp. Nos juntamos alrededor de ellos Susy Gómez y Alberto Tomás que aparecen con una flor para cada uno, y la sorpresa de encontrarnos en el lugar más definitorio del cambio que estamos experimentando a los conde de Fontanar y de Campo Alegre, Juan Carvajal y Adela Quijano, amigos queridísimos comprando delicatessen varias y fresas para hacer una fabulosa mermelada para disfrutar en familia. Como son amigos de María también la felicitan entre naranjas y limones, y personas de todas las nacionalidades imaginables, y de todos los colores y razas. Una fiesta que acaba con un almuerzo de celebración en el mejor restaurante chino de Mallorca al que se une Frank Vicet, el más elegante de todos, sin duda ninguna. Paro aquí para no agobiarles, pero hubo plan hasta el domingo noche. Háganse una idea de un fin de semana como es debido, ahora que ya saben que es.