Nit de l'Art 2022

Exposición del dúo finlandés Grönlund-Nisunen en la galería La BIBI

La joven galería abre una muestra ocasional en la calle de San Jaime de Palma con motivo de la Nit de l’Art

Una importante exposición de arte conceptual, minimalista y cinético, inusual en espacios galerísticos al uso

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Una de las obras de la exposición del dúo finlandés Grönlund-Nisunen en la galería La BIBI.

Una de las mejores exposiciones de la Nit de l’Art de 2022, sino directamente la mejor, es la que se ha podido ver en la calle San Jaime, en el antiguo local de la desaparecida galería Altair, y en esta ocasión promocionada por la joven galería LA BIBI, que abrió sus puertas hace un año en su sede central de Establiments. Se trata de una exposición de carácter casi museístico, es decir, de un calibre que difícilmente uno encuentra en un espacio privado, puesto que tanto la elevada talla de los dos artistas protagonistas, como el rango de las obras, que desborda el talante de lo puramente comercial tan al uso en galerías desde hace un tiempo, hacen de la muestra un caso insólito y muy recomendable de visitar. Supongo que si no se llega a tiempo en San Jaime, uno podrá acercarse a estas piezas en el espacio central de la galería, que como he dicho se ubica en Establiments.

El dúo artístico finlandés está formado por Tommi Grönlund (Turku, 1967) y Petteri Nisusen (Helsinki, 1962), que son considerados los artistas contemporáneos más relevantes de Finlandia, donde viven y trabajan (en su capital, Helsinki). Ambos tienen formación en arquitectura (por cierto, al igual de Santiago Villanueva, que también estrenó exposición en la galería Xavier Fiol en la Nit de l’art), y se han dedicado a la creación interdisciplinaria en arte contemporáneo, arquitectura y arte sonoro desde su primera colaboración en 1990.

En 2013 les fue otorgado el Premio Mundial de las Artes Leonardo da Vinci y en la comunicación el Consejo Cultural Mundial (WCC) se expresó en los siguientes términos: «Su enfoque interdisciplinario reúne arte, diseño, arquitectura y ciencia. Tanto sus intervenciones espaciales a gran escala en espacios públicos como sus instalaciones en galerías están compuestas por una gran variedad de materiales y tecnologías, desde el uso de objetos a la luz y el sonido. Nisunen y Grönlund trabajan con el espacio, ya sea físico, etéreo o sónico. Sus obras tienden a cambiar o remodelar el espacio, estimulando la percepción sensorial a través de la intervención directa a través de instalaciones técnicas complejas. Los artistas no están comprometidos con un solo medio, sino que son infinitamente curiosos, son capaces de moverse entre disciplinas y enfoques en constante transformación».

La muestra palmesana ha sido una ocasión única de acercarse a este trabajo tan extraordinario, que se despliega desde un fundamento conceptual muy potente hasta alcanzar una plasmación formal de factura inmaculada. La pieza que abría la exposición presentaba un enorme tubo transparente donde a través de un líquido también traslúcido unas burbujas en apariencia gaseosa descienden rítmicamente, convirtiendo su movimiento en una paradoja (ya que las burbujas de gas en un líquido siempre llevan el camino contrario).

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Otra de las obras de Nisunen y Grönlund.

Otra pieza que me llamó mucho la atención fue la de dos planchas blancas atravesadas en vertical por multitud de franjas superpuestas, también blancas. Se trata de un remedo de código de barras, que en nuestro tiempo viene a representar un cúmulo de información reunido en un espacio escueto. Claro, en el caso de la obra de Grönlund-Nisunen, este código de barras en blanco viene a materializar la cumbre de la desinformación, justo lo contrario de lo que es usualmente un código de barras.

El juego de las paradojas, en las que la ciencia y nuestros hábitos tienen mucho que ver, es constante en su propuesta. Muchas de sus obras tienen un carácter minimalista (por la síntesis de diseño final, tan cerca, en literatura, de lo que la poesía significa) y una expresión cercana al arte cinético, puesto que muchas de ellas incorporan el cambio en el tiempo dentro de sus fundamentos (como en el caso, por ejemplo, de una pieza de luz que se muestra en una pequeña sala, donde dos focos en paralelo van lentamente cambiando de color a lo largo de las veinticuatros horas del día, pasando por todos los tonos cromáticos del espectro del color por medio de la interferencia de la temperatura). En definitiva, una obra plena de recursos, que no se limita a un medio o herramienta, y que coloca siempre al espectador al borde de un cuestionamiento de la realidad, obligándole a reflexionar.

La obra del dúo finlandés, naturalmente, está presente en los fondos de muy importantes museos del mundo y de grandes colecciones privadas (el de arte contemporáneo de Helsinki, claro, el de Luxemburgo o el EMMA de Espoo, por poner unos ejemplos), además de haber participado en la 49ª edición de la Bienal de Venecia (Pabellón nórdico), la 3ª Bienal de Moscú, la 5ª Bienal de Marrakech o la 27ª Bienal de Sao Paulo, etc. Una gran aportación, como digo, de la joven galería LA BIBI a la edición de 2022 de la Nit de l’art.

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