Detenido un radiólogo por extralimitarse en las auscultaciones de sus pacientes en una clínica de Palma
El centro hospitalario lo suspendió durante 15 días y el facultativos ya está ejerciendo de nuevo

Lo que debía ser una prueba médica rutinaria en una clínica privada de Palma de reconocido renombre terminó convirtiéndose en una experiencia traumática para una paciente que denunció haber sido víctima de una presunta agresión sexual por parte de un radiólogo del centro. Los hechos, que se remontan a finales del pasado mes de octubre, han salido ahora a la luz después de que el juzgado haya comenzado a tomar declaración a las partes implicadas dentro de la fase de instrucción del procedimiento judicial.
Según el testimonio de la denunciante, al que han tenido acceso diversos medios de comunicación, la exploración médica comenzó con total normalidad. Sin embargo, la situación cambió cuando la paciente se quedó sola en la consulta con el facultativo. La mujer ha manifestado que el médico realizó maniobras que no guardaban relación con la prueba abdominal que debía practicarse y que, además, carecían de justificación clínica.
Un elemento que ha llamado especialmente su atención, según su relato, es que en un momento dado el monitor del ecógrafo se encontraba apagado o sin mostrar imágenes, lo que incrementó sus sospechas sobre el comportamiento del profesional. A ello se sumó el hecho de que, cuando días más tarde tuvo que repetir la prueba con otra doctora, la exploración fue mucho más breve, se desarrolló con normalidad y sin que tuviera que desvestirse de forma innecesaria.
Tras lo ocurrido, la víctima decidió interponer una denuncia. Agentes de la UFAM (Unidad de Atención a la Familia y Mujer) de la Policía Nacional se hicieron cargo de la investigación y procedieron a la detención del facultativo, que fue citado en dependencias policiales e informado de los delitos que se le imputan. El investigado se acogió a su derecho a no declarar en sede policial.
Fuentes cercanas al caso han señalado que la mujer se encontraba visiblemente afectada, nerviosa y en estado de shock tras el incidente, una circunstancia habitual en víctimas de este tipo de situaciones, y que está siendo asistida psicológicamente.
Por su parte, el centro sanitario en el que trabaja el radiólogo adoptó medidas cautelares y lo suspendió de empleo y sueldo durante un periodo de 15 días. Finalizado ese plazo, el profesional ha retomado su actividad laboral, a la espera de que la justicia determine su responsabilidad en los hechos denunciados.
El caso ha generado preocupación entre asociaciones de pacientes y colectivos profesionales, que insisten en la importancia de reforzar los protocolos de seguridad y supervisión en las exploraciones médicas, especialmente en aquellas que requieren intimidad por parte del paciente.
Las diligencias continúan abiertas y será el juzgado competente quien, una vez finalizada la instrucción, decida si el caso pasa a juicio. Mientras tanto, se mantiene la presunción de inocencia del investigado, tal y como establece la ley.