Reforma integral

Denuncias de caos y excesos en las terrazas del nuevo Paseo Marítimo de Palma

La Asociación de Vecinos denuncia también exceso de ruido y falta de limpieza

Han sido dos años y medio de obras que dejan cadáveres por el camino

La reforma fue el proyecto estrella de la izquierda en el Ayuntamiento de Palma

terrazas Paseo Marítimo
Terrazas en el Paseo Marítimo de Palma. ASOC. VECINOS PASEO MARÍTIMO
Tomas Ibarz

A seis días para el final de la obras de la reforma del Paseo Marítimo de Palma se han reabierto las viejas disputas entre los vecinos y los establecimientos de la zona dedicados al ocio y la restauración por culpa de las terrazas. «Están sobredimensionadas», denuncian los residentes.

La Asociación de Vecinos del Paseo Marítimo de Palma ha advertido del «caos» generado por las terrazas de los locales de este emplazamiento, que achacan al «vacío de poder» que hay entre el Ayuntamiento de Palma y la Autoridad Portuaria de Baleares (APB) para controlarlas.

La agrupación vecinal ha reprochado, a través de un comunicado, a las dos instituciones el «descontrol total» en la gestión e imagen de las terrazas de esta privilegiada y a la vez castigada zona de la ciudad.

«La falta de colaboración entre ambas administraciones ha dejado a los vecinos completamente desprotegidos frente a los abusos de ciertos negocios que ocupan más espacio del autorizado, ofrecen una imagen pésima a los visitantes, generan ruidos excesivos, no cumplen medidas de higiene alimentaria y alteran la convivencia», denuncian.

En ese sentido, aseguran que la APB es la responsable de conceder las autorizaciones de ocupación, pero «carece de competencias sancionadoras» y afirman que el Ayuntamiento se «desentiende» al alegar que «no puede intervenir en dominio portuario».

«Este bloqueo institucional ha provocado lo que los residentes califican como un vacío de liderazgo y gobernanza, algo que es inaceptable en esta zona de la ciudad que es la más representativa por el gran número de hoteles, cruceristas y ciudadanos que la transitan», lamentan.

Los vecinos señalan los «múltiples problemas» que provocan estos establecimientos con estructuras de terrazas «sobredimensionadas», mesas altas que fomentan «aglomeraciones de pie y consumo hasta altas horas», almacenamiento «indebido» de mobiliario en el exterior, una contaminación acústica «constante» y «falta de limpieza por parte de muchos locales».

Por estos motivos plantean una serie de exigencias tanto a la APB, como al Ayuntamiento para que «asuman responsabilidades de forma urgente y alcancen un acuerdo». Reclaman un marco normativo «único y claro», que se implemente un sistema de sanciones «eficaz», que se garantice la participación «real» de los vecinos en la toma de decisiones y que se cumplan las normas de limpieza e higiene como en el resto de la ciudad.

«No es aceptable que los vecinos paguen las consecuencias de los desacuerdos entre administraciones. El espacio público no puede convertirse en tierra de nadie», concluyen.

El fin de las obras llegará justo antes de Semana Santa

Las obras del Paseo Marítimo finalizarán el 16 de abril y se inaugurarán oficialmente en octubre, como confirmó en su momento el presidente de la Autoridad Portuaria de Baleares (APB), Javier Sanz. Todo ello después de que en declaraciones a los medios en un acto en Palma, el presidente de la Asociación de Empresarios e Industriales del Paseo Marítimo, Manuel Jiménez, hubiera dicho que la APB y la empresa que ejecuta los trabajos les habían trasladado que las obras -de un coste aproximado de 43 millones de euros- finalizarían a finales de mayo.

«Queremos que de esto salga un Paseo Marítimo que sea la envidia de todo el Mediterráneo», afirmó el representante de los comerciantes y empresarios, que expresó su deseo de recuperar el amplio tejido comercial que había hace unos años y yendo más allá, transformar el entorno en una zona no sólo de ocio, sino de restauración y de comercio.

Dos años y medio de obras que dejan cadáveres por el camino

Las obras del Paseo Marítimo de Palma, impulsadas bajo el mandato de la socialista Francina Armengol y el ex alcalde de Palma José Hila arrancaron en noviembre de 2022.

Ahora entran en su recta final y se prevé que finalicen antes de Semana Santa, pero hasta ahora han sido más de dos años en los que esta zona de la ciudad ha estado totalmente patas arriba y con unos comerciantes que no han parado de sufrir pérdidas económicas sin parar de hasta más del 40% en los meses más duros de obras de los años 2023 y mediados de 2024.

Han sido dos veranos perdidos después de una terrible pandemia y por ello son muchos los negocios que han estado con el agua al cuello por culpa de unos trabajos de reurbanización que se han demorado en el tiempo mucho más de lo esperado.

Esta situación ha provocado entre los establecimientos ruina, cierres, traspasos, descenso en la facturación y ERTE’s a muchos trabajadores. Son muy pocos los bares y restaurantes del Paseo Marítimo que han aguantado los inconvenientes generados por las obras y los perjuicios económicos.

Cabe recordar que las obras se han llevado por delante la discoteca Social Club Mallorca y su emblemática pasarela que conectaba el antiguo Hotel Mediterráneo con la piscina. Ambas estructuras fueron demolidas en julio de 2024 y como consecuencia más de 35 empleados del local perdieron su puesto de trabajo.

El Gobierno de Pedro Sánchez formalizó la expropiación forzosa del inmueble para que las obras siguieran su curso. En el lugar que ocupaba el local de ocio está previsto habilitar una zona verde peatonal. También se completó el reasfaltado en la carretera situada justo debajo de la discoteca, por donde ya pasan coches.

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