Charles Lloyd es la deuda pendiente de Palma con las leyendas del jazz en activo
Ver al saxofonista a sus 83 años subido a un escenario en Son Amar, liderando un cuarteto, era un cálido regreso al pasado
Despedirse con 'La llorona', nos ponía en situación ante la naturaleza íntima de Lloyd, su apego a las melodías populares
Charles Lloyd, un directo de ensueño para cerrar el Jazz Voyeur Festival
Despedirse con La llorona, popularizada por Chavela Vargas, además de ser único bis ya nos ponía en situación ante la naturaleza íntima de Charles Lloyd, que no es otra sino su apego a las melodías populares, mucho antes de consagrarse como lo que hoy es: la única leyenda del saxo tenor que aún permanece en activo. También es cierto que la crítica siempre ha resaltado de su estilo el empeño en dejar en segundo plano la perfección técnica, para “poner de relieve el sutil mundo de las emociones”.
Hablando de emociones, y no tan sutiles, ver a Charles Lloyd a sus 83 años subido a un escenario liderando un cuarteto era un cálido regreso al pasado cuando se estrenó en este formato con Keith Jarrett al piano, Cecil McBee al contrabajo y Jack DeJohnette a la batería. Era el comienzo de la manera de conducirse, siempre rodeado de lo mejor de cada generación, como así ha vuelto a suceder en su visita al Jazz Voyeur Festival. En 1965, Jarrett, Cecil McBee y DeJonhette solamente eran promesas de un hermoso futuro y en su concierto de Son Amar, el 28 de noviembre, pudimos comprobar que se mantiene intacto su instinto para intuir el nivel de sus compañías.
La presencia de Kendrich Scott a la batería (41 años), en sustitución de Eric Harland, podría entenderse como acudir a un compañero de sello discográfico (Blue Note) donde ya caminaba bastante suelto, pero en su pasado becado por Berklee School ya atesoraba haber acompañado a Pat Metheny ganándose el reconocimiento como “el nuevo Art Blakey”. En cambio, el resto de piezas del cuarteto eran futuras promesas, uno de ellos también un becado por la Berklee School de Boston. Ambos brillantes, aunque Gerald Clayton al piano brillaba con luz propia, en cierto sentido recordándonos por momentos cómo era la química que Lloyd pudo llegar a compartir, tiempo atrás, con Keith Jarrett. Baste decir que a sus 37 años ha desarrollado un lujoso currículo acompañando, entre otros, a Diana Krall. Desde 2013 forma parte del cuarteto de Charles Lloyd.
Años antes, en 2007, el contrabajista de 47 años Reuben Rogers (el otro becario de Berklee) era parte del cuarteto, después de acompañar a otros ilustres entre ellos Wynton Marsalis. En absoluto es gratuito elegir estas colaboraciones, las de Krall y Metheny, porque hemos tenido el privilegio de disfrutarlos, ella en el Palma Arena, él en las Noches Mediterráneas de Costa Nord (Valldemossa), cuando gobernaba el ciclo Michael Douglas.
Pero lo más importante es el hecho de rescatar para nuestros recuerdos el paso de Charles Lloyd por un escenario mallorquín. Era la última leyenda a rescatar, después de ver el impresionante desfile, durante los diez años del mítico Festival Internacional de Jazz de Palma, del resto de las leyendas en activo. Tuve el privilegio de vivir en primera línea por mi trabajo aquellos años dorados y ver a Lloyd metido en faena era en efecto regreso al pasado.
El concierto de Son Amar en cierto modo era la reedición de lo vivido en el año 2019, en el californiano Lobero Theatrer, donde se grabó el álbum en vivo Kindred Spirits, donde encontramos La llorona y también Part 5 Ruminations, Requiem y Dream Weaver. La pandemia cerró todas las puertas a vivir en plenitud la cultura musical, de tal manera que Son Amar era por derecho propio el momento de resarcirse y allí estaba el saxo y la flauta de Charles Lloyd, para recordarnos cómo fue en el pasado.
Nada de coreografías y mucho menos poses; todo auténtico, incluyendo aquellos movimientos torpes de Lloyd mientras aguardaba su momento de retomar los solos de ensueño. Recuperado para nuestra memoria, regresaban en los recuerdos del ayer las presencias de Keith Jarrett (1980) y de DeJohnette (1988) en el Auditórium de Palma. La leyenda nos llegaba, reconocida en vida, al recibir en 2015 el National Endowment for the Art Jazz Masters.
Un interesante artículo reciente publicado en El País, en la víspera del concierto de Charles Lloyd en Son Amar, nos recuerda que en efecto Lloyd es la última leyenda en activo del saxo tenor, puesto que mantienen su retiro o cuando menos diluido su perfil Sonny Rollins, Wayne Shorter, Pharoah Sanders, Archie Shepp o Benny Golson.
“Compruebo que mantienes engrasada la memoria”. No necesariamente, Lou. La función del crítico, siendo periodista, es acudir al documento y a ser posible –en efecto- la memoria. No sirve para nada ser erudito si no le das cancha a la información y conocimientos atesorados. Por eso es clave que en el desarrollo de nuestro trabajo, dejemos constancia de lo vivido fijado en libros y los cinco que he publicado, independientemente de su calidad, quiero pensar que van a mantener vivo el recuerdo de un pasado tan intenso como el vivido los últimos 40 años.