El bucle canalla y traidor
Dice Aitor Esteban que el Rey Felipe VI y el Gobierno deben pedir perdón por el bombardeo de Gernika. Hay diversos personajes políticos que me dan verdadero asco. Aitor Esteban es uno de ellos. El nacionalismo vasco, infame, traidor, criminal, desleal, padres putativos de ETA y cómplices de todos sus asesinatos, secuestros, chantajes y exilios de los propios vascos, y como dice la insigne frase de la novela de Isabel San Sebastián, según Arzallus, los etarras de Bildu, asesinaban y ellos recogían las nueces. Aitor Esteban forma parte de esta banda, conspiradores de monasterios siempre contra España, desde que el fascista de Sabino Arana fundó ese partido, copiando la bandera vasca después de su estancia en Inglaterra.
Siempre ofendiditos por cualquier motivo, Jon Juaristi los retrata bastante bien en su novela El bucle melancólico y resulta que aún no han pedido perdón por los asesinatos y todo el terrorismo de ETA, el último hace 15 años y resulta que hay que pedir perdón por un hecho ocurrido hace 80 años. Aitor Esteban y sus correligionarios siempre han sido unos hipócritas asquerosos y desleales buscando exclusivamente beneficios para el País Vasco y les ha importado un comino cualquier cosa que beneficie o represente a España.
Ahora dice que la situación se está tensando con el Gobierno de Sánchez, cuando sibilinamente apoyaron la moción de censura a Rajoy, al que habían aprobado los presupuestos escasamente hace 15 días, en esa dinámica de traición y deslealtad permanente, pero no le restan su apoyo ante tal cantidad de corrupción porque están esperando el «aguinaldo» navideño de lo que tiene que entregarles el traidor Sánchez sin taparse la nariz.
Aitor Esteban es otro curaca peneuvista que le pone una vela a Dios y otra inmediatamente al diablo, esperando siempre sacar tajada de una forma u otra para el ansiado País Vasco independiente, pero eso sí, siempre chupando de la teta española esperando el momento propicio para esa «relación especial» con España. Aitor Esteban y su PNV desobedecieron esa norma de convivencia básica que fue la Constitución de 1978, postulándose contra los artículos 1 y 2 de la misma. El artículo 1.2 proclama el principio esencial de la democracia: «La soberanía nacional reside en el pueblo español, del que emanan los poderes del Estado».
Esto significa, entre otras cosas, que tanto el Gobierno como el Parlamento del País Vasco son legítimos porque así lo decidió y aprobó en su día el pueblo español. Sin embargo, lo que defiende el PNV es que «los vascos de los seis territorios constituimos un mismo pueblo unido por su origen y por su voluntad, dueño de sí mismo, sin que reconozcamos y acatemos otra soberanía».
Aparte de ir en contra de la Constitución, el PNV se autoproclama como representante de la voluntad de todo el pueblo vasco, considerando que todos los vascos deben pensar como ellos, sean o no nacionalistas. En definitiva, una pandilla de fascistas y filoetarras enemigos de España, que solo me impulsa a decirle a Aitor Esteban y a todo su PNV y demás que si de mí dependiera, estarían ilegalizados, aunque amenacen con «tirarse al monte otra vez» junto a sus hijos canallas y asesinos de los Bildu etarras y que pueden irse a la mierda todos juntos.
Temas:
- ETA
- Pedro Sánchez
- PNV