Descubre el universo de las palomitas ‘Popit’ hechas en Aragón que arrasan: «Es el lujo del snack»
Popit es una compañía familiar de palomitas artesanales de lujo de origen aragonés
Su fundadora, Sonia Pueyo, es una mujer emprendedora que apostó por hacer realidad su sueño
Cuando uno conoce a Sonia Pueyo entiende Popit. Esta zaragozana de imponentes ojos azules, madre de dos hijos y con un espíritu arrollador, ha fundado una de las compañías familiares más auténticas y alucinantes que están rompiendo moldes en el mercado español de la alimentación, convirtiéndose en un icono del aperitivo con estilo.
En uno de los restaurantes más de moda de Zaragoza, El Roto, hemos podido compartir un almuerzo con esta mujer emprendedora que se puso el mundo por montera y apostó sin miedo por la empresa que había empezado prácticamente como un juego en familia.
Apasionados en casa por las palomitas, «recién llegados de Dubai, en una cena con amigos, surgió la idea. ¿Por qué no montamos en España algo relacionado con este snack, pero saliendo de la palomita convencional?», se preguntó. «El primer logo lo dibujé en el sofá», recuerda riendo, «y el nombre surgió en una charla con Ruth, una de mis mejores amigas».
Popit: «Disfruta cada momento»
Sonia y su equipo han logrado convertir sus palomitas de maíz «en un snack de lujo», como le gusta describirlas. El éxito para conseguirlo «es el resultado de la pasión, del entusiasmo y del cuidado por el detalle», explica en esta entrevista muy íntima para OKDIARIO. «Yo creo que la pasión por este proyecto nace de querer ser siempre buena anfitriona. Algo perfeccionista, lo reconozco. Para mí hay tres momentos sagrados, el que disfruto con mi familia, con mis hermanas y con mis amigos».
Después de una vida dedicada al mundo hotelero, como directora de uno de los hoteles del grupo Carreras, Sonia Pueyo dejó su trabajo para dedicarse de lleno a su sueño, «convertir las palomitas de maíz en un momento Popit». ¿Y qué es un momento Popit?, podríamos preguntarnos. «Un momento de pasárselo bien, disfrutando de una buena copa, y saboreando cada explosión de sabor de nuestras palomitas. Son palomitas, sí, pero no son convencionales, las hemos convertido en experiencia, en lujo y diversión».
«Estas palomitas se las puede permitir hasta las dietas más exigentes, porque el concepto no es atiborrarte de palomitas, sino degustarlas. Disfrutar de cada palomita, por eso el formato es pequeñito, porque nuestra filosofía es: menos es más. Tenemos de más de 30 sabores, dulces, saladas, de frutas, para que sean un delicioso acompañamiento de muchos momentos especiales, con el sabor apropiado que la circunstancia pide», explica.
«Es un proceso de mucho trabajo después de ocho años. Todo es artesanal, y eso se experimenta al comerlas. La base es una palomita de excelente calidad, elaboradas para que exploten en la boca mientras se disfruta de su sabor y su color. Ninguna palomita es igual», sonríe mientras degustamos de sabor a pura trufa, cacahuete, chocolate y cereza, marinadas con unos cócteles, en un delicioso candy bar, como suele preparar para las fiestas de Telva y eventos sofisticados.
El modelo de negocio: «El lujo»
El modelo de negocio de Popit es asimismo inspirador, como lo es Sonia Pueyo, el alma mater de la compañía, a quien le gusta llamarse Mery Popit, en alusión a Mery Poppins, «mi película favorita».
«Nuestro espíritu es muy made in Spain. El impulso que recibimos por parte del Club del Gourmet de El Corte Inglés, desde el principio, nos ha permitido llegar al retail y tener visibilidad a nivel nacional. Ahora estamos en una campaña especial de las Fiestas del Pilar para los establecimientos de Zaragoza, pero ya en vistas a la campaña de Navidad de este año, con bomboneras muy especiales que sirven también como decoración. Estamos preparando un cobranding espectacular con sabores también sorprendentes».
«Después empezaron a fijarse en nosotros los hoteles de lujo. Los hoteles de lujo buscan alternativas para sus minibares, sus reuniones de trabajo, sus coctelerías. Esto nos ha dado recorrido con cadenas hoteleras como Vincci, Four Seasson, también Puente Romano…», explica.
«El packing es fundamental, nosotros lo cuidamos mucho, porque es algo muy importante. Además de darle a cada cliente algo exclusivo y único. En ese sentido, con Paradores, hemos creado un tándem espectacular este verano, y vamos a seguir ampliándolo. Las zonas de cóctel de los Paradores son muy bonitas. Estamos en todos los hoteles de la cadena, y cada uno además del sabor tendencia, que es el Salted Caramel, depende de la región, tenemos sabores personalizados. Por ejemplo, en Madrid, las palomitas son de violetas, en Santiago de Compostela, de almendras, en Extremadura, de cerezas», revela.
«El nombre también es clave. La evolución de la marca y su identidad corporativa actual no llegó hasta 3 años después, cuando contamos con la colaboración e Nieves Añaños y su estudio VERSUS. Captaron rápidamente lo que quería transmitir a través del diseño gráfico», recuerda.
Su secreto: «Cree en ti»
El crecimiento de Popit es también digno de estudio en las escuelas de negocio. El proyecto nació en un pequeño garaje, y hoy está consolidado en España. Desde su fábrica en Cuarte de Huerva, en Zaragoza, conscientes del lugar estratégico de la región y su potencial, exportan a Suiza, Francia, Andorra, Portugal y están a punto de expandirse a Canadá, tras una llamada de unas emprendedoras interesadas en su concepto. «Somos conscientes que llegar a donde estamos, no es fácil, pero cuando crees en tu producto, en tu proyecto personal, y tienes muy claro cuál es tu estrategia y cual es tu objetivo, se puede lograr», explica.
«El equipo con el que te rodeas es también clave. En mi caso, son siete mujeres excelentes. Sí, es un equipo 100% femenino, y sin mis siete chicas, no sería posible. Al final, este camino se hace día a día, y sin ellas esta aventura no tendría tampoco sentido», reseña.
Sonia lanza un consejo a todos aquellos que quieran lanzarse al mercado con su propio proyecto: «No te dejes seducir por algo que no encaja con tu producto, y que a medio largo plazo no va a consolidar».
«Yo lo tenía claro. Popit no iba a ser una empresa que fabricase palomitas. Tenía que ser emoción, diversión, sofisticación y lujo. Estos son los cuatro pilares básicos que cuento habitualmente porque creo que han sido el secreto», revela.
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