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Sevilla se levanta contra su alcalde socialista para frenar la tala de un árbol centenario

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La tala de un árbol centenario ubicado en el barrio de Triana de Sevilla ha desencadenado una oleada de protestas ciudadanas para intentar parar la actuación avalada por el Ayuntamiento hispalense del socialista Antonio Muñoz. La empresa contratada por la iglesia de San Jacinto ha comenzado las labores para su retirada pese a las concentraciones vecinales.

En la mañana de este miércoles, tres jóvenes se han subido a este ficus de gran porte, propiedad de la citada parroquia, para frenar un «atentado incomprensible e inadmisible». Los bomberos han procedido a bajar a los activistas. Además, varias decenas de ecologistas y vecinos se han concentrado a las puertas de la iglesia.

Este martes comenzaban las labores previas a la tala del icónico ficus bajo la premisa de que el crecimiento del mismo está afectando a la estructura arquitectónica del propio templo -protegido como bien de interés cultural (BIC)- e implica riesgos para la seguridad de los viandantes que transitan la zona sobrevolada por su copa.

Cabe recordar que en marzo de 2021 la caída de una rama de este árbol dejó seis personas heridas, tres de ellas hospitalizadas. La más grave, una vendedora de la ONCE que ha obtenido la declaración de incapacidad permanente absoluta por parte de la Seguridad Social. La mujer llegó a estar ingresada en la UCI tras sufrir fractura de vértebras, contusión craneal y un neumotórax. Su defensa formalizará en septiembre una reclamación a la parroquia y al Ayuntamiento de Sevilla en demanda de una indemnización.

Se ha convertido en un «cáncer»

El párroco de la iglesia de San Jacinto, Javier Rodríguez, ha afirmado que «sintiéndolo en el alma, hay que tomar una decisión drástica». El cura esgrime hasta «cinco informes» técnicos que avalarían la «necesidad de talar» el citado árbol dada su incidencia en la estructura de la parroquia y el riesgo de caída de ramas y defiende que «lo más importante es la seguridad de las personas y del templo».

La comunidad parroquial de San Jacinto ha señalado en un comunicado que «nadie más que los miembros de esta comunidad sentirán la desaparición» del ficus centenario, pero «se ha convertido en un cáncer que crece de forma desmesurada en el lugar menos adecuado, aunque algunos sigan pensando que es como un bonsái que podemos manejar a nuestro antojo con el cuidado necesario».

Por su parte, los grupos ecologistas aseguran que «existe la posibilidad de realizar actuaciones técnicas que permiten la supervivencia» del ejemplar con las «máximas medidas de seguridad para el entorno y las personas». «Se le acusa de peligroso por falta de los cuidados adecuados para su conservación», denuncian.

Los tres activistas que se han subido al árbol para intentar evitar su tala, que aseguraban que iban a permanecer ahí «hasta que nos echen», han atendido el requerimiento de los bomberos sin oponer «ningún tipo de resistencia», según ha explicado a Europa Press Clara Márquez, coordinadora del Pacma en Sevilla.

Entretanto, el PP de Sevilla ha acusado este martes al alcalde socialista Antonio Muñoz de «ocultar información» sobre el ficus de San Jacinto ya que «no ha hecho público ningún informe» técnico a los que alude el gobierno municipal. «Aún no hemos podido acceder a ellos y creemos que Muñoz está ocultando información. La tala debe ser la última solución», remarcan.

El Ayuntamiento de Sevilla afirma de su lado que «nadie quería apear ese árbol, la propia iglesia quería mantenerlo, pero la seguridad debe estar por encima de todo». «Ese árbol ya estuvo a punto de matar a una persona y desde entonces ha habido varias caídas de ramas», ha recalcado el portavoz del gobierno municipal, Juan Manuel Flore Flores, en una nota de prensa remitida por el Consistorio.

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