Indulto al condenado Griñán

Griñán rompe el PSOE andaluz: los ‘susanistas’ se hartan de la pasividad de Espadas ante el indulto

PSOE mandatos
José Antonio Griñán y Juan Espadas.
Borja Jiménez

El condenado José Antonio Griñán ha terminado de romper en dos a un PSOE de Andalucía (PSOE-A) que se empezó a quebrar con el adiós de Susana Díaz. Juan Espadas, líder de los socialistas, aboga por alejarse lo máximo posible del caso Griñán, centrado ahora en su indulto. Susana Díaz, ex líder del PSOE-A y senadora socialista, apuesta por un ferviente apoyo al condenado, algo que ha propiciado que los susanistas clamen contra el rechazo de Juan Espadas a firmar el indulto a José Antonio Griñán.

Y es que este miércoles el secretario general del PSOE-A aseguraba que no iba a firmar la petición de indulto a Griñán, condenado a seis años de prisión por prevaricación y malversación en el caso ERE, dado que el Código Ético del PSOE le impide respaldar medidas de este tipo a políticos condenados por corrupción, como es el caso.

Concretamente, el artículo 8.1 del Código Ético del partido, en vigor desde 2014, estipula que «los cargos públicos del PSOE se comprometen a no proponer ni apoyar el indulto de cargos públicos condenados por delitos ligados a corrupción, violencia de género, delitos de acoso o discriminación, contra la libertad e indemnidad sexuales, torturas o contra la integridad moral, así como la comisión de hechos constitutivos de delitos graves».

Por ese mismo motivo, Susana Díaz, pese a sus presiones, no debería poder firmar tampoco el indulto a Griñán, ya que ejerce en la actualidad como senadora del PSOE. Pero ha sido su posición en favor del indulto lo que ha propiciado un cisma entre los socialistas andaluces, que ven ahora más alejadas que nunca las posturas entre los susanistas y quienes apoyan a Juan Espadas.

Sea como fuere, Espadas tendrá que lidiar ahora con este fuego amigo que viene de dentro de su propio partido, alentado en gran parte por las palabras y posición de Susana Díaz. Además, la guerra de Susana Díaz no la está corriendo por su cuenta, toda vez que cuenta con el apoyo explícito de los ex presidentes del Gobierno, Felipe González y José Luis Rodríguez Zapatero, así como de Alfonso Guerra, ex vicepresidente del Ejecutivo. Todos ellos han anunciado que su firma estaría la petición de indulto, si bien es cierto que, al no ostentar cargo público ninguno de los tres, no tienen problema alguno con el Código Ético socialista.

Posición de Espadas

En una rueda de prensa de inicio del curso político, y preguntado sobre si el manifiesto de apoyo al indulto del Consejo de Ministros llevará su firma, el socialista Espadas ha señalado que «en el ámbito de los cargos públicos tiene un requerimiento que se marca dentro de nuestro Código Ético, al cual me debo, y mucho más como secretario general».

La solicitud de indulto a Griñán la enmarca Espadas «en una decisión personal y familiar que debe quedar en ese ámbito». «Conoceremos cuando se presente y se registre», ha apuntado. El socialista ha recalcado que «el PSOE de Andalucía y su secretario general quieren desligar cualquier opinión o valoración política del partido de una iniciativa que es personal y familiar de Pepe Griñán».

«Hacemos el mejor favor posible para que se tramite desde ese ámbito, que es como se ha planteado, no desde el ámbito político, no desde el ámbito del PSOE, y desde luego, no del mío como secretario general», ha zanjado.

Posición de Susana Díaz

La senadora del PSOE y expresidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, por su parte, ya ha firmado la petición de indulto para su homólogo José Antonio Griñán. La socialista sostiene que «Pepe es un hombre honesto y honrado» y «hay argumentos de sobra para justificar el indulto». Díaz, además, recordó tras firmar el documento que el magistrado del Tribunal Supremo, Alberto Jorge Barreiro, «no vio delito de malversación».

«Su familia ha recurrido a un instrumento de gracia por razones humanitarias, por edad (76 años), por su patrimonio, no se ha llevado ni un duro, hasta Feijóo ha reconocido que no era un político corrupto», concluía Díaz.

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