Detenidos por celebrar una fiesta ilegal y mandar a los agentes a por churros y alcohol con dinero falso

Detenidos por celebrar una fiesta ilegal y mandar a los agentes a por churros y alcohol con dinero falso
Los agentes, a las puertas de la habitación donde se celebraba la fiesta ilegal (Policía Local de Málaga).

El pasado domingo, la Policía Local de Málaga hacía acto de presencia en una vivienda de la localidad. El motivo, desgraciadamente recurrente en estas fechas, una fiesta ilegal. Lejos de cesar en su incumplimiento de la normativa Covid-19, los nueve jóvenes acabaron detenidos.

Todos ellos incurrieron en un delito grave de desobediencia a agentes de la autoridad. Cuando la Policía requirió a los inquilinos que se identificaran y pusieran fin a los ruidos denunciados por los vecinos, los jóvenes optaron por pasar billetes falsos por debajo de la puerta instando a los agentes a que compraran más alcohol y churros, todo ello «con actitud chulesca».

Los policía locales permanecieron más de seis horas en las inmediaciones de la habitación origen de la fiesta hasta que finalmente, a las 08:00, acabaron por salir los últimos jóvenes, que durante la fiesta consumieron alcohol, marihuana y cocaína. Los detenidos son cuatro mujeres y cinco hombres con edades comprendidas entre los 21 y los 31 años.

«Sigamos, que no pueden entrar»

Los hechos comenzaron sobre las 01:25 horas del domingo al lunes 3 de mayo en un alojamiento de calle Junta de los Caminos, en el distrito Puerto de la Torre.

La fiesta incumplía las medidas sanitarias preventivas frente al Covid-19 y fue denunciada por otros inquilinos de la propia vivienda, quienes manifestaron que en una de las habitaciones estaba teniendo lugar una fiesta que les impedía descansar.

Hasta el lugar se desplazaron agentes de la Policía Local de Málaga, que se dirigieron hacia la habitación, concretamente la número 35, comprobando que la puerta estaba abierta, aunque, al percatarse de la presencia policial, la cerraron desde dentro de un portazo.

Tras insistentes llamadas, abrieron de nuevo la puerta de la habitación, siendo visible el interior desde el pasillo, ya que se trataba de una estancia de 18 metros cuadrados con una cama de matrimonio y un pequeño aseo, pudiendo observar los agentes que había un total de nueve personas reunidas, consumiendo bebidas alcohólicas y lo que parecía ser cocaína, así como, dos de ellos, marihuana.

Los policías locales les solicitaron que depusiesen su actitud y se identificasen, ya que la actividad que estaban realizando conllevaba varias denuncias, entre ellas infracciones a las medidas sanitarias frente al Covid-19 y a la ordenanza municipal de convivencia por ruidos inadmisibles.

Sin embargo, en vez de cooperar, todos se negaron a identificarse, volviendo a cerrar de un fuerte portazo entre risas y gritos tales como: «Venga sigamos la fiesta que aquí no pueden entrar» o «van a estar en la puerta hasta que terminemos», acompañados de palabras soeces.

Los policías, a través de una ventana que había junto a la puerta, los informaron de la obligación de cesar el ruido e identificarse, así como de las repercusiones legales en las que incurrirían en el caso de no hacerlo, a lo que respondieron que les daba igual, que iban a seguir con la fiesta y que no se iban a identificar para pagar las multas.

Pese a ser informados por los agentes en reiteradas ocasiones, se negaron a cumplir con las peticiones e, incluso, «con actitud chulesca de reiterada falta de respeto hacia los agentes» pasaron billetes de imitación a los de curso legal manifestando entre risas que eran para que les comprasen churros y más alcohol.

Hasta el lugar se personó la propietaria del alojamiento, que manifestó que habían reservado la habitación sobre las 22:00 horas del día anterior, domingo 2 de mayo, para una noche, con la finalidad de celebrar una fiesta, negándose a identificarse ninguno de ellos a la encargada que regentaba el establecimiento cuando les entregó las llaves.

Los agentes, esperando hasta las 8:00

Ante los hechos y la imposibilidad de acceder al inmueble, los policías locales se mantuvieron vigilantes en la puerta a la espera de la salida de los implicados, haciéndolo el primero de ellos una hora después de la llegada de los agentes, sobre las 02:25 horas de la madrugada, manifestando a voces en tono jocoso: «Me he aburrido. Me voy», siendo detenido a su salida por los policías locales.

Una vez que habían sido relevados por compañeros del turno entrante, sobre las 07:15 horas, se procedió a la detención de otros dos jóvenes cuando salían, y poco después, dos mujeres más que hicieron lo propio. Posteriormente, sobre las 08.00 horas, salieron los cuatro últimos, otros dos hombres y dos mujeres, que fueron igualmente detenidos.

Tras ser detenidos, todos ellos fueron trasladados a dependencias policiales, para, posteriormente, ser puestos a disposición judicial. Asimismo, hacer constar que los implicados fueron denunciados administrativamente por todas las irregularidades e infracciones reseñadas.

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