Condenada a prisión permanente revisable la marroquí que estranguló a su bebé tras dar a luz en su casa
La mujer asfixió a la recién nacida y la enterró a la entrada de su vivienda, en Vícar (Almería)
Es la quinta condena a la máxima pena de la Audiencia Provincial
La Audiencia Provincial de Almería ha condenado a prisión permanente revisable a Hadifa C. después de que un tribunal de jurado la declarase culpable de matar «intencionadamente» a su bebé tras dar a luz en su casa de Vícar (Almería). La mujer, de 43 años y nacionalidad marroquí, estranguló a la recién nacida y la enterró junto a la entrada de su vivienda con una azada que pidió prestada a una vecina.
El fallo condena a H. C., que se encuentra en libertad por esta causa, por un delito de asesinato. Le impone además una medida de libertad vigilada por un periodo de diez años y le obliga a indemnizar al padre de la niña con 120.000 euros por los daños morales ocasionados.
El magistrado impone a la acusada la pena de prisión permanente revisable, solicitada tanto por la Fiscalía como por la acusación particular, dada la alevosía apreciada por el jurado, no sólo debido a la cortísima edad de la menor, sino también a que no tenía posibilidad de defenderse.
Así, y conforme al veredicto de culpabilidad emitido por el jurado popular el pasado 13 de noviembre, se da por probado que la mujer dio a luz en su vivienda de Vícar el 7 de marzo de 2020 a una bebé viva después de ocho o nueve meses de gestación. Durante el juicio, la mujer aseguró que la pequeña nació muerta y con el cordón umbilical enrollado al cuello, pero en la autopsia a la menor se encontraron en sus pulmones y en el estómago reacciones químicas propias de la respiración natural.
Las mismas forenses apreciaron signos de haberse ejercido presión en el cuello de la bebé, con marcas de dedos y uñas, así como un traumatismo sobre el labio superior y que llegaba hasta la campanilla, derivado de un esfuerzo por hacer presión sobre la boca. Todas las lesiones eran incompatibles con un estrangulamiento con el cordón umbilical, por lo que se descartó la posibilidad de un accidente. La niña se hallaba bien formada, según el agente de la Guardia Civil que la exhumó.
La mujer enterró el cuerpo de la bebé junto a la puerta de su casa, tapado con unos grandes bidones de agua y sin comunicarlo en ningún momento ni a las autoridades policiales ni a las sanitarias. La placenta fue localizada por unos vecinos en una balsa de riego en desuso empleada como vertedero, próxima a la vivienda. También se encontró ADN sobre la azada que solicitó a una vecina un día después del parto, con la excusa de plantar un sarmiento.
Quinta condena a la máxima pena
Con este caso ya son cinco las ocasiones en las que la Audiencia Provincial de Almería ha impuesto, a petición de la Fiscalía y acusaciones particulares, la pena de prisión permanente revisable para un acusado desde la entrada del tipo penal con la Ley Orgánica 1/2015 de 30 de marzo. En todas ellas, salvo en la primera, se juzgó el crimen de un menor.
La primera de estas condenas tuvo lugar en abril de 2019, después de que un jurado declarara culpable a Francisco Salvador S. G. de asesinar con ensañamiento y alevosía a Antonia G. A. -con la que tuvo una breve relación sentimental- tras violarla en la madrugada del 17 de enero de 2017 en la vivienda de la víctima, en Huércal de Almería. Además, se le impusieron 15 años de prisión adicionales por la agresión sexual.
En septiembre de ese mismo año, la Audiencia condenó a prisión permanente revisable a Ana Julia Quezada, la mujer que acabó con la vida del niño Gabriel en una finca de Rodalquilar, en Níjar (Almería), en febrero de 2018. El crimen despertó durante días una gran movilización social para encontrar al pequeño. El Tribunal Supremo ratificó la pena por un delito de asesinato hiperagravado, a lo que se sumaron dos años y medio de prisión por cada uno de los dos delitos contra la integridad moral cometidos sobre los padres del menor.
En noviembre de 2020 se condenó también a prisión permanente revisable a Ionel M. por el asesinato de su hijo de ocho años en abril de 2018 en el sótano de su vivienda, en Balerma (Almería). El padre lo condujo allí deliberadamente y lo apuñaló por la espalda con un cuchillo que llevaba escondido para dañar así a su pareja sentimental, a la que también maltrataba.
La penúltima condena de estas características tuvo lugar en abril de 2021, con la pena posteriormente ratificada por el Tribunal Supremo a Ana María B. L., la mujer que asesinó a su hijo Sergio, de siete años, en un domicilio de Huércal de Almería en octubre de 2019, pocos días después de haber perdido la custodia del menor.