Productos importados de Marruecos

Alertan de la presencia de hepatitis A en una partida de fresas importadas de Marruecos

Las fresas superan el máximo nivel permitido de este microorganismo patógeno, lo que está calificado como grave por el RASFF

La hepatitis A en las fresas provenientes de Marruecos podría resultar grave para algunas personas

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Borja Jiménez

Una partida de fresas procedentes de Marruecos ha provocado la alerta sanitaria por la presencia microorganismos patógenos correspondientes al virus de la hepatitis A. De ello ha informado el Sistema de Alerta Rápida para Alimentos y Piensos (RASFF) después de analizar una partida importada desde Marruecos el pasado 19 de febrero.

Según la ficha número 2024.1531 del RASFF, del día 4 de marzo, un conjunto de fresas importadas de Marruecos el día 19 de febrero contiene el virus de hepatitis A. Estas fresas superan el máximo nivel permitido de este microorganismo patógeno, lo que está calificado como grave por el RASFF.

La hepatitis A es una enfermedad hepática causada por el virus de la hepatitis A (VHA). Éste se transmite principalmente cuando una persona no infectada (y no vacunada) come o bebe algo contaminado por heces de una persona infectada por ese virus. La enfermedad está estrechamente asociada a la falta de agua salubre, un saneamiento deficiente y una mala higiene personal, tal y como indica el medio anteriormente citado. El periodo de incubación de la hepatitis A suele ser de unos 14–28 días.

Los síntomas de la hepatitis A tienen carácter moderado o grave y comprenden fiebre, malestar, pérdida de apetito, diarrea, náuseas, molestias abdominales, coloración oscura de la orina e ictericia (coloración amarillenta de la piel y la esclerótica ocular). Los infectados no siempre presentan todos esos síntomas.

Los adultos desarrollan signos y síntomas con mayor frecuencia que los niños, y la gravedad de la enfermedad, así como la mortalidad, aumentan con la edad. Los menores de seis años infectados no suelen tener síntomas apreciables, y solo el 10% muestran ictericia. Entre los niños más mayores y los adultos la infección suele causar síntomas más graves.

Sandías

En julio del año pasado la Comisión Europea (CE) alertaba sobre la presencia de sandías procedentes de Marruecos con restos de un plaguicida -metomilo- por encima de los niveles permitidos, tras recibir un aviso de España mediante el sistema europeo de Alerta Rápida para Alimentos y Piensos (Rasff).

Las sandías marroquíes interceptadas en un control fronterizo contenían restos de un insecticida en una proporción superior a la estipulada en el mercado comunitario. El sistema de detección de la Unión Europea (UE) ha categorizado el nivel de riesgo como «grave».

Estos alimentos no son los únicos que se han visto afectados por este incidente como ha expuesto la Asociación Española de Consumidores en un comunicado en primicia por OKDIARIO.

Síntomas de hepatitis A

Los síntomas por lo general aparecen de 2 a 6 semanas después de estar expuesto al virus de la hepatitis A. Generalmente son leves, pero pueden durar hasta varios meses, especialmente en adultos:

  • Orina oscura
  • Fatiga
  • Picazón
  • Pérdida del apetito
  • Fiebre baja
  • Náusea y vómitos
  • Heces de color arcilla o pálidas
  • Piel amarilla (ictericia)
  • Pruebas y exámenes
  • En los exámenes físicos se puede mostrar que se tiene un agrandamiento y sensibilidad en el hígado.

A la hora de tratar la enfermedad, se recomienda:

  • Descansar y mantenerse bien hidratado cuando los síntomas sean más intensos.
  • Las personas con hepatitis aguda deben evitar durante este estado de la enfermedad y por varios meses hasta la recuperación, el consumo de alcohol y drogas tóxicas para el hígado, incluso el paracetamol (Tylenol).
  • Las comidas grasosas pueden causar vómitos y lo mejor es evitarlas durante la fase aguda de la enfermedad.
  • El virus no permanece en el cuerpo después de que la infección desaparece.

La mayoría de las personas con hepatitis A se recupera al cabo de 3 meses, como explica Medline Plus, y casi todos los pacientes mejoran en 6 meses. Una vez que un enfermo se ha recuperado, no hay un daño permanente pero sí puede contraer la enfermedad otra vez. Además, hay un bajo riesgo de muerte, aunque el riesgo es mayor entre los adultos mayores y las personas que han padecido de enfermedad hepática crónica.

 

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