Seiscientos mil ‘ninis’ menos en España: los jóvenes prefieren no trabajar pero alargan sus estudios
Los jóvenes españoles están retrasando cada vez más su incorporación al mercado laboral y prefieren ampliar su formación. La buena noticia es que se ha reducido el número de ‘ninis’ (jóvenes que ni estudian ni trabajan) en España, porque aunque el trabajo no es la primera opción los estudios, al menos, sí.
Según un informe del Banco de España, «la tasa de actividad de los jóvenes menores de 30 años en España se ha reducido de forma significativa tras la crisis, pasando del entorno del 70% en 2017 al 53% en el segundo trimestre de 2019».
Mientras que en otros grupos de edad sí que han aumentado su intención de incorporarse al mercado laboral, el servicio de estudios del organismo que gobierna Pablo Hernández de Cos observa una «menor entrada» en el mercado laboral durante los últimos años y una «mayor salida». La razón: «La mayoría de los jóvenes que decidieron retrasar su entrada al mercado laboral o salirse de él por las dificultades de encontrar empleo a lo largo de la crisis lo hicieron para dedicarse a mejorar su formación».
Las cifras lo demuestran: el porcentaje de jóvenes inactivos que estudian ha aumentado desde el 25,3% de 2007 hasta el 38,7% de 2018. Además, la proporción de aquellos que no estando ocupados tampoco estudian se ha reducido considerablemente a partir de la salida de la crisis. Es decir, que cada vez hay menos ‘ninis’, un problema que sí que llegó a ser muy importante cuando estalló la crisis económica.
El número de menores de 30 años que ni estudia ni trabaja es ahora inferior en más de 600.000 personas al máximo de 1,7 millones alcanzado en 2012 alcanzado en 2012, y menor en unas 17.000 personas a la cota alcanzada en 2007.
Según el Banco de España, «el repunte transitorio que hubo durante la recesión de la población juvenil que ni estudia ni trabaja se produjo por el aumento de los jóvenes que habían dejado sus estudios durante el periodo expansivo de entre 1995 y 2007 y que pasaron a la situación de desempleo con la crisis».
Sin embargo, sí que hay una bolsa de entorno a 400.000 jóvenes preocupante, que se mantiene en el tiempo aunque la cifra oscila que son jóvenes inactivos que no estudian (ni siquiera un curso no reglado, según el INE). Es decir, que son menores de 30 años que no buscan activamente empleo aunque no lo encuentran y que tampoco se apuntan a las listas de paro para ver si consiguen una oportunidad laboral. Concretamente en el segundo trimestre de 2019 había 415.000 jóvenes en esta situación.
El servicio de estudios del organismo que gobierna Pablo Hernández de Cos sí que observa que «el alargamiento observado en el período formativo de los jóvenes ha venido acompañado de una mejora de su nivel educativo, sin que ello haya impedido que la tasa de abandono escolar siga manteniéndose en niveles elevado, aunque mucho menores que los observados en el pasado».
Por ejemplo, en el segundo trimestre de 2007 (antes de que estallara la crisis) el porcentaje de jóvenes que como máximo habían estudiado la ESO era del 36,5%, un porcentaje que en segundo trimestre de 2019 era del 23,3%, 13,2 puntos porcentuales menos que indican la tendencia a formarse más de los menores de 30 años en España.
Por ahora, la mayor apuesta es la universidad: en este mismo periodo el porcentaje de jóvenes que han acabado sus estudios de grado ha pasado del 23,1% al 33,9%. La FP, que tantas salidas ha generado en otros países como Alemania, sigue siendo una salida poco elegida en España.
La trampa de dejar la formación para trabajar muy pronto se puede observar bien si se tiene en cuenta la siguiente afirmación del Banco de España: «Si bien una persona que obtiene como máximo el título de la ESO presenta tasas de actividad comparativamente elevadas durante los primeros años de su carrera laboral, esta suele ser más corta, lo que repercute en los ingresos totales a lo largo de la carera laboral». Además, la tasa de desempleo de los individuos entre 25 y 30 años con una titulación como máximo de la ESO asciende al 34%, una cifra que se reduce al 15% en el caso de los universitarios y al 18% en el resto de población con titulación superior no universitaria.
El Banco de España concluye que «la recuperación actual está asentada en un patrón que, a diferencia de lo que ocurrió en la anterior expansión, no está incentivando a los jóvenes a salir del sistema educativo» y que la «disminución actual de la tasa de actividad para este colectivo podría verse compensada por incrementos de la actividad y de la productividad de esta generación en el futuro».
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