¿Correr o caminar en las subidas de montaña?

¿Correr o caminar en las subidas de montaña?
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Unos investigadores de la Universidad de Colorado han realizado un estudio para determinar si es mejor correr o caminar en las subidas de montaña. Para ello trabajaron con una serie de variables, en donde la más importante es el porcentaje de inclinación. Lo que buscaban con este estudio era dar una respuesta a una pregunta que siempre nos hacemos cuando toca enfrentarse a una cuesta. En este artículo te daremos las claves para conseguir el mayor ahorro posible de energía y afrontar la competición en las mejores condiciones.

Los que han probado las carreras de montaña saben por experiencia que siempre se encontrarán algún desnivel que se mantendrá en la memoria durante un largo periodo de tiempo. Se trata de un obstáculo más de los muchos que se encontrará por el camino. Hay algunos que optan por seguir corriendo para no perder el ritmo y mantenerse a una distancia razonable respecto a los competidores de delante, mientras que otros se decantarán por caminar. De esta manea los músculos no sufrirán tanto y reservarán fuerzas para el resto de la prueba.

Para realizar esta investigación emplearon varias cintas de correr, de las que se pueden encontrar en el gimnasio y las manipularon para que pudiesen alcanzar una pendiente del 40%. Comenzaban la prueba con una inclinación del 9% y con el paso de los minutos iba aumentando hasta conseguir ese 40%. Fueron quince los corredores de montaña que participaron en este estudio.

El método empleado fue igual para todo el mundo. Debían correr y caminar durante un periodo de cinco minutos en siete desniveles distintos, comenzando con una inclinación de 9,4 grados y acabando en los 39. A medida que se incrementaba la dificultad se iba ralentizando el ritmo.

Una de las principales conclusiones que se extrajeron es que mientras los desniveles se encuentren por debajo del 10% lo más adecuado sería continuar la marcha corriendo. Esto permitiría ir a más velocidad que si se fuese caminando y además se gastaría algo menos de energía.

Una vez que se rebase el 15% lo más conveniente sería caminar, ya que el corredor se desgastaría mucho menos en el plano muscular y mantendría más fuerzas para el resto del recorrido. Uno de los aspectos que más destacaron los investigadores del estudio es que para afrontar este tipo de desniveles el deportista debe mantener en todo momento un pie apoyado en el suelo. Esto es así tanto a la hora de caminar como de correr. En esos casos la diferencia entre ambas situaciones no es muy exagerada.

También hicieron hincapié en la importancia de la zancada. Caminando cuesta arriba la distancia que se recorre es mucho mayor que corriendo. Es posible que el ritmo se ralentice al andar, pero el cuerpo no consumirá la misma cantidad de energía y permitirá llegar más frescos al tramo final de la competición.

Por lo tanto, se podría asegurar que cuanto mayor es la inclinación existente, más motivos habría para subir las cuestas de la montaña caminando en lugar de corriendo. Las diferencias serían mínimas.

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