Los Simpson se lo pasan en grande en el otro Springfield
Nunca es tarde para sacar el lado friqui. No todos los amantes de los viajes buscan paisajes imposibles, lugares remotos o playas paradisíacas. Hay quienes prefieren otro tipo de diversión. Y ésta la pueden encontrar en el bar de Moe o en la hamburguesería de Krusty, en Springfield. Sí, hablamos de Los Simpson. En los Estudios Universal de Los Ángeles (Estados Unidos) se encuentra Krustyland, el parque temático de los Simpson. En su cuyo interior es posible encontrar cualquier elemento relacionado con una de las series más longevas de la historia de la televisión.
Los Simpson a tamaño natural
En Krustyland se encuentran numerosos edificios de la serie a tamaño natural (es decir, el de los humanos que no son de color amarillo chillón). Un buen ejemplo, como hemos apuntado, son el bar de Moe, la hamburguesería de Krusty, así como las torres de refrigeración de la planta nuclear, los cines Azteca, la escuela de primaria, la tienda de comics, la clínica del doctor Nick, el badulaque, etc.
Cuando el viajero se sumerge en la tierra de Los Simpson, las voces de los personajes dan la bienvenida, claro que para «degustarlas» se debería ver la serie en versión original. Como es evidente, no saludan con el doblaje en español. Pero lo más importante de este Springfield, como no puede ser de otro modo en un parque de atracciones, son éstas: las propias atracciones. Y sobre todas ellas destaca “The Simpson’s Ride”, una montaña rusa que hace las delicias de cualquier visitante ávido de emociones fuertes.
Pero eso no es todo, si el viajero es un asiduo seguidor de la famosa serie de dibujos, entre atracción y atracción puede tomar una cerveza Duff (elaborada para los visitantes del parque), comer una Krusty burger, una pizza en Luigi o una comida más ligera estilo ensalada en “La casa de té del horror de Lisa”. En ese deambular por este Springfield también es posible encontrarse con el gran Homer Simpson, al cual se le puede preguntar por su trabajo en la planta nuclear, a su esposa Marge y a cualquiera de sus tres archiconocidos hijos: el irreverente Bart, la educada Lisa o la eterna bebé Maggie.
Para los que piensan que Los Ángeles está demasiado lejos, también tienen la opción de acudir a la costa Este, a Orlando, que también alberga un Springfield similar.