Un oasis natural donde refrescarse: así es el Parque Nacional de Peneda-Gerês de Portugal
El Parque Nacional de Peneda-Gerês, en el noroeste de Portugal, abarca 70 mil hectáreas de montañas y naturaleza salvaje, siendo la única zona protegida del país catalogada como parque nacional. Creado en 1971, se extiende por cinco municipios y 22 pueblos, integrando de forma armoniosa la actividad humana con la conservación de antiguas tradiciones. Entre sus tesoros se encuentran el robledal centenario de la Mata da Albergaria y la calzada romana Geira, junto con impresionantes cascadas como las del Arado, Fecha de Barjas y Portela do Homem.
Además, el parque cuenta con pintorescos pueblos como Soajo, famoso por sus hórreos de piedra, y Lindoso, con su castillo del siglo XIII. Castro Laboreiro, con su fortaleza medieval, y Pitões das Júnias, con su monasterio y cascada, también son puntos destacados. El Santuario de Nossa Senhora da Peneda, situado en un entorno de gran belleza, y el mirador de Pedra Bela, que ofrece vistas panorámicas del parque, completan la riqueza de este rincón natural, donde cada visita revela nuevos rincones.
Parque Nacional Peneda-Gerês de Portugal
Durante los meses de verano, el Parque Nacional Peneda-Gerês, el único en Portugal, se convierte en un oasis natural ideal para refrescarse. Este parque, declarado Reserva de la Biosfera por la UNESCO, alberga una variada red de senderos que atraviesan sierras cubiertas de bosques de acebos y especies endémicas. Los ríos y riachuelos del parque crean cascadas, pozas, piscinas naturales, embalses y lagos espectaculares, formando un entorno perfecto para los amantes de la naturaleza.
La integración de la actividad humana en Peneda-Gerês es admirable, con tradiciones preservadas en aldeas como Pitões das Júnias y Tourém. El escritor portugués Miguel Torga elogió esta región como un lugar donde «todo confluye para que nada carezca de su grandeza y perfección». Los senderos conducen a numerosas pozas y saltos de agua, ofreciendo experiencias refrescantes para mayores y pequeños.
Cascadas
Portela do Homem, situada a sólo 500 metros de la frontera entre España y Portugal, es una cascada que forma una piscina natural de aguas cristalinas rodeada de altas rocas. La cascada es visible desde la carretera N-308-1 y se accede a ella tras un descenso de 800 metros a pie, por un estrecho sendero y un puente. Este punto es ideal para iniciar recorridos por la Mata de Albergaria, y la carretera que pasa por allí lleva hasta Vila do Gerês, conocida por su balneario y termas.
La cascada do Arado y el Poço Azul, ubicados en la carretera de A Portela do Home hacia Gerês, son de las más visitadas del parque. Desde un puente, un sendero con escalones lleva hasta un mirador que ofrece una vista espectacular de la cascada, situada a 900 metros de altitud. Aunque el baño en la cascada do Arado no está recomendado debido a su peligrosidad, el Poço Azul, al final del sendero, es apto para nadar.
La Fecha de Barjas o Cascada do Tahití, situada en la Serra do Gerês, es una de las cascadas más accesibles del parque. Situada a solo 50 metros de la carretera que conecta Fafião con A Ermida, cuenta con un parking de pago cercano. A pesar de su fácil acceso, se recomienda calzado de trekking para llegar hasta ella debido a las piedras resbaladizas. Desde las escalinatas, se observan varias pozas y cascadas en diferentes niveles.
Por último, Sete Lagoas se encuentra cerca de la aldea de Xertelo, en Montalegre. Accesible mediante una ruta de aproximadamente una hora y media, este sendero de 10 kilómetros pasa por una presa en el fondo del valle, ofreciendo vistas impresionantes de las piscinas naturales. Gran parte del recorrido es por carretera, pero un sendero desciende gradualmente por un acantilado hasta las siete lagunas que dan nombre a éste hermoso destino.
Pueblos
Castro Laboreiro, en Melgaço, alberga las ruinas del castillo homónimo, la Igreja Matriz y el Pelourinho del siglo XVI. Este pueblo, situado a más de 1.000 metros de altitud, ofrece vistas espectaculares y destaca por su aislamiento histórico, conservando intactas sus tradiciones y bellezas naturales, como cascadas y puentes históricos.
Pitões das Júnias, en Montalegre, a 1.200 metros de altitud, conserva choupanas típicas y las ruinas del Monasterio de Santa María das Júnias del siglo IX. Sus senderos permiten descubrir cascadas y otros encantos naturales del entorno.
Lindoso, en Ponte da Barca, es famoso por sus 64 espigueiros y el castillo medieval del siglo XIII, que alberga una exposición del Museu Militar. Las montañas circundantes conservan cabañas de pastores tradicionales. Soajo, cerca de Lindoso, es conocido por sus espigueiros y rutas de senderismo que llevan a cascadas y lagunas.
La Vila do Gerês, ubicada en el valle del río Gerês, es un destino destacado del Parque Nacional Peneda-Gerês por sus termas y balneario. Rodeada de frondosos bosques y cascadas como Tahití, Pinçaes y Arado, ofrece múltiples senderos y miradores como Pedra Bela y Caldas do Gerez. El Parque das Termas, con su lago y piscinas, es un atractivo adicional.