‘El gran salto’: Óscar Casas se corona interpretando a Gervasio Deferr en una biografía portentosa

Por fin se ha estrenado en Atresplayer El gran salto, serie sobre la vida del campeón olímpico Gervasio Deferr, a quien interpreta un portentoso Óscar Casas. Y aunque la ficción se recuesta mucho sobre los hombros del hermano de Mario Casas, hay que decir que esta producción de Diagonal TV es un producto cuidado y muy bien hecho que va más allá de contar la caída a los infiernos de un famoso. El gran salto brilla por su naturalidad, por lo bien dirigidos que están todos los intérpretes (además de a Casas, hay que destacar a Alfons Nieto y a Carolina Román, hermano y madre de Deferr en la miniserie), por lo elaborado de su montaje y por un mensaje muy potente, el de la relación con nuestro propio cuerpo, de cómo lo llevamos al límite con distintas excusas. En definitiva, una obra muy digna que nos recuerda el buen hacer de la plataforma de pago de Atresmedia.
Una biografía con esencia
Las biografías ficcionadas para cine y televisión suelen ser todas iguales, Auge y caída de un personaje famoso. Una sucesión constante de hechos que se olvida de una tesis a favor de lo que supuestamente ha sucedido realmente. Por eso, la idea de hacer una miniserie sobre Gervasio Deferr, bicampeón olímpico en salto de potro en Sídney 2000 y Atenas 2004, que, tras sus logros, cayó en el infierno de las drogas, no parecía demasiado alentadora. Sin embargo, El gran salto supone una sorpresa narrativa bastante interesante.
La serie se presentó en el festival de Cine de San Sebastián 2024. Su estreno en Atresplayer estaba previsto para pocas semanas después pero no fue así. El 30 de noviembre de 2024, se filtró que el motivo del retraso de la serie fue debido a las acusaciones de abuso sexual contra Gervasio Deferr. Meses más tarde, tras la falta de novedades en el caso, la plataforma de pago de Atresmedia ha decidido, por fin, sacar a la luz esta miniserie de 5 capítulos.
¿Qué diferencia El gran salto de otras biografías al uso? Primero, el tono. La realización es realista, tanto en composición de escenas como, sobre todo, en dirección de actores. Se transmite, en todo momento, una veracidad incuestionable.
Entre el cuerpo y la mente
Segundo, hay una reflexión en el conjunto poco habitual en este tipo de proyectos. El gran salto habla de la relación con nuestro cuerpo, de cómo lo llevamos al límite con diversas excusas. Deferr abusaba de su físico para ganar medalla y después hizo lo mismo con el alcohol.
De esa dualidad entre mente y cuerpo pude hablar con Óscar Casas en San Sebastián y me respondió que él, para prepararse el papel, hizo algo parecido a Deffer. Hay que tener en cuenta que no fueron muchos meses de rodaje y que el personaje pasa por dos fases (la serie está contada en dos tiempos) físicas, la de deportista de élite y la de adicto. Casas tuvo que prepararse para ambas representaciones. En una llevaba un entrenamiento deportivo muy estricto y en la otra hizo un régimen tan severo que hasta su nutricionista, me confiesa él, le llegó a decir que, llegados a ese punto, no se hacía responsable del salud de su paciente.
Óscar Casas, la gran estrella
Durante el tiempo que los periodistas charlamos con él en el festival de San Sebastián se notaba que Óscar Casas era muy consciente de que el de Gervasio Deferr era el papel de su vida hasta la fecha. Esta es su oportunidad de demostrar que no es simplemente el hermano de Mario o un fenómeno juvenil.
Òscar y Gervasio se llevan bien. Se notaba una gran química entre ambos durante la presentación del Gran Salto. Actor y deportista se entendían, se abrazaban y se sentían orgullosos del trabajo realizado. Y vista la serie entera y habiendo hablado con ambos, sí que hay un alma parecida entre los dos, se intuye una forma disciplinada y entregada hasta el límite a la hora de enfrentar el trabajo.
Casas se mostró encantador y humilde con la prensa en el Festival de San Sebastián, tanto fuera como delante de las cámaras. Se nota que es alguien culto, con ansias de aprender y muy orgulloso de ser el hermano de su hermano y de las oportunidades que está recibiendo.
El trabajo de Óscar Casas en El gran salto es de aquellos que marcan carreras. Es preciso y arriesgado. De hecho, un consejo: no dejarse intimidar por los primeros minutos de metraje. Ahí vemos a un Gervasio-Oscar hundido, con una voz chocante y un aspectos perturbador. Para muchos espectadores, esta escena podría provocar rechazo pero si se conoce al personaje real no habrá sorpresas.
Sin hacer spoilers, habría que destacar una escena en la que Gervasio, tras pasar la noche de fiesta, se dispone a leer mensajes que le ha enviado su familia. El trabajo que hace ahí Casas es de una visceralidad tan controlada como libre, tan abrumadora y brutal como íntima. Que le den todos los premios ya.
Alfons Nieto, Carolina Román y un reparto estupendo
No es fácil dar la réplica a un actor tan entregado como Casas con un personaje tan protagonista y exagerado. Por ello, quienes acompañan a Óscar merecen todos los aplausos del mundo.
Tanto José Rodríguez (creador y guionista) como Roger Gual (el director) han sabido transmitir a todo el elenco el tono, algo que se nota mucho en pantalla. El casting está perfectamente equilibrado y, de todos, es justo reconocer el trabajo de Alfons Nieto y de Carolina Román. Los dos son el corazón de la historia. En ellos se centra la redención de Gervás.
Alfons Nieto interpreta al hermano del protagonista y lo hace con una verdad atronadora. Le planta cara a Gervasio-Óscar sin achicarse. Él es el eje moral de la historia y se convierte así en un actor a tener muy en cuenta.
Carolina Román como la madre de Gervasio está simplemente espléndida. Es gracias a ella y a la relación con su hijo que empatizamos más con el protagonista y con su devenir.
También hay que aplaudir al resto del elenco compuesto, entre otros, por Olivia Baglivi, Pau Roca, Greta Fernández, Joaquín Daniel ,Bea Segura, Beka Lemonjawa, Christian Checa, Fran Berenguer, Lucía Juárez, Carlus Fàbrega, Pep Ambròs, Nausicaa Bonnin, Carla Linares y Salim Daprincee.