El padre de la niña asesinada en Valladolid intenta pegar al acusado en el juicio: «¡Asesino, Satanás!»

Justo en el momento en en el que los forenses explicaban en el juicio de Valladolid la cinco puñaladas que David Maroto le dio a la pequeña India de ocho años, el padre de la niña, su hermano y un ex novio de la madre de India, también asesinada, se han abalanzado sobre el acusado al grito de «asesino de niñas» y «satanás». Los agresores no han conseguido llegar a agredir físicamente a David Maroto gracias a la intervención de los agentes de la Policía Nacional y la Guardia Civil presentes en la sala de la Audiencia Provincial de Valladolid. El incidente ha provocado el desalojo de la sala y la suspensión temporal del juicio durante 15 minutos por orden del tribunal.

Los familiares no han podido aguantar la indignación por el doble crimen de un asesino, David Maroto, que durante éste juicio en Valladolid sigue mostrando la misma frialdad y falta de arrepentimiento que ya mostró desde los primeros momentos del crimen.

Fue la madrugada del 23 de enero de 2023, cuando David Maroto, de 44 años en esa fecha, acuchilló a las dos víctimas en un quinto piso de un edificio del paseo Zorrilla en el centro de Valladolid. El fiscal ha calificado de «espeluznante» el crimen y la acusación popular de «monstruosos» los asesinatos a cuchilladas de Paloma, de 45 años, y su hija India, de 8, por los que se juzga al que fue su pareja sentimental.

El relato de la fiscalía que ha abierto este juicio en Valladolid describe como en la fecha del doble crimen el procesado convivía en esa casa con Paloma y su hija, y que aquella madrugada inició una fuerte discusión con su compañera sentimental por motivos no determinados. Durante la discusión, «sin que ella pudiera presagiar en modo alguno el ataque, dada la confianza generada por su relación de convivencia, el acusado cogió de la cocina un cuchillo de grandes dimensiones, y de forma sorpresiva y con el ánimo de acabar con su vida», comenzó a asestarle múltiples puñaladas.

La niña intentó pedir ayuda

La niña de 8 años se despertó aterrorizada al escuchar los gritos de su madre y cogió un móvil para llamar al 112, pero el asesino se dio cuenta. Le quitó el teléfono a la menor y la acuchilló hasta matarla de cinco puñaladas, sin que la víctima pudiera reaccionar ni defenderse en modo alguno.

La Fiscalía sostiene además que en el momento de los hechos el procesado no padecía ninguna patología mental que alterase su capacidad intelectiva o volitiva y por tanto su imputabilidad. El acusado se enfrenta a una condena de 25 años por el asesinato de su pareja, Paloma, y a una condena a prisión permanente revisable por el salvaje crimen de la hija de ella, India, que sólo tenía ocho años.