La Justicia rechaza la permanente revisable para el asesino de Marta Calvo y le condena a 159 años

Asesino Marta Calvo
El asesino de Marta Calvo, Jorge Ignacio Palma. (Foto EP)

La sala de lo Civil y Penal del Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana (TSJCV) ha confirmado la condena de 159 años y 11 meses de cárcel al autor del asesinato de Marta Calvo, Arliene Ramos y Lady Marcela Vargas, en encuentros sexuales en los que usaba cocaína en los genitales de las víctimas.

El tribunal rechaza que se le pueda imponer la prisión permanente revisable, como solicitaban las acusaciones, por la redacción «literal» del artículo del Código Penal que regula esta pena, según ha informado el TSJCV. Los magistrados aumentan en 20.000 euros la indemnización para los padres de Marta Calvo, por el daño moral derivado de no poder recuperar los restos de su hija, cuyo cuerpo no ha sido encontrado.

De este modo, la sala confirma la sentencia impuesta por la Audiencia de Valencia que condenó, en aplicación del veredicto de un jurado popular, a 159 años y 11 meses de prisión al acusado de asesinar a tres mujeres e intentarlo con otras seis más en encuentros sexuales con consumo de cocaína, entre otros delitos, entre junio de 2018 y noviembre de 2019.

Los magistrados han desestimado el recurso de apelación formulado por la defensa al entender que Jorge Ignacio Palma fue condenado «con prueba de cargo, indiciaria pero bastante». «No fue arbitrario o irracional que los miembros del jurado consideraran acreditados los hechos basándose en aquellos testimonios privilegiados y coincidentes, en las diferentes pericias practicadas y demás pruebas aportadas a la causa», concluyen.

El tribunal ha desestimado los recursos de las acusaciones particulares, que pedían que se impusiera al penado la prisión permanente revisable. La magistrada que presidió el juicio con jurado en la Audiencia Provincial dictaminó que no era de aplicación al interpretar que el artículo 140.2 del Código Penal exige que hayan sido dictadas otras condenas con anterioridad por delitos contra la vida en uno o varios procedimientos diferentes.

La sala de lo Civil y Penal del TSJCV llega a la misma conclusión tras realizar una lectura del contenido literal del precepto legal, pero por distinta vía: no por el tiempo verbal -«hubiera sido condenado»- contenido en la norma sino por la exigencia de «índole cuantitativa» que incluye.

Dos asesinatos antes del de Marta Calvo

Según la sala, el artículo 140.2 establece que se impondrá la prisión permanente al reo de asesinato «que hubiera sido condenado por la muerte de más de dos personas». En este caso, el delito al que cabría aplicar esa pena, a juicio del TSJCV, es el asesinato de la tercera de las víctimas, Marta Calvo, y antes de ese crimen, el acusado no asesinó a «más de dos personas», sino exactamente a dos.

«En el fondo y puesto que la expresión utilizada no fue «dos o más» sino «más de dos», de acuerdo con la sala, «el legislador parece dirigirnos a condicionar la hiperagravación a condenas por al menos tres delitos consumados contra la vida, y en nuestro caso solo hay dos», los relativos a Arliene Ramos y Lady Marcela Vargas, señala la sala.

Los magistrados admiten que hay otra interpretación doctrinal que autoriza a englobar en estas tres condenas requeridas por el Código Penal la última de las impuestas, pero se inclinan por la que ellos realizan «en virtud del principio in dubio pro reo, al ser la más favorable al penado».

Del mismo modo, la Sala rechaza que se pueda aplicar en este caso la prisión permanente conforme a otro apartado del mismo artículo del Código Penal, el 140.1.2º, que la contempla cuando el asesinato es «subsiguiente» a un delito contra la libertad sexual cometido sobre la víctima.

«Unidad de acto»

El alto tribunal valenciano llega a esta conclusión, como hizo la Audiencia, porque a partir de los hechos que han sido declarados probados ambos delitos «fueron cometidos en unidad de acto y secuencialmente unidos».

Por otro lado, la sala de lo Civil y Penal ha confirmado igualmente la absolución de Jorge Ignacio P.J. por el delito contra la integridad moral, en relación a la ocultación de los restos mortales de Marta Calvo.

En este punto, según recoge la sentencia, la justificación incluida en el veredicto del jurado «no termina de confirmar la presencia de una actuación dolosa», una intención acreditada de causar un dolor añadido a los padres de esta joven.

A pesar de ello, precisa a continuación la Sala, «una cosa es que la conducta constitutiva del tipo del artículo 173.1 del Código Penal no conste como acreditada y otra muy distinta que el ocultamiento del cadáver haya originado en los padres una angustia añadida a la ya causada por su fallecimiento».

Por ello, el tribunal estima parcialmente el recurso de la acusación en este punto e incrementa la indemnización conjunta que debe abonar el penado a los progenitores de esta víctima en concepto de responsabilidad civil de los 70.000 a los 90.000 euros. La sentencia del TSJCV puede ser recurrida ahora en casación ante el Tribunal Supremo.

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