MUERTE EN TRASPINEDO

La Guardia Civil investiga el accidente que sufrió Óscar en la curva en la que se halló a Esther López

Los investigadores se plantearon desde el primer momento la duda de por qué alguien decidió depositar el cuerpo de la joven en ese punto exacto de Traspinedo

La noche en la que el cadáver fue abandonado había luna nueva y la visibilidad era inexistente, lo que hacía más necesario conocer el lugar para dejar allí el cadáver

Los forenses demuestran que alguien movió el cuerpo de Esther López al menos 24 horas después de morir

El teléfono móvil de Esther López hallado junto a su cadáver fue limpiado y no tenía ni huellas de ella

Esther López
La Guardia Civil investiga los detalles del accidente que el último hombre que estuvo con Esther sufrió justo donde se encontró el cadáver de la joven.
Alfonso Egea
  • Alfonso Egea
  • Jefe de Investigación en OKDIARIO. Anteriormente fui responsable de la sección de Actualidad y Sucesos en Espejo Público, en Atresmedia. He publicado cuatro libros y actualmente colaboro en programas de televisión en Mediaset y en Telemadrid. Agradecido por tener el reconocimiento de la Policía Nacional de Madrid y la medalla al mérito de la Guardia Civil.

Esther López no murió en el lugar donde su cuerpo fue encontrado 24 días después de su desaparición. Ni siquiera los investigadores asumen con total certeza que la causa de su muerte fuera un atropello ya que sus lesiones también son compatibles con una caída desde cierta altura. Por eso, la escena elegida para que su cuerpo, su móvil y su mochila, todo manipulado, fueran encontrados se convirtió en escenario crucial para el caso. ¿Quién y por qué eligió ese lugar concreto, esa curva, para colocar a Esther y hacer creer que había sido víctima de un atropello?

En esas está ahora mismo la investigación, pero ya hay una serie de datos que arrojan luz a esa duda. Y lo de la luz es en esta ocasión mucho más que una licencia para un artículo. Los agentes ya saben qué condiciones de visibilidad hubo la noche en la que el cuerpo de Esther fue colocado en la cuneta de la curva cercana al paraje de La Carrascosa: luna nueva. O lo que es lo mismo, oscuridad total. Por cierto, Esther no llegó a ese paraje con vida. Los forenses demostraron que la muerte le sobrevino en otra postura distinta a la que tenía cuando fue encontrada. A Esther la movieron sí o sí, pero días más tarde de su muerte y para trasladarla de donde estaba oculta hasta la cuneta donde la halló un paseante.

¿Es un lugar peligroso para un peatón? Lo es, y quien fuera capaz de borrar las huellas del teléfono móvil de la chica no iba a dejar al azar simular un atropello en un punto sin peligro. Los vecinos de Traspinedo saben que esa carretera es traicionera, que la curva tomada con velocidad inadecuada o en condiciones poco favorables para la conducción puede costarles salirse de la vía. Las señales de advertencia verticales y horizontales son más que evidentes, y de hecho los investigadores han sabido que el principal sospechoso del caso conoce muy bien el peligro del lugar donde fue encontrado el cuerpo de Esther López.

Ni Guardia Civil, ni grúa

Lo conoce por ser la carretera que une el núcleo urbano de Traspinedo con la casa de sus padres en El Romeral, la urbanización en la que está la vivienda que la Guardia Civil ha registrado durante cuatro jornadas. Pero es que además los investigadores han averiguado que, en esa carretera, justo en la curva en la que fue encontrada Esther, sufrió un accidente Óscar, la última persona que vio con vida a Esther López la noche de su desaparición.

Este periódico ha podido confirmar algunos de los datos que obran en poder de los investigadores. Óscar habría sufrido el accidente hace unos años, sin precisar cuántos, se encontraría en una horquilla de entre cinco y ocho. En la época en la que conducía otro modelo de coche, uno de la marca Ford, un modelo SUV o todoterreno. Justo al llegar a la altura de la curva en cuya cuneta fue encontrada Esther el hombre perdió el control del vehículo y se salió de la vía. No hubo aviso ni presencia de la Guardia Civil en aquel incidente, nadie los llamó. Tampoco una grúa se encargó de retirar el vehículo siniestrado y ahí se quedó aquel incidente. Hasta hoy.

Ahora que los investigadores han centrado sus sospechas sobre Óscar, cualquier dato cobra especial interés y que la última persona que vio con vida a Esther López tuviera un accidente de tráfico justo en el lugar donde el cadáver de la chica fue colocado para simular un accidente de tráfico, no puede ser un dato tomado a la ligera.

Los agentes siguen a la espera de recibir el resultado de algunas pruebas que apuntalen determinados acontecimientos de la noche en la que murió Esther y de la que decidieron trasladar su cadáver hasta la cuneta donde fue hallada. En el coche no consta por el momento una evidencia que demuestre la tesis del atropello con ese vehículo y el cuerpo y las prendas de la chica tampoco afirman con rotundidad esa posibilidad. Lo único cierto ahora mismo es que alguien eligió una noche sin luz lunar para trasladar un cadáver y sus efectos personales hasta una cuneta horas antes de que un vecino lo encontrara y que Esther nunca llegó viva hasta esa cuneta. Quien no le prestó ayuda y la dejó morir lo hizo 24 días antes, la misma noche que no permitió a la joven de 35 años volver a su casa con su familia.

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