El testigo que halló el cuerpo de Esther: “No estaba allí antes al 100%, su chaquetón brillaba al sol”
OKDIARIO reconstruye los movimientos exactos descritos por el hombre cuyo testimonio sustenta que el cuerpo de la joven fue colocado horas antes de su hallazgo
Lo primero que vio el testigo fue el abrigo de color claro de la joven que según él contrastaba sobre la hierba oscura de la cuneta. “Casi brillaba bajo el sol”
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El pasado sábado día 5, sobre las 10:30 de la mañana, un vecino de Traspinedo repetía su rutina diaria: pasear desde su pueblo con un palo de madera en la mano hasta un camino de tierra cerca de un polígono industrial. Aquel día el hombre se llevó la sorpresa de su vida al toparse con el cuerpo de su vecina desaparecida. Cuando la Guardia Civil llegó hasta el punto donde estaba Esther López se emplearon a fondo con el que se convertiría en una pieza clave de la investigación y le pidieron que tasara en un porcentaje su certeza de que ahí no estaba Esther en los días anteriores cuando él pasó por allí. “He pasado todos los días menos uno porque tuve que ir a Valladolid. Les aseguro al 100% que este cuerpo no ha estado aquí hasta hoy”.
Habrá quien piense que el hombre, un vecino de 50 años, huidizo de los medios de comunicación, pero plenamente colaborador con los investigadores, puede haberse equivocado e incluso haber pasado a escasos centímetros del cuerpo de Esther y no haberlo visto. Sin embargo, cuando se accede al detalle de lo que dijo, esa posibilidad se desvanece.
El hombre asegura que cada día realiza no sólo el mismo trayecto, sino la misma rutina, porque pese a lo lúdico de sus caminatas no es ajeno a que gran parte de estas las realiza cerca de una carretera con el peligro potencial que ello implica. Por eso el vecino siempre camina el trayecto de ida, el que va desde Traspinedo hasta el polígono industrial de Tuduero, por el lado izquierdo de la calzada, el recomendado siempre porque de esta manera el peatón ve venir hacia él los vehículos, lo que siempre da cierta capacidad de reacción ante un movimiento imprevisto del vehículo.
En ese trayecto, cuando el sol ya se eleva por encima de los pinares de alrededor, el hombre asegura que lo primero que percibió fue “algo que casi brillaba bajo el sol”, aunque lo que realmente notó fue el chaquetón de color claro de Esther López plenamente iluminado por el sol que destacaba sobremanera encima de la vegetación oscura de la cuneta. El lugar está justo al lado de una señal de tráfico, a unos 25 metros de un antiguo trazado ferroviario ya cubierto por el asfalto y justo al lado de unas tierras cultivadas. La Guardia Civil también trata de localizar a los dueños de estos terrenos para saber si los frecuentaron desde el 12 de enero, fecha de la desaparición de Esther, y si fue así si vieron algo relevante para el caso.
Perros y otros animales
Pero volviendo al hallazgo, el hombre asegura que tras percatarse de la presencia del cuerpo de Esther López llamó a la Guardia Civil y además de advertirles del hallazgo se quedó allí esperándoles mientras que se aseguraba de que nada ni nadie alterara el escenario. Y es que la cuneta sobre la que fue encontrada Esther suele estar frecuentada por otros paseantes, ciclistas y personas que sacan por allí a sus perros para que disfruten del aire libre.
De hecho, que la fauna local, tanto doméstica como salvaje, hubiera ignorado el cuerpo de Esther López durante 24 días es algo que también llama poderosamente la atención a los investigadores. Empezando por las mascotas, los perros que pueden haber pasado por la zona en compañía de sus propietarios. ¿Puede un animal no adiestrado en la detección de restos humanos pasar cerca de un cadáver que ha estado a la intemperie casi un mes y no percatarse de ello?
Fuentes especializadas en adiestramiento de animales aseguran a OKDIARIO que cualquier perro con sus sentidos intactos debería haberse percatado de la presencia de Esther sin necesidad de entrenamiento: “No se trata de rastrear, el cuerpo no está ni sepultado ni bajo el agua. Los perros, y más en zonas rurales, no salen a pasear, en su ADN está la necesidad de olfatear”. Siguiendo ese razonamiento es mucho asumir que varios perros hayan podido pasar tan cerca de Esther sin advertir a sus dueños de que allí había un cadáver.
Mención aparte merece la fauna salvaje. Los campos que rodean Traspinedo se caracterizan por estar frecuentados por varios animales. De hecho, las batidas de búsquedas se han topado con varios ejemplares que les han hecho alterar sus rutas de trabajo. Zorros, jabalíes, buitres y otras especies son habituales en el entorno en el que fue hallado el cuerpo de la joven. ¿Pudieron estos animales ignorar el cadáver de la joven día y noche durante 24 días? Es otro supuesto de grandes dimensiones.
Todo lo anterior además merece de una reflexión especial: ¿Cómo iba vestida Esther? El vecino asegura que el chaquetón de la joven “brillaba” y es que al contrario de lo que se ha llegado a difundir, Esther no iba vestida de negro, sino que su presencia con el abrigo puesto, al que hace mención el testigo que la encontró y cuya foto aparece en este artículo, la hacía destacar especialmente sobre un paisaje, este sí, grisáceo.
Así que un vecino pase a diario por allí y no haya visto el cadáver de una mujer de 35 años, que no lo hagan tampoco dos familiares directos de Esther que aprovechaban cada día para hacer y deshacer ese camino en busca de indicios, que los drones y los voluntarios hayan podido pasar por alto ese punto, todo eso parece posible, aunque es improbable. Lo que sí que es difícil de entender es cómo los animales de la zona hayan podido pasar a escasa distancia de la cuneta sobre la que se descomponía cada día un poco más un cadáver y que no hayan hecho ni amago de acercarse a él. De ahí sale el 100% de fiabilidad que el testigo le da a su convicción de que Esther no siempre estuvo ahí.