Antonio, condenado por la justicia a vivir con su ex suegra: «Se me quitan las ganas de vivir»
"Me han jodido la vida todo lo que han podido", sostiene Antonio de su ex suegra
La mujer se justifica asegurando que "es lo que firmamos en el convenio de divorcio hace siete años"
«Me han jodido la vida todo lo que han podido», este comentario que destila amargura y desesperación es de Antonio, un vecino de Mallorca, en referencia a su ex mujer y su ex suegra. En su caso la frase «condenado a vivir con su ex suegra» no es una frase hecha, es un hecho literal.
El hombre condenado está obligado por la justicia a convivir con su ex suegra hasta el fin de sus días, algo que para él es un infierno en la tierra. «Se me quitan las ganas de vivir», acierta a decir Antonio, sumido en un profunda depresión por la decisión de la Audiencia Provincial de Palma.
Todo por culpa de un convenio de divorcio que Antonio y su mujer firmaron en el año 2014 en el que acordaron las siguientes medidas: ambos eran propietarios de la vivienda familiar al 50% y como era suficientemente grande la dividirían en dos partes con un fino muro, mientras el hijo de ambos fuera dependiente económicamente y la ex suegra siguiera en la vivienda.
Antonio, de buena fe, se quedó con un tercio de la casa, mientras que la mayor parte de la vivienda la dejaba a su ex mujer, al hijo de ambos y a su ex suegra. Las claúsulas del acuerdo también establecían que cuando el hijo y la ex suegra abandonaran la vivienda familiar, Antonio volvería a recuperar el 50% del espacio de la casa.
Se marchó su ex mujer de la casa
Sin embargo algo lo cambió todo, al menos para Antonio. Su ex mujer se fue de la vivienda a los cinco años, en 2019, se casó con otro hombre y se marchó a vivir con él junto con el hijo que tiene con Antonio. La ex suegra se quedó en la vivienda compartida con Antonio.
Hace un año Antonio reclamó la totalidad de la vivienda y que su suegra se marchara, ya que su ex mujer, ni su hijo vivían ya allí. Pero su mujer reclamó en contra y ahora la justicia le ha dado la razón. Antonio tendrá que seguir viviendo con su ex suegra hasta el fin de sus días.
Ante la reclamación de Antonio, la sección 4 de la Audiencia Provincial de Palma, concluye que no hay ningún motivo para modificar las condiciones del acuerdo de divorcio que firmó la pareja sobre la vivienda.
La sentencia establece que el hecho de que la ex mujer y el hijo de Antonio ya no residan en la vivienda, no afecta al derecho a residir en la casa que el acuerdo estableció para la ex suegra. Su situación sigue siendo la misma.
Respecto a la reclamación de Antonio para quedarse con toda la casa, la justicia explica que el demandante no ha dado ninguna razón concreta o argumento que justifique tiene más necesidad que la ex suegra para vivir en la casa. Además recuerda que Antonio sólo es propietario de la mitad del inmueble.
«Yo sólo quiero vivir»
Antonio, frustrado por la condena de la Audiencia Provincial de Palma que le obliga a convivir con su suegra, recuerda que tiene un hijo en proceso de acogimiento familiar y que no tiene espacio para vivir con su nueva pareja. Sumido en una profunda depresión asegura que «yo no quiero fastidiar a nadie, sólo quiero vivir». «Firmé aquel convenio presionado para no perder a mi hijo y desde entonces no han parado de torturarme, me lanzan macetas, me tiran colchones, no han parado de joderme», explica el desafortunado.
«Yo sólo quiero el 50% de la casa, mi parte, ahora que se han marchado mi ex mujer y mi hijo, pero me obligan a seguir ligado de por vida a éstas personas, ¿ por qué me hacen esto?», suplica Antonio mientras se da cabezazos contra la pared. «Entre tanto se han quedado con todo el porche, se quedan con las partes compartidas y ni siquiera me dejan hacer un camino que atraviese la finca hasta mi puerta», termina.