Presunto agresión sexual en Murcia

La víctima de ‘La Manada’ de Murcia dice que no hubo violencia ni intimidación

La Manada
Imagen de los juzgados en la pedanía murciana de Beniaján

La joven de 23 años presuntamente violada por tres conocidos en la pedanía murciana de Beniaján, conocidos popularmente como ‘La Manada’ de Murcia, reflejó en su denuncia que sus agresores la engañaron suministrándole pastillas que anularon su voluntad antes de agredirla sexualmente, pero también, según ha podido saber OKDIARIO, confirmó que no medió ni violencia ni tampoco intimidación en el presunto delito.

Los hechos tuvieron lugar la última semana de abril cuando, según el relato de la víctima, coincidió por casualidad con los tres hombres de 48, 43 y 26 años y aceptó marcharse con ellos a una zona de huertas para beber y drogarse. La víctima asegura que le ofrecieron droga y en realidad le dieron «orfidal», un potente tranquilizante que mezclado con el alcohol y el cannabis que tomó la sumió, según la Guardia Civil  «en un estado de enajenación que aprovecharon para agredirla sexualmente».P

Más tarde la trasladaron al domicilio de dos de ellos, donde según fuentes judiciales continuaron agrediéndola hasta que a la mañana siguiente, y ya por su propio pie, la víctima acudió al Hospital Universitario Virgen de la Arrixaca. Allí, tras una exploración, y según ha podido saber OKDIARIO, le detectaron lesiones compatibles con una agresión sexual y la apremiaron a denunciar la supuesta agresión cosa que hizo cuatro días después de los hechos.

A la víctima le dieron «orfidal», un potente tranquilizante que mezclado con el alcohol y el cannabis la sumió en un estado de enajenación que aprovecharon para agredirla sexualmente

La Unidad Orgánica de Policía Judicial de la Guardia Civil no tardó en localizar a los sospechosos, detenerlos y pasarlos a disposición judicial acusados de un delito de agresión sexual tras analizar el contexto y los indicios disponibles. Los guardias civiles, según fuentes judiciales, insisten en la mediación del engaño para agredir a la víctima. Sin embargo, el juez les dejó en libertad con cargos de abuso sexual y no violación aplicando el código penal. Si no existió violencia ni intimidación a pesar de que hubo acceso carnal sin consentimiento de la víctima, el delito es de abusos y no de violación. El fiscal ni siquiera llegó a pedir prisión provisional, aunque dentro de las medidas cautelares les impuso una orden de alejamiento de la víctima.

La investigación sigue adelante con el análisis de los teléfonos móviles de los detenidos, mientras que ellos ya en libertad niegan los hechos aunque en los dos últimos días ha evolucionado la versión que dan del caso. En principio sus familiares proclamaron que la víctima era prostituta y las relaciones fueron previo pago del trasporte en taxi y 20 euros para la víctima. Ellos, tras salir del juzgado, explican que no fue casualidad y se citaron con la víctima tal y como demostrarían los mensajes de móvil. Los acusados admiten que le dieron un par de ansiolíticos en la tarde y la noche de los hechos pero a petición de la víctima, y que jamás mantuvieron relaciones sexuales con ella. Todo se debe, según ellos a un ataque de celos de la joven, pareja de uno de ellos y al a vez prostituta.

De momento están en la calle, pero como investigados de un delito de abusos sexuales penado con hasta diez años de prisión.

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