¿Qué santos se celebran hoy, jueves 28 de agosto de 2025?
San Agustín de Hipona destaca entre los santos de hoy
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¿Qué santos se celebran hoy, jueves 28 de agosto de 2025? La Iglesia católica celebra en este día a varios santos entre los que están San Agustín de Hipona, no confundir con San Agustín, padre junto a Santa Ana, de la Virgen María. Puede entonces que si te llamas Agustín te feliciten el santo. Según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), en nuestro país hay 57.097 hombres llamados Agustín. Este es un nombre de raíz latina, Augustinus que significa consagrado o perteneciente a Augusto.
Junto a San Agustín de Hipona, la fecha del 28 de agosto conmemora además a otros santos, como Santa Joaquina de Vedruna, fundadora de las Carmelitas de la Caridad, y San Pelayo, el pequeño mártir de Córdoba cuya historia impactó profundamente en la Edad Media. De este modo, el santoral de hoy nos lleva a viajar desde la África romana hasta la Barcelona del siglo XIX y la Córdoba califal del siglo X, recorriendo vidas de entrega, de fe y también de resistencia frente a la adversidad. A continuación repasamos quiénes fueron estos santos, pero además os enumeramos al resto de santos que se celebran en este día.
San Agustín de Hipona
La vida de Agustín estuvo marcada desde el principio por un contraste: su padre, Patricio, era pagano, mientras que su madre, Mónica, rezaba día y noche por él. Y no le faltaban motivos. Agustín, brillante estudiante, viajó a Cartago para formarse en retórica, pero allí se dejó llevar por la vanidad y los excesos. Durante un tiempo incluso coqueteó con el maniqueísmo, hasta que, cansado de tanta palabrería vacía, buscó nuevos caminos en Roma y después en Milán.
Fue allí donde todo cambió. Una tarde, angustiado, se refugió en un jardín. Bajo una higuera rompió a llorar y creyó escuchar una voz que repetía: «¡Toma y lee!». Abrió al azar las cartas de San Pablo y aquellas palabras bastaron para darle la vuelta a su vida. Desde entonces ya nada fue igual.
De regreso a África se entregó por completo a la Iglesia. Fue ordenado sacerdote, más tarde obispo de Hipona, y combatió herejías que amenazaban la unidad de los cristianos. Su legado es inmenso: más de 200 obras, entre ellas las célebres Confesiones y La ciudad de Dios. Cuando murió en el 430, los vándalos asediaban Hipona, pero su influencia estaba destinada a durar mucho más allá de aquel momento.
Santa Joaquina de Vedruna
La historia de Joaquina de Mas y de Vedruna arranca en Barcelona en 1783. De familia noble, soñaba desde niña con ser religiosa. Pero la vida la llevó por otro camino: a los dieciséis años se casó con Teodoro de Mas, con quien tuvo ocho hijos. Años después, la muerte de su marido la dejó viuda y con una gran responsabilidad sobre los hombros.
Lejos de rendirse, Joaquina encontró en la oración y en el servicio a los enfermos un nuevo rumbo. Aconsejada por un capuchino, entendió que su sitio no estaba en una orden ya existente, sino en fundar una nueva. Así, en 1826 nacieron las Carmelitas de la Caridad, dedicadas a la educación y al cuidado de los enfermos. Al principio apenas tenían recursos, pero en poco tiempo levantaron hospitales y escuelas que se multiplicaron por Cataluña.
Su vida no fue fácil. Durante la Guerra Carlista, las hermanas tuvieron que atender a heridos de ambos bandos y, en ocasiones, huir para salvarse. Joaquina sufrió una larga enfermedad y murió el 28 de agosto de 1854, víctima del cólera. Fue canonizada en 1959, y hoy sus hijas espirituales siguen presentes en muchos lugares del mundo.
San Pelayo
La historia de San Pelayo es dura y conmovedora. Era apenas un niño cuando fue entregado como rehén a los musulmanes en la Córdoba del califato. Allí permaneció prisionero durante años hasta que el propio Abderramán III intentó convencerlo para que abandonara la fe. Le ofreció riquezas, libertad, caballos y honores. Todo, a cambio de renunciar a Cristo.
La respuesta de Pelayo fue tajante: «Soy y seguiré siendo cristiano». No había marcha atrás. Esa firmeza le costó la vida. Las crónicas medievales describen torturas terribles antes de su ejecución. Tenía solo trece años. Sus restos se veneraron en Córdoba y después fueron trasladados a León y Oviedo, donde su culto se extendió rápidamente.
En la Edad Media, San Pelayo se convirtió en uno de los mártires infantiles más venerados. Su figura, mitad historia y mitad leyenda, simbolizaba la pureza de la fe frente a la tentación y el poder. En Asturias y Galicia aún se le recuerda con devoción, y varias iglesias llevan su nombre.
Otros santos que se celebran el 28 de agosto
- San Edmundo Arrowsmith
- San Hermes
- San Moisés el Etíope
- San Junípero Serra
- Santa Florentina de Cartagena
- San Julián de Brivet
- San Restituto de Cartago
- San Vicinio de Sarsina
- San Viviano de Saintes
- Beato Carlos Arnaldo Hanus
- Beatos Guillermo Dean y compañeros
- Beato Alfonso María Mazurek