La española que bajó a ver los restos del Titanic cuenta toda la verdad sobre el Titan

Submarino Titan
La española que bajó a ver los restos del Titanic cuenta toda la verdad sobre el Titan

Todavía se desconocen las causas que llevaron al submarino Titan a la implosión. Muchos expertos apuntan al diseño del sumergible como la causa principal del desastre. Y eso mismo opina Isabel Ferrera, la española que hizo dos expediciones al Titanic en 2006 y 2007, en el primer sumergible que viajó al histórico transatlántico en 1986.

La microbióloga del Instituto Español de Oceanografía de Málaga, Isabel Ferrera descendió 2.653 metros en dos expediciones distintas a bordo del sumergible Alvin, el primero en explorar el Titanic y el mismo que alquiló el director James Cameron para contemplar el barco antes de filmar su película.

La microbióloga se ha mostrado crítica con los recursos utilizados para el rescate del Titan: «Si te pones ahí por unos fines meramente turísticos y privados, deberías ser responsable de pagar esta factura y no usar recursos públicos».

En una entrevista a Europa Press, la científica ha destacado lo que podría haber sido una de las principales causas de la implosión del submarino. «Si el diseño del submarino Titan va acorde a la profundidad máxima que puede alcanzar, no debería haber problema. Si lo ha habido es porque había un problema con el diseño, los materiales o se ha descendido más metros de los que podía soportar», ha subrayado.

Los riesgos de un submarino comercial

Los submarinos científicos, como el Alvin, tienen una forma diferente a la del Titan y tienen capacidad para tres personas, mientras que la del sumergible era de cinco personas. «Lo hicieron más grande me imagino que por ser comercial y, según dicen, no llevaba el sistema de localización por balizas», ha especificado Ferrera.

Para Isabel, las diferencias entre lo dos submarinos son muy grandes. El Titan es un sumergible experimental que «no estaba validado por una autoridad competente», mientras que el Alvin es un submarino científico que tiene «una tecnología parecida a la aeroespacial», por lo que la microbióloga española «nunca» tuvo miedo al realizar sus expediciones.

Para la científica, el riesgo de ir en el submarino Titan es «mucho mayor», ya que se trata de un sumergible privado «que no estaba certificado ni aprobado por ninguna autoridad competente» y en el que los viajeros «tenían que firmar un documento» antes de sumergirse. «Bajaría a las Fosas de las Marianas», asegura Ferrera, pero siempre en un submarino científico y no en uno comercial, asegura.

Arriesgar la vida

Isabel Ferrera no se ha mostrado «muy a favor» del turismo científico en el que millonarios arriesgan su vida, como en el caso de la expedición del Titan.»El fin de esta gente es un tema personal y de ego, si quieran contribuir a la ciencia también podrían donar parte de su dinero a la investigación», ha criticado.

Submarinos seguros

A la hora de diseñar un submarino, los ingenieros tienen que tener en cuenta que deben tener un puerto de visibilidad y que «cuanto más grande el puerto, más cristal y menos profundidad pueden alcanzar». «Una esfera totalmente sellada de titanio es más robusta. Se tiene que diseñar muy bien el tamaño, el grosor y el lugar de la esfera», ha comentado Ferrera.

«Si el piloto se desvanece, los científicos tendríamos que hacer la evacuación de emergencia. En el caso de emergencia máxima, hay un botón que es para que se desprenda la esfera y poder subir a la superficie», ha relatado la experta.

Viajes para explorar

La microbióloga descendió más de 2.600 metros en la Dorsal del Pacífico para estudiar los microorganismos que existen a altas temperaturas, ya que alrededor de las fumarolas hidrotermales «existe un ecosistema singular que no hay en otros sitios».

«Tienes una emoción, fascinación, un poco de nerviosismo por vivir una experiencia así, sobre todo la primera vez. Es emocionante», ha relatado.

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