El descuartizador de Valdemoro quería quedarse con un resto de la víctima como trofeo
Por mucho que su entorno intenta pintar a Leonardo como un individuo «normal», las pruebas del caso son demoledoras. El descuartizador de Valdemoro pasó más de 12 horas manipulando el cadáver de su víctima en el salón de su casa y pretendía quedarse con una parte como trofeo.
La Guardia Civil tiene el caso bien atado y las pruebas contra Leonardo son contundentes. La autopsia sitúa la muerte de la joven de Valdemoro en la madrugada del martes al miércoles 16 de octubre y desvela que fue estrangulada y apuñalada simultáneamente en el tórax.
Según fuentes judiciales, la Guardia Civil encontró el cuchillo de gran tamaño que utilizó para agredirla y manipular posteriormente el cuerpo para poder quemarlo en la barbacoa.
La aparición de libros que hacen referencia a procesos macabros para manipular los cadáveres en la casa del asesino y el hecho de que, según avanza el programa Buenos Días de Telemadrid, guardara parte de su cuerpo como trofeo, apuntan la posibilidad de premeditación en el crimen.
De hecho, los datos de la autopsia que ya adelantó OKDIARIO desmienten la versión que Leonardo dio a los guardias cuando le sorprendieron intentando deshacerse del cadáver la noche del miércoles. Entonces, cubierto de sangre de los pies a la cabeza, les dijo a los guardias que «esa zorra me ha traicionado» en referencia a Celia, su pareja, que tras ayudarle a manipular el cadáver y limpiar la casa terminó por acudir a avisar a la Guardia Civil de lo que había ocurrido. También entonces, Leonardo les dijo a los guardias que «había sido un accidente mientras practicaba un juego sexual con la víctima» algo que no creyeron en absoluto.
Con todas las pruebas en contra, Leonardo continúa en prisión provisional. Y también Celia su novia, con la que había cortado la relación justo un día antes del crimen.
Precisamente la investigación se centra en averiguar el papel de Celia en todo este asunto ya que sospechan que pudo intervenir en el crimen. La jueza del caso no descarta la coautoría de Celia ya que su relato tiene lagunas importantes. Los testigos la sitúan en la casa del crimen a las siete de la mañana, muy cerca de la hora en que sucedió todo. Tienen pruebas de que acompañó entre risas al asesino a comprar lejía para limpiar la casa de sangre y carbón para la barbacoa. Y tardó más de 12 horas en denunciar el caso a la Guardia Civil.