Si te preocupa tu salud, apaga el router Wi-Fi por la noche

El Wi-Fi por la noche, un peligro.
El Wi-Fi por la noche, un peligro.

Es posible que en alguna ocasión hayas oído o leído acerca de los presuntos peligros de las radiaciones que emiten muchos dispositivos de nuestro entorno. Hace algunas décadas eran los rayos catódicos del televisor, y después ha sido las antenas de telefonía, los propios teléfonos móviles y ahora parece que son las redes Wi-Fi las acusadas de ser “el asesino silencioso” que puede causar daños irreversibles en el cerebro, malformaciones fetales y abortos, crecimiento anormal de los huesos… vamos, lo mismo que una temporada en la accidentada central nuclear de Fukushima, pero en tu salón.

Algunas de las informaciones (por llamarlas de algún modo) que aluden a estos efectos nocivos de las conexiones Wi-Fi citan fuentes tan prestigiosas como la Agencia de Salud Británica, y entendiendo que se refieren a la Agencia de Protección de Salud Británica, la postura de esta organización es sencillamente no hay evidencia alguna de que las redes Wi-Fi afecten a la salud humana y su radiación es mucho más débil, por ejemplo, que la de los teléfonos móviles.

La precaución que se señala en los sitios web que alarman sobre las “conexiones Wi-Fi asesinas” pasa por evitar el contacto con esta tecnología, apagar el router antes de ir a dormir, no instalar nunca el router en la cocina o el dormitorio e incluso reemplazar los teléfonos inalámbricos por unos con cables. El paso siguiente, es quizá evitar cualquier aparato eléctrico y convertir tu casa en una jaula de Faraday con aislamiento electromagnético para evitar las decenas de redes Wi-Fi que tendrás alrededor debido al router de tus vecinos (si vives en una ciudad, sólo debes abrir la conexión a redes del ordenador para ver la gran cantidad de redes Wi-Fi que hay a tu alrededor).

¿Cansado? Eso es que ya estás notando sus efectos

Los sitios web y mensajes alarmistas que circulan por redes sociales señalan además unos síntomas como probables efectos de la exposición a radiaciones Wi-Fi. Entre ellos se cuentan dolores de cabeza frecuentes, problemas de sueño, dolor en los oídos, falta de concentración… Es decir síntomas que podrían deberse a un resfriado, cansancio, exceso de horas de trabajo o ansiedad, son según estos “pseudo medios de información” el primer signo de que tu Wi-Fi está afectando a tu salud.

El Wi-Fi por la noche, un peligro.
El Wi-Fi por la noche, un peligro

Sin embargo, a poco que estés al tanto temas relacionados con tecnología o tengas unos minutos para investigar el tema, verás que todas las alarmas son infundadas. Como explica el profesor Lawrie Challis, presidente de la agencia Mobile Telecommunications and Health Research (MTHR), las señales Wi-Fi operan en frecuencias de 2,4 GHz o 5 GHz y son las mismas que usan por ejemplo los hornos microondas, los teléfonos móviles o los dispositivos Bluetooth. Se trata de radiaciones que se definen como “no ionizantes” que incluyen los citados microondas, las conexiones inalámbricas, las emisiones de infrarrojos o la propia luz visible.

Estas radiaciones, al contrario que las llamadas ionizantes, como los rayos X, no tienen energía suficiente para ionizar los átomos ni pueden causar daño en los tejidos vivos sino que, como mucho (como los microondas o los infrarrojos) producen calor. Según esta agencia, no hay evidencia alguna de que la radiación no ionizante de las redes Wi-Fi pueda causar daño alguno. Sin embargo, sí cita el hecho de que el gobierno británico ha recomendado que los niños pequeños no usen teléfonos móviles durante largos períodos porque su cráneo es más delgado o que tampoco usen un portátil sobre su regazo sino mejor sobre una mesa, lo que ha servido también para desatar una nueva alarma, no sólo por la radiación de los smartphones, sino por las conexiones Wi-Fi.

¿Eso significa que las señales Wi-Fi son 100% seguras?

Para que te hagas una idea, una onda de microondas tiene 100.000 veces la potencia de una red Wi-Fi y éstas (las redes Wi-Fi) son de una potencia muy inferior a las de los teléfonos móviles, según la Health Protection Agency (HPA), si una persona pasa un año en un punto de acceso Wi-Fi, recibirá la misma dosis de ondas de radio, como si hubieran hecho una llamada de una duración de 20 minutos desde un teléfono móvil. Así, si de pronto te entra una terrible preocupación por tu salud, recuerda primero todos los hábitos alimenticios y de vida que pueden ser mucho más perjudiciales que usar un smartphone, cuyo mayor peligro es la adicción psicológica que genera (o el riesgo, por ejemplo de que una batería se sobrecaliente) y, después, cuando hayas acabado con todo ello, ya sabes: apaga el router y duerme tranquilo.

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