Los tres enemigos de la telemedicina: ¿Cuáles son y cómo desterrarlos?

Algunos de los prejuicios son la falta de calidad de las consultas online, la inseguridad y la pérdida de control de los pacientes

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Durante la pandemia el uso de la telemedicina se disparó.

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Durante la pandemia el uso de la telemedicina se disparó teniendo una gran acogida entre aquellos que la utilizaban, destacando los grandes beneficios que les aportaba como su eficacia, el bajo coste y la comodidad. Sin embargo, de acuerdo con el último estudio de Cigna «360 Wellbeing Survey», un 44% de la población española hoy en día se mantiene escéptica y prefiere continuar utilizando la vía tradicional. Algunos de los motivos por los que esto sucede son los tres ‘enemigos’ que rodean a la telemedicina: el desconocimiento, los prejuicios y los falsos mitos.

Los grandes avances tecnológicos han permitido desarrollar plataformas especializadas en telemedicina como aplicaciones móviles con las que poder tener un mayor acceso a los profesionales: reservas de citas con los médicos, contacto vía telefónica o por videollamada en cualquier momento e incluso acceso a las pruebas e informes realizados para estar informados en todo momento proporcionando un mayor control y cuidado de la salud. Tanto es así, que el último estudio de Cigna «360 Wellbeing Survey” ha revelado que el uso de estos servicios aumentó en un 22% durante la pandemia.

Ante esta situación, Elena Luengo, Clinical & Medical Innovation Manager de Cigna España, señala que «es importante que la gente comprenda que la medicina digital no ha venido para reemplazar a los médicos, sino que, al contrario, se ha creado para ayudarles. Debemos empezar a concebirla como una ‘amiga’ de la medicina tradicional, ya que ambas disciplinas son complementarias y juntas pueden ofrecer todavía mejores resultados que por sí solas, especialmente en el ámbito de la prevención y seguimiento del cuidado de la salud. De hecho, para conseguir lo mejor de ambos mundos, en Cigna nos centramos en reforzar de manera constante nuestras plataformas digitales incorporando nuevas funcionalidades adaptadas al proceso de convergencia digital sin olvidarnos del lado más humano de la medicina».

Para ayudar a desmitificar estos falsos mitos, los expertos de Cigna ofrecen algunas aclaraciones a tener en cuenta:

La consulta online no tiene la misma calidad que la presencial. La inteligencia artificial es una de las herramientas que utilizan las compañías dedicadas a la telemedicina para poder ofrecer un servicio de calidad óptimo. Por ejemplo, para poder facilitar la consulta y agilizar el proceso, en muchos casos se realiza al paciente un test previo para saber cuáles son sus síntomas y así poder dirigirle de manera automática al profesional que mejor le pueda ayudar. De esta manera, el médico cuando se cite con su paciente ya sabrá cuáles son los motivos de la consulta y podrá utilizarla para profundizar en todos aquellos detalles que necesite para poder terminar de realizar su diagnóstico de una manera más ágil y eficaz.

Impersonalidad de la consulta online. Algunas personas clasifican las consultas online como impersonales, frías y distantes. Sin embargo, mientras una consulta presencial se produce con menor asiduidad, una online se puede tener con mayor frecuencia y esto permite al paciente hablar más con su médico, sentirse más cerca e incluso generar una mayor confianza.

Un médico online no puede diagnosticarte de la misma manera. El mundo avanza a pasos agigantados y con la ayuda de la tecnología se espera un gran futuro lleno de mejoras para la salud. De hecho, hoy en día, con el objetivo de ofrecer la mejor atención a los pacientes, los profesionales en telemedicina cuentan con un kit para poder llevar a cabo los diagnósticos de sus pacientes. Existen una serie de dispositivos como, por ejemplo, las cámaras digitales que permiten poder realizar diagnósticos a distancia.

Las videollamadas no son seguras. La privacidad ha ganado un peso relevante y se ha convertido en el centro de todas las relaciones que establecemos con las entidades tanto públicas como privadas. Las plataformas especializadas en medicina digital se adhieren a la normativa HIPAA y al Reglamento General de Protección de Datos, que se encarga de cifrar de extremo a extremo toda la información del paciente, tanto las llamadas que se realicen como todos sus datos personales bajo un sistema de seguridad avalado a nivel internacional.

Los médicos que atienden son reales, no son «bots». Para llevar a cabo una consulta telemática de calidad y fiable es necesario acudir a las plataformas especializadas que se han creado para ello. La Cigna Wellbeing App, por ejemplo, cuenta con un acceso fácil, seguro y confidencial a un equipo de profesionales de la salud, licenciados y acreditados, todos los días de la semana. Además, ofrece información más detallada acerca de ellos, su experiencia y su especialidad.

Pérdida de control sobre los pacientes. Uno de los grandes beneficios que tiene la telemedicina y que facilita, sobre todo, el trabajo a los profesionales es la centralización de los datos de sus pacientes, así como sus historiales médicos, exámenes, recetas y citas, entre otros. Este avance tecnológico hace que los médicos puedan tener más a su alcance todos los históricos de sus pacientes, permitiéndoles ser más eficaces y llevar un seguimiento más controlado.

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