No se financian los tratamientos farmacológicos

Para el sistema público de salud la obesidad no es una auténtica enfermedad

Los expertos tienen claro que la obesidad es una enfermedad "crónica y recidivante" (con recaídas), pero el tratamiento quirúrgico se reserva a casos extremos

ABH Nacional, primera asociación para personas con obesidad de toda España

Para el sistema público de salud la obesidad no es una auténtica enfermedad
Para el sistema público de salud la obesidad no es una auténtica enfermedad

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Como recuerda María del Mar Malagón, presidenta de la Sociedad Española de Obesidad (SEEDO), catedrática de la Universidad de Córdoba y subdirectora científica del Instituto Maimónides de Investigación Biomédica de Córdoba (IMIBIC), la obesidad rara vez viene sola. Está asociada a diabetes, enfermedades del corazón, respiratorias y musculoesqueléticas. «Durante la pandemia hemos constatado también que la obesidad implica mayor riesgo de hospitalización y de desarrollar la forma grave de Covid», ha apuntado.

En un encuentro con los medios, la SEEDO ha presentado los resultados de una reciente encuesta sobre obesidad en España y ha planteado los principales retos, avances y reivindicaciones de expertos y pacientes coincidiendo con el Día Mundial de la Obesidad que se celebra el 4 de marzo.

La encuesta refleja, entre otros hallazgos, que las tasas de preobesidad (sobrepeso) y obesidad siguen aumentando en España, afectando ya a más de la mitad de la población; y también releva la relajación o descuido de buenos hábitos de vida elementales, como la práctica regular de ejercicio.

Según revela esta encuesta, el 53.8% de los entrevistados padecían exceso de peso (un 36,6% con sobrepeso y un 17,2% con obesidad). «Son datos que se asemejan a los arrojados por el estudio ENPE de 2020, pero que difieren en algo sobre la última encuesta europea de salud en España 2020 y que evidencian un significativo aumento respecto a la encuesta SEEDO de 2020», apunta el Dr. Albert Lecube, vicepresidente de SEEDO y jefe del Servicio de Endocrinología y Nutrición del Hospital Universitario Arnau de Villanova (Lérida).

La pandemia y el cambio de hábitos de vida tienen su reflejo en un incremento del número de personas obesas en comparación con la encuesta SEEDO de hace dos años. «La implantación del teletrabajo, más horas sentados delante del ordenador y cerca de la cocina, el estrés, las limitaciones para acudir a los centros deportivos por las restricciones Covid y el miedo a salir a la calle en las personas de mayor edad han contribuido, sin duda, a que en la actualidad más de la mitad de nuestra población deba preocuparse por las consecuencias negativas para su salud que ocasiona el exceso de peso», aclara Lecube.

Por otra parte, expertos de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN) han advertido que a pesar de que el 93% de los profesionales de la salud consideran la obesidad como una enfermedad crónica, solo el 44% de los pacientes con obesidad reciben el diagnóstico de obesidad de su médico y apenas un 24% son citados a visitas de seguimiento.

«Esta menor atención a esta enfermedad crónica responde a múltiples factores, como la estigmatización que culpabiliza al paciente por no tener hábitos saludables, la escasa disponibilidad de recursos para abordarla, que su tratamiento farmacológico no está cubierto por la financiación pública como ocurre con otras enfermedades crónicas, y que las listas de espera para el tratamiento quirúrgico son largas y restrictivas», aseguran fuentes de esta sociedad científica.

Otras formas de mantenerse activo

Frente a la dificultad de realizar ejercicio entendido en sus formas convencionales, César Bustos, vocal de la Junta Directiva de SEEDO, ha presentado los beneficios de los «aperitivos» de actividad (también conocidos como «snack») adaptados a cada persona: buscar unos minutos cada hora para hacer breves ejercicios y fomentar actividades que nos hagan disfrutar y se puedan realizar aunque la persona permanezca mucho tiempo en su casa, con ejemplos tan sencillos como bailar, o subir un tramo de escaleras.

De la población sedentaria, el 80,7% reconoce que le podría dedicar al menos 15 minutos al día, 4 ó 5 días a la semana; y prácticamente todos los jóvenes encuestados (un 94,9%), aseguran que podrían dedicar más de 1 h semanal al ejercicio, siendo el grupo poblacional más dispuesto a ello. ¿Y por qué no lo hacen? «El principal motivo que se argumenta es que no les gusta hacer ejercicio y, entre los más jóvenes, la principal razón para no hacer ejercicio es el alto precio de los centros deportivos», apunta Sharona Azriel, secretaria de SEEDO. Por lo tanto, razona: «Hagamos este hábito más atractivo y barato». Además, considera que «debemos buscar actividades más motivantes, y adaptadas a las diferentes edades y condiciones de peso, así como trabajar sobre las falsas creencias alrededor del ejercicio físico».

Entre las medidas a adoptar, se pone el foco en la prescripción de un ejercicio físico adecuado y óptimo para cada persona. Como recuerda Bustos, «se ha demostrado que los entrenamientos de alta intensidad, siempre que sean pautados de forma correcta mejoran la respuesta cardiorrespiratoria y de resistencia, con volúmenes de tiempo mucho menores que los entrenamientos tradicionales. La clave, por lo tanto, es combinar entrenamientos de alta intensidad con ejercicios de fuerza de cargas medias altas».

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