¿Qué puedo hacer si tengo un dolor crónico que me hace dormir mal?

dolor crónico
Dolor crónico.

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El dolor crónico puede conllevar un mal descanso, ya que lo normal es que las personas que lo sufren se despierten en varias ocasiones a lo largo de la noche y, por tanto, al no dormir suelen estar cansadas durante el día.

Todo ello, además, tiene un impacto directo sobre la salud mental de las personas al no poder gozar de un sueño reparador y sufrir de fatiga, menor energía y un ánimo, incluso, más depresivo que lleva a tener más sensación de dolor durante el día.

Pero, ¿por qué no pueden dormir bien por las noches? Porque focalizan su atención en el dolor, al no tener ninguna distracción como sí pasa a lo largo del día cuando tenemos decenas de cosas que hacer. Al meterse en la cama, se tiene la percepción de que el dolor aumenta y tardan más en coger el sueño, algo que resulta desesperante y estresante.

¿Qué relación tiene el dolor crónico con la calidad de nuestro descanso?

Desde la Unidad del Sueño del Hospital Quirónsalud Sur explican que los estudios muestran que tanto el sueño como las vías nerviosas que captan nuestro dolor comparten esas vías y muchos tipos de neurotransmisores. Tanto la vitamina D como la dopamina, por ejemplo, desempeñan un papel común en el sueño y el dolor. Otro de los mecanismos implicados es que con la pérdida de sueño sabemos que se debilita nuestro sistema inmune y eso hace que nuestro cuerpo se vuelva más vulnerable a padecer enfermedades y a padecer dolor crónico.

Destacan también desde la unidad hospitalaria que hay otros factores sociodemográficos que influyen en la forma en la que afrontamos estas circunstancias y hace que sea variable la percepción de intensidad del dolor: «las mujeres parece que son más sensibles que los hombres a la sensación dolorosa y con más problemas de insomnio añadidos y parece que la gente joven aguanta mejor el dolor que una persona mayor».

La interpretación que hace nuestro cerebro del dolor, además, depende de varios factores: «Nuestra salud general, nuestro estado de ánimo y la causa del dolor». Si el dolor aumenta por la noche, sin duda, puede ser más dificultoso dormir bien y a la larga se produce una privación crónica de sueño, añadiendo al dolor sensación diurna de fatiga, cansancio y somnolencia por el hecho de pasar malas noches.

Los dolores pueden aumentar de noche

Los dolores pueden aumentar por la noche, incluso por la propia posición del cuerpo en la cama si es dolor osteomuscular. A su vez, además, el hecho de tener que cambiar de postura por la noche para evitar el dolor acaba provocando muchos despertares. Por ejemplo, las personas migrañosas que se acuestan con dolor de cabeza podrán tener dificultades para conciliar el sueño e incluso es frecuente que el propio dolor les puede despertar durante la noche o provocar un sueño más superficial y poco reparador.

Además, explican desde el centro hospitalario, se sabe que pacientes con dolor crónico pueden tener otras patologías del sueño superpuestas como apneas o síndrome de piernas inquietas, cuestiones que empeoran el cuadro. Incluso la medicación que puedan estar tomando para los dolores también puede interferir con el propio descanso.

El sueño y el dolor tienen una relación bidireccional y recíproca. Se sabe que las personas con dolor crónico que consiguen dormir bien tienen al día siguiente menos dolores. La ciencia nos dice que dormir bien hará que el dolor sea más controlable. De la misma manera si aprendemos a manejar el dolor, conseguiremos dormir mejor.

Dormir bien permite controlar más el dolor

Por lo tanto, el dolor altera el sueño, pero los estudios muestran que es más intenso el impacto que produce un mal sueño en el desarrollo o aumento del dolor que en sentido contrario.

Por eso, los insomnes o pacientes que duerman peor por múltiples otras circunstancias serán más propensos a desarrollar problemas de salud que tengan que ver con el dolor.

Es decir, serán más sensibles a padecer de artritis, fibromialgia y migrañas. Razón por la que, según los expertos, si conseguimos un sueño de calidad estaremos evitando padecer enfermedades que implican dolor crónico.

Sueño, dolor y salud mental

Una cuestión importante a añadir es que es frecuente que la sensación de dolor crónico cause ansiedad, estrés, e incluso depresión, de tal manera que debemos preguntar por estos síntomas añadidos, ya que necesitarán de un tratamiento adicional.

El dolor hace que muchas personas se encuentren fatigados durante el día y pueden estar menos propensos a hacer ejercicio o llevar una dieta saludable que a su vez sabemos que son importantes para tener un buen descanso. Las personas con dolor crónico pueden entrar en un círculo vicioso de dolor, insomnio, depresión o ansiedad.

¿Qué podemos hacer en estos casos desde las unidades de sueño?

Con el fin de aliviar nuestro mal sueño asociado al dolor y, por ende, a la desesperación de no dormir bien, los especialistas de la Unidad del Sueño del Hospital Quirónsalud Sur recomiendan terapia cognitivo conductual del insomnio y la terapia cognitivo conductual del dolor.

Sabemos que la sensación de dolor y la capacidad de sobrellevarlos es variable de persona a persona, hay muchos factores psicológicos que influyen en ello.

Ayuda mucho la respiración relajante y el mindfulness ayudan a manejar el dolor, ya que permiten bajar el nivel de estrés y evitan mantener el foco de manera constante sobre el dolor. «Todos los consejos que siempre damos desde las unidades de sueño sobre higiene del sueño también ayudarán a mejorar tanto el sueño como el dolor», concluyen.

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