¿Qué es la cesárea acompañada?: éstas son las pautas que debes conocer para un parto mejor
La apuesta por la humanización del parto implica unas estrictas medidas de seguridad clínica
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El parto natural suele ser una situación ideal, sin embargo, cuando es necesaria la práctica de una cesárea, se ha de procurar mantener la humanización de todo el proceso, anteponiendo el bienestar y la experiencia emocional de la madre y el bebé. Con este objetivo, el área de anestesiología del centro HLA Hospital Mediterráneo ha diseñado un protocolo de trabajo que da la posibilidad a la mujer embarazada de estar acompañada en durante la cesárea no urgente, garantizando la seguridad del proceso quirúrgico.
«Procuramos en todo momento ofrecer las condiciones adecuadas que propicien un parto respetuoso, en un ambiente cálido y amable que permita el contacto piel con piel inmediato y promueva la participación de la madre en cada etapa del nacimiento. Es un momento único e irrepetible, y queremos colaborar para que sea inolvidable», explica el doctor Manuel Borrego.
En este contexto, se enmarca el nuevo protocolo de cesárea acompañada que se ha implantado, permitirá a las mujeres que vayan a dar a luz contar con el apoyo emocional adecuado durante el proceso quirúrgico no exento de riesgos, para lo que se ha establecido un plan de trabajo generalizado que ofrezca todas las garantías de seguridad para la gestante y para el bebé.
Requisitos para este tipo de cesárea
Si la madre lo desea, un acompañante podrá permanecer durante la intervención siempre que se cumplan con ciertos requisitos como ser un parto de bajo riesgo obstétrico, tratarse de una cesárea programada y con uso de anestesia regional o que la intervención no esté motivada por un curso patológico. También hay condicionantes en relación con el bebé, el cual no debe haber presentado ningún diagnóstico ecográfico de patología y cuyo estado de gestación debe ser superior a 37 semanas.
La apuesta por la humanización del parto implica unas estrictas medidas de seguridad clínica. Como explica el especialista, «en todo momento durante la intervención, tanto el ginecólogo como el anestesista se reservan la potestad de solicitar al acompañante que abandone el quirófano si lo consideran oportuno. Además, se han definido muy bien los criterios de no acompañamiento, entre los que están: la necesidad de usar anestesia general, los embarazos múltiples, la inestabilidad tanto materna como del recién nacido, el diagnóstico de placenta previa o si el tamaño del bebé es inferior a 2kg, entre otros».
Innovadora experiencia
La matrona informará de todos los detalles del protocolo a la pareja o a la persona que acompañe a la futura mamá. «Además, la persona acompañante llevará un pijama quirúrgico y gorro, para cumplir con las condiciones de esterilidad adecuadas. Se le notificará que ante el menor signo de complicación del proceso deberá salir del quirófano y será acompañado a la sala de espera», explica Manuel Borrego.
«El acompañante entrará al quirófano una vez que a la paciente se le haya aplicado la anestesia raquídea y esté colocada en la camilla para el inicio de la intervención y podrá hablar con ella. Además, estará todo preparado para que pueda participar en el contacto piel con piel con el recién nacido tras su alumbramiento», concluye.