Psicólogo especialista en tabaquismo

Karl Fagerström: «El mito más dañino es que todos los productos con nicotina son tan malos como fumar»

"Deben establecerse normas de seguridad para que los consumidores tengan confianza en lo que contienen los productos"

tabaco nicotina
Karl Fagerström es psicólogo y especialista en tabaquismo.

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La proliferación de nuevos productos del tabaco durante la última década ha suscitado un interés creciente en los métodos de reducción de daños, que se definen como estrategias para minimizar las consecuencias negativas del consumo de tabaco, sin renunciar a sus efectos placenteros, ha destacado la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR) en el marco de una advertencia sobre los peligros de las bolsitas de nicotina, conocidas como ‘nicotine pouches’ que, a su entender, podrían ser una «nueva vía hacia la adicción al tabaco» y podrían causar «efectos adversos significativos». La entidad ha solicitado su retirada del mercado.

«El argumento sobre que los nuevos productos representan un nuevo peligro para los jóvenes sin saber hasta qué punto son realmente peligrosos suena a dogma», explica el psicólogo especialista en tabaquismo Karl Fagerström, quien plantea que recuerden la aparición en el mercado la terapia de sustitución de nicotina en los 80 o los productos de tabaco sin humo en los 90, constatando que «las pruebas científicas han demostrado que los escépticos de entonces estaban equivocados».

La industria tabacalera ha evolucionado y actualmente encontramos en el mercado, además del tabaco común, los cigarrillos libres de combustión -el electrónico (o vaper) y el tabaco calentado-… y otros productos con nicotina, como los parches, los chicles, las pastillas y las muy de moda bolsitas de nicotina, que se ponen en la encía, bajo el labio superior.

«Las pruebas demuestran que prohibir las bolsitas de nicotina sería una oportunidad perdida para alejar a millones de fumadores de los mortales cigarrillos», asevera el experto, quien justifica que «el mito más dañino de todos es la idea de que todos los productos con nicotina son tan malos como fumar».

En este sentido, explica que aunque la nicotina es lo que hace que la gente siga fumando, no es lo que mata, sino las sustancias químicas tóxicas que se desprenden al quemar el tabaco. Fagerström detalla que la nicotina desvinculada de la combustión es un fármaco seguro y eficaz que se utiliza para tratar la dependencia del tabaco y reducir los daños. ¿Qué pasaría si en vez de preparar infusión con las hojas de té nos las fumáramos?, se pregunta el experto en tabaquismo. «Es el acto de quemar el tabaco lo que libera el conjunto de sustancias químicas tóxicas que matan a millones de personas cada año», insiste.

El modelo sueco: un ejemplo a seguir

En España hay 8 millones de fumadores, sostiene Fagerström, quien pone el ejemplo de Suecia, donde el consumo de snus (producto de tabaco sin humo) ha llevado a los hombres suecos a tener las tasas más bajas de enfermedades relacionadas con el tabaco de la Unión Europea, a pesar de consumir nicotina al mismo nivel que los demás europeos.

«Como, a pesar de que no hay nada que justifique fumar ante las consecuencias que tiene este hábito en la salud, sigue habiendo un gran número de fumadores, no se justifica prohibir las bolsitas de nicotina y otros productos que no queman tabaco y proporcionan la nicotina que los fumadores desean sin todos los productos tóxicos derivados de la combustión. De hecho, los estudios han demostrado que las bolsitas de nicotina tienen un perfil de riesgo comparable al de la terapia de sustitución de nicotina», aclara el experto.

Además, más de medio millón de adolescentes siguen fumando, según los datos que baraja el experto, quien se fija en este caso en Estados Unidos y la aplicación de restricciones de edad mínima junto con una mayor aplicación de la ley contra los productos ilegales como medidas para minimizar los riesgos. Las cifras, asegura el experto, muestran que el consumo de bolsitas de nicotina entre los adolescentes americanos es muy bajo y que los niveles de consumo de cigarrillos electrónicos han descendido.

«Estamos viendo que la aparición de nuevos productos de tabaco y nicotina no está conduciendo a un mayor consumo de nicotina que en el pasado y no es una puerta de entrada al tabaquismo. La SEPAR ha sugerido prohibir las bolsitas de nicotina sin ninguna prueba sobre los efectos de estos nuevos productos más seguros que los cigarrillos para satisfacer las ansias de nicotina de los consumidores», concluye Karl Fagerström.

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