Flexibilidad metabólica en tu dieta
El metabolismo de nuestro organismo depende de muchos factores, que es necesario controlar. Aquí analizamos la flexibilidad metabólica en tu dieta. Toma nota.
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El organismo humano obtiene energía de dos fuentes: la glucosa y los lípidos. La glucosa se almacena en los músculos como glucógeno y los lípidos como tejido graso. El organismo funciona como un auto híbrido. A veces quema glucosa y a veces quema grasa, según las necesidades. Esta capacidad se denomina flexibilidad metabólica. Sin embargo, el estilo de vida actual ha impuesto una “inflexibilidad” metabólica, quemando mucha glucosa y poco o nada de grasa. ¿Quieres saber cómo recuperar la flexibilidad metabólica? ¡Sigue leyendo!
Glucólisis y lipólisis
Para entender la importancia de la flexibilidad metabólica, es necesario saber cómo funciona el procesamiento de los azúcares y las grasas. La glucólisis es el metabolismo de los azúcares, estos provienen mayormente de los hidratos de carbono. En el intestino se convierten en monosacáridos que pasan a la sangre para llevar energía a las células. Esto ocurre al comer y al hacer ejercicio intenso. La glucosa no utilizada se almacena en el hígado como glucógeno o se convierte en tejido adiposo.
Cuando se agotan las reservas de glucógeno en el hígado, aproximadamente unas 2000 calorías, se activa el modo lipólisis, lo que sucede entre las comidas o al hacer ejercicio de baja intensidad. Para utilizar las grasas el organismo las convierte en ácidos grasos que generan energía. Sin embargo, el sedentarismo y la alimentación rica en azúcares hacen que el organismo pierda su capacidad de procesar grasas y prefiera metabolizar glucosa, que le demanda menos esfuerzo.
En consecuencia, los lípidos se acumulan como tejido graso y sobrevienen el sobrepeso, la fatiga, disminución de la sensibilidad a la insulina y mayor inflexibilidad metabólica.
Cómo recuperar y mantener la flexibilidad metabólica
La flexibilidad metabólica es importante para sentirse lleno de energía, controlar el nivel de azúcar en la sangre y quemar las grasas manteniendo un peso adecuado. Para recuperar la flexibilidad metabólica es necesario reeducar las células para metabolicen más lípidos.
La mejor forma de lograr este objetivo es mediante el ejercicio. No se necesita ejercicio intenso, ya que los lípidos se queman durante el ejercicio moderado. Además, para quemar grasa se necesita más oxígeno, por lo que los ejercicios indicados son los aeróbicos.
Consejos prácticos
Analiza estas estrategias:
- Básicamente, moverse más, caminar.
- Tres sesiones de ejercicio aeróbico de 30 a 45 minutos cada uno de intensidad moderada-intensa.
- Tres sesiones de ejercicio aeróbico por semana de 30 minutos más una sesión de entrenamiento con pesas.
- Alimentación: aumenta el consumo de lípidos saludables, limita los almidones a 60 gramos diarios, aumenta el consumo de frutas y vegetales frescos.
Recupera la flexibilidad metabólica. ¡Tu salud te lo agradecerá!
Temas:
- Cuerpo humano