Cómo conseguir que la comida rápida sea más sana

Comer sano puede convertirse en toda una odisea para aquellas personas que tienen una vida muy ajetreada, que apenas pueden sentarse a la mesa o que no disponen del suficiente tiempo para cocinar. Siempre encontramos en la comida rápida o fast-food una gran alternativa, que nos permite salir de todos los apuros. En este tipo de establecimientos empiezan a vender también una alimentación más sana, con productos bajos en grasas y en calorías. Hoy te explicamos cómo conseguir que la comida rápida sea más sana, sin que repercuta en tu cuerpo.

Reclamar alimentos de calidad

Los consumidores cada día son más exigentes a la hora de comer. Ya no desean únicamente que les llenen el plato, también quieren pagar por unos alimentos de primera calidad. Las cadenas de comida rápida se han visto obligadas a modificar sus menús, apostando por aquellos que contengan ingredientes más sanos, como puede ser el brócoli, la remolacha, la lechuga, el tomate, el arroz integral o la avena.

Analizar bien las opciones de los menús

Antes de decantarse por un establecimiento de comida rápida es necesario que analicemos previamente lo que nos ofrece cada uno. Sabiendo los ingredientes resultará más sencillo comer de una manera más sana. Seguro que si te informas en las diferentes cadenas de fast food consigues enterarte del contenido de las ensaladas o los sandwiches vegetarianos.

Cuidado con las calorías de la bebida

De poco servirá cuidar la alimentación si luego escogemos una bebida con muchas calorías. Lo mejor es que nos decantemos por el té helado o el agua. Hay muchas posibilidades de acabar con enfermedades cardiovasculares o diabetes por el exceso de azúcar en la alimentación. Te recomendamos que evites tanto los batidos, como los zumos envasados o las bebidas gaseosas. Un refresco grande contiene la misma cantidad de azúcar que se recomienda a un adulto durante tres días.

Acabar con los complementos

A todo el mundo le gustan las hamburguesas con quesos, bacon y todos los complementos que se le puedan añadir, pero para rebajar la cantidad de calorías consumidas es preciso limitar estos condimentos. Suprimiremos de nuestra dieta las salsa, el tocino y los quesos grasos, sustituyéndolos por verduras, hortalizas o las ensaladas, que son perfectas como acompañamiento. También hay que prestarle una gran atención a la sal, sobre todo cuando procede de productos procesados. Una hamburguesa contiene de media unos 1.200 miligramos de sodio, cuando la recomendación diaria para una persona adulta es de 2.400.

Optar por las verduras

Hasta hace unos años la única manera de comer sano en los locales de comida rápida era solicitando ensaladas de lechuga. Hoy por suerte han ampliado la variedad de vegetales a la hora de ofrecer menús saludables. Cuentan con sandwiches y ensaladas de judías, tomate, quinoa, acuacates, etc.

Tampoco queremos que pases por alto la necesidad de reducir el tamaño de las raciones. Procura escoger las opciones más pequeñas y que tengan menos cantidad de grasa. Son algunas de las claves para conseguir una dieta equilibrada y saludable. Recuerda que en juego está tu salud.