El alcohol se relaciona con el cáncer de mama: estos son los motivos y el desconocimiento de las mujeres

Invertir en la prevención del cáncer, como se indica en el Plan Europeo 'Vencer al Cáncer', incluye concienciar sobre los riesgos para la salud

Unos comportamientos más saludables podrían evitar hasta 4 de cada 10 nuevos casos de cáncer

cáncer de mama
En la imagen se distingue una mama con cáncer.
Diego Buenosvinos
  • Diego Buenosvinos
  • Especialista en periodismo de Salud en OKDIARIO; responsable de Comunicación y Prensa en el Colegio de Enfermería de León. Antes, redactor jefe en la Crónica el Mundo de León y colaborador en Onda Cero. Distinguido con la medalla de oro de la Diputación de León por la información y dedicación a la provincia y autor de libros como 'El arte de cuidar'.

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Alrededor del 4 % de los diagnósticos de cáncer en el mundo en 2020 se atribuyeron al consumo de bebidas alcohólicas, según un nuevo informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Casi 750 000 de los casos de cáncer en el mundo en 2020 se vinculan al consumo de alcohol.

Las bebidas alcohólicas contienen etanol, que se sabe que es un carcinógeno, y hay varias formas en las que podría causar cáncer. Por ejemplo, el etanol aumenta la cantidad de estrógeno en el cuerpo, que aumenta el riesgo de cáncer de mama (seno). La descomposición del etanol en el cuerpo también crea niveles altos de acetaldehído, una sustancia química que podría dañar el ácido desoxirribonucleico (ADN) y causar cáncer de hígado, cáncer de cabeza y cuello, y cáncer de esófago.

Debido a que el riesgo de cáncer aumenta según la cantidad de etanol que se consume, todas las bebidas alcohólicas presentan un riesgo. Pero el público es menos consciente de este riesgo en comparación con otros carcinógenos.

El alcohol también puede aumentar el riesgo de cáncer de mama al dañar el ADN de las células. En comparación con las mujeres que no beben, las mujeres que consumen tres bebidas alcohólicas por semana tienen un riesgo un 15 % más alto de padecer cáncer de mama. Los expertos estiman que el riesgo de cáncer de mama aumenta otro 10 % por cada trago adicional que las mujeres toman de forma regular cada día.

Desconocimiento de las mujeres

La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha advertido de que, según un reciente estudio, sólo el 21% de las mujeres de 14 países europeos son conscientes de la relación entre el consumo de alcohol y el riesgo de desarrollar cáncer de mama; en cuanto a los hombres, solo el 10% de los encuestados conoce esta relación.

Así, para el organismo sanitario, «el escaso conocimiento de esta relación representa un obstáculo importante para la prevención del cáncer y un reto para la salud de las mujeres en toda Europa».

Este dato es «aún más preocupante» para la OMS si se tiene en cuenta que los mecanismos biológicos que relacionan el alcohol con el cáncer están bien establecidos y corroborados por décadas de pruebas en todo el mundo.

En concreto, estos mecanismos son «complejos y variados». El más importante es el metabolismo del etanol en acetaldehído, un metabolito que provoca daños en el ADN y mutaciones que pueden causar cáncer.

El cáncer de mama, disparado en Europa

El cáncer de mama representa un importante problema de salud para las mujeres de toda la Región Europea de la OMS, con más de 600.000 casos en 2022. El papel del alcohol como factor de riesgo prevenible del cáncer de mama es fundamental. Para las mujeres europeas, el cáncer de mama es el principal cáncer causado por el alcohol, representando el 66 por ciento de todos los casos de cánceres atribuibles al alcohol.

Las investigaciones indican que incluso niveles relativamente bajos de consumo de alcohol pueden contribuir al riesgo de desarrollar cáncer de mama. Más de la mitad de todos los casos de cáncer de mama atribuibles al alcohol en Europa no se deben al consumo excesivo de alcohol, y aproximadamente un tercio de los nuevos casos que se producen cada año se deben al consumo del equivalente de hasta dos copas pequeñas de vino al día.

«Los países de la Región Europea de la OMS deben proteger a sus poblaciones de los cánceres atribuibles al alcohol, ya que el plazo para alcanzar los objetivos mundiales en materia de enfermedades no transmisibles (ENT) se acerca rápidamente», recuerdan desde la organización internacional.

Los países se han comprometido a reducir la mortalidad prematura por cáncer y otras ENT en un 25% para 2025 con respecto a los niveles de 2010 mediante medidas para reforzar la respuesta de los sistemas sanitarios y abordar los factores de riesgo de las ENT, incluido el consumo de alcohol.

No ha habido cambios en el consumo de alcohol per cápita en la Unión Europea desde 2010, y los países no están en vías de alcanzar sus objetivos de ENT. Por lo tanto, hay una urgencia cada vez mayor de que los gobiernos actúen de inmediato para aplicar una política de salud pública basada en la evidencia sobre el alcohol y la legislación para reducir la carga de cánceres prevenibles como el cáncer de mama atribuible al alcohol.

Invertir en la prevención

Invertir en la prevención del cáncer, como se indica en el Plan Europeo Vencer al Cáncer, incluye concienciar sobre los riesgos para la salud asociados al consumo de alcohol, por ejemplo, mediante una mejor normativa sobre el etiquetado de las bebidas alcohólicas.

Las etiquetas de advertencia sanitaria que informan a los consumidores sobre los riesgos de cáncer son una práctica habitual en los productos del tabaco. Teniendo en cuenta que tanto el alcohol como el tabaco están clasificados como carcinógenos del grupo 1 por el Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer desde la década de 1980, parece que hay varias lecciones que aprender del control del tabaco.

«Las mujeres de toda Europa tienen derecho a conocer la relación entre el alcohol y el cáncer, especialmente el de mama, para poder tomar decisiones informadas y más saludables», recalcan desde la OMS.

Así, unos comportamientos más saludables podrían evitar hasta 4 de cada 10 nuevos casos de cáncer. Sin embargo, son necesarias la acción colectiva y el compromiso con la salud pública más allá del nivel individual para cambiar el rumbo de la incidencia del cáncer y garantizar que las generaciones futuras estén mejor informadas, más sanas y menos expuestas a los riesgos que plantea el consumo de alcohol.

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