enfermedades neurodegenerativas

Activar el azúcar oculto en el cerebro podría frenar el Alzheimer, según un estudio

El glucógeno cerebral no es un mero combustible pasivo. Está directamente implicado en la patología del Alzheimer

azúcar cerebro y alzheimer
Una figuración de un cerebro y su relación con el azúcar.
Diego Buenosvinos

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Un descubrimiento revolucionario del Instituto Buck para la Investigación del Envejecimiento podría abrir nuevas puertas en la lucha contra el Alzheimer. Investigadores han demostrado que las células cerebrales son capaces de activar una reserva «oculta» de azúcar para neutralizar proteínas tóxicas como la tau, implicadas en la progresión de esta enfermedad neurodegenerativa.

Mediante la activación de una enzima clave, llamada glucógeno fosforilasa (GlyP), los científicos lograron redirigir el azúcar almacenado en el cerebro hacia una ruta metabólica protectora, reduciendo el daño neuronal tanto en modelos animales como en células humanas. Este hallazgo, publicado en la revista Nature Metabolism, sugiere que intervenciones como el ayuno o ciertos fármacos podrían estimular este mecanismo y, con ello, proteger la memoria.

El azúcar cerebral, una fuente de energía

Hasta ahora, el glucógeno –una forma de azúcar almacenada en el cuerpo– se asociaba principalmente al hígado y los músculos. Aunque también está presente en pequeñas cantidades en el cerebro, sobre todo en células de soporte como los astrocitos, su papel en las neuronas ha sido considerado irrelevante. Este nuevo estudio desafía esa creencia.

«El glucógeno cerebral no es un mero combustible pasivo. Está directamente implicado en la patología del Alzheimer», explica el profesor Pankaj Kapahi, director del estudio.

El equipo, liderado por el Dr. Sudipta Bar, observó que las neuronas de moscas genéticamente modificadas y de pacientes humanos con Alzheimer acumulaban glucógeno de forma anómala. Sorprendentemente, la proteína tau —responsable de los ovillos neurofibrilares característicos del Alzheimer— se une a estas reservas de azúcar, bloqueando su descomposición y agravando el daño celular.

Activar la enzima GlyP reduce el daño cerebral

El verdadero avance llegó al comprobar que reactivar la enzima GlyP, responsable de degradar el glucógeno, desbloqueaba esa reserva energética atrapada. Pero en lugar de usarla como fuente de energía inmediata, las neuronas redirigieron este azúcar hacia la vía de las pentosas fosfato, una ruta bioquímica especializada en generar moléculas antioxidantes como NADPH y glutatión.

«Al aumentar la actividad de GlyP, las neuronas mejoraron su capacidad para neutralizar el estrés oxidativo, reduciendo el daño causado por la proteína tau y prolongando incluso la vida de las moscas con tauopatía», señala el Dr. Bar.

Ayuno y fármacos: «sistema de limpieza»

Uno de los aspectos más prometedores del estudio es que este mecanismo también puede activarse de forma natural. La restricción dietética, como el ayuno intermitente, aumentó los niveles de GlyP y redujo la acumulación de proteínas tóxicas en el cerebro de las moscas. Además, un compuesto experimental, el 8-Br-AMPc, reprodujo estos efectos farmacológicamente.

Esto lleva a una hipótesis intrigante: fármacos como los agonistas de GLP-1, ampliamente usados para el control del peso y la diabetes, podrían ofrecer beneficios neurológicos adicionales imitando los efectos del ayuno.

Aplicación en neuronas humanas

El equipo también replicó estos resultados en neuronas humanas derivadas de pacientes con demencia frontotemporal, donde observaron la misma acumulación de glucógeno y el efecto protector de GlyP al activarse. Este hallazgo refuerza el potencial de desarrollar terapias humanas basadas en esta ruta metabólica.

«Gracias a modelos tan simples como la mosca de la fruta hemos podido identificar una vía que ahora estamos validando en neuronas humanas», concluye Kapahi. «Es un gran paso hacia terapias metabólicas para enfermedades neurodegenerativas».

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