Vicente Gil: «Israel y el Mossad están liquidando a las ratas de Hezbolá en Líbano y me alegro»

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Israel ha llevado a cabo en Líbano y Siria la operación de Inteligencia y cyberguerra más audaz, impresionante, sofisticada y eficaz que se recuerda. La operación beeper es un antes y un después en la guerra. Una operación de película, propia del Mossad, aunque oficialmente Israel no se la ha atribuido, que ha llevado el miedo a los propios pantalones de los terroristas de Hezbolá, apoyados por Irán, que castigan el norte de Israel, con impunidad, desde El Líbano. Israel está liquidando a las ratas de Hezbolá incluso en sus madrigueras.

La explosión simultánea de 3.000 beepers o buscas portados por los terroristas en sus pantalones, chaquetas o cinturones causó el martes una docena de muertos y 2.800 heridos, 400 de ellos críticos. Las cifras son provisionales. Muchos de los terroristas han quedado mutilados en sus manos, testículos o piernas. Me alegro. Se calcula que unos 500 han quedado ciegos.

La explosión estaba programada con un pequeño retardo de varios segundos después de sonar para que se lo acercaran a la cara a leer el mensaje. Entre los heridos hay 18 altos dirigentes de la organización terrorista. Y, entre los heridos, también, el embajador de Irán en Líbano, que, por si había alguna duda de la conexión con Hezbolá, llevaba encima el mismo tipo de beeper con el que se comunicaban los terroristas.

Sólo los terroristas de Hezbolá, sus dirigentes y cómplices, como el embajador de Irán, podían llevar encima ese beeper. El número de individuos a los que les ha explotado el busca demuestra que el sur del Líbano es un nido de miles de terroristas. Con sus frecuentes ataques con misiles, aparte de las víctimas causadas, han obligado a desalojar importantes ciudades del norte de Israel.

El gobierno israelí quiere que sus ciudadanos vuelvan cuanto antes a sus casas, pero con plena seguridad. Ha movido tropas a la frontera con Líbano y ha declarado el inicio de una nueva fase de la guerra. ¿Invadirá el sur del Líbano para crear una franja de seguridad vista la inutilidad de las tropas de la ONU allí desplegadas, entre ellas las de España?

Hoy miércoles, Israel y el Mossad han dado un paso más y se han vuelto a producir nuevas explosiones en Beirut. Esta vez, en los walkie-talkies usados por los terroristas de Hezbolá. Ayer los líderes de la organización habían ordenado a los suyos deshacerse de los beepers que no hubieran explotado. Pero no contaban con la explosión de sus walkie-talkies y hasta de paneles solares en casas de terroristas. El Mossad los tiene fichados con todo detalle.

En las explosiones de este miércoles ha habido, al menos, 14 muertos y casi 500 heridos. Algunas se han producido en los funerales por los terroristas muertos de ayer.

La operación contra Hezbolá es una auténtica genialidad de Inteligencia, tecnología, análisis, precisión y ejecución. ¿Qué terrorista de Hezbolá estará, ahora mismo, tranquilo pensando que el busca, el walkie-talkie o el panel solar de su casa les puede explotar en cualquier momento?

Hezbolá se ha quedado, prácticamente, sin comunicaciones y cunde el desconcierto organizativo, por lo que cuentan desde Beirut. Y lo mejor: muchos de ellos han quedado mutilados o tuertos y ya no tendrán ni manos ni ojos para seguir ejerciendo el terror.

Por lo que sabe, el líder de Hezbolá, Hassan Nasrallah, pidió a principio de año a sus terroristas que dejaran de usar teléfonos móviles y tecnología digital para comunicarse temiendo que Israel los interceptara. La paranoia y el propio miedo de Nasrallah, visto lo que le pasó a Ismail Haniya, les ha llevado al desastre.

Nasrallah ordenó usar aquellos beepers o buscas analógicos de los años 80 y 90. Unos pequeños aparatos que se llevaban encima, en el bolsillo o en el cinturón, y que, al sonar, te enviaban, en una pequeñísima pantalla, un mensaje escrito muy sucinto y, generalmente, un número de teléfono al que llamar con urgencia.

La comunicación actual de los móviles digitales es bidireccional. Reciben y envían señal. Los beepers solo la reciben. Te obliga a ir a un teléfono a hacer una llamada. Nasrallah pensó que esto sería más seguro para los suyos y ordenó la compra de miles de aparatos.

La empresa taiwanesa que aparece en las fotos niega que sean suyos. La fabricación de los beepers -parece- nos lleva a Europa. Está claro que el Mossad interceptó la orden de Nasrallah y el envío masivo de beepers y consiguió meterles explosivos. Por lo visto, los terroristas llevaban cinco meses llevando una bomba encima.

Ayer, a la misma hora, el beeper de 5.000 terroristas en Líbano y Siria sonó a la vez. Apenas un par de segundos o tres después, lo suficiente para que se lo llevaran a la cara, explotaron simultáneamente. Nada se sabe de las cifras de muertos o heridos en Siria, más opaca informativamente.

La operación, con toda la distancia, recuerda a aquella de Sokoa contra ETA en la que España contó con la ayuda tecnológica y de Inteligencia de Israel y Estados Unidos para interceptar y poner chicharras a unos misiles comprados por la banda terrorista vasca. Su seguimiento ayudó a localizar el cuartel general de los terroristas en el sur de Francia y a que cayeran decenas de ellos, incluidos sus cabecillas. La verdad es que fue una pena, que a Pakito y no compañía no les explotaran en la cara, como a los de Hezbolá.

El impacto de la operación israelí en Líbano y Siria es brutal. Ni un solo terrorista de Hezbolá y menos sus máximos dirigentes pueden sentirse ahora mismo seguros por muy escondidos que estén.

Israel está venciendo en Gaza a los terroristas del 7 de octubre por dura que sea la batalla en el propio teatro de operaciones y ante la opinión pública nacional e internacional. Israel está machacando a Hamás en la Franja, entrando en cada una de sus madrigueras, una por una. Ya eliminó a su máximo lider Ismail Haniya y a decenas de sus lugartenientes y está mostrando la verdad de Gaza. Hamás, con miles de millones de ayudas de Occidente que tendrían que haberse destinado a los palestinos, ha convertido la Franja durante dos décadas en un centro de operaciones de guerra contra Israel, con una red de túneles kilométricos e infernales convertidos en arsenales, escondites y zulos para el secuestro y la tortura. Hamás ha usado escuelas y hospitales como parapetos, como está demostrando en cada operación que realiza en esos edificios.

Israel está desnudando en Gaza, también, a numerosas ONGs, incluida la UNRWA de la ONU, por su complicidad directa con los terroristas del 7 de octubre. Muchas de sus oficinas fueron convertidas en arsenales de armas. Empleados de UNRWA participaron en los atentados.

En Líbano, Israel está dando una verdadera lección de cómo se trata a una calaña terrorista como Hezbolá. ¿Imaginan, ahora mismo, acojonados -con perdón- en sus escondrijos a la basura de Hezbolá pensando que, de un momento a otro, pueden explotarles los calzoncillos o cualquier cosa que lleven encima?

Israel ha puesto el terror donde siempre tuvo que haber estado con la legitimidad que tiene un estado democrático: en los malos, en los terroristas. En el mal.

Igualito que aquí en España que a los terroristas los tenemos a cuerpo de rey, viviendo y cobrando de nuestros impuestos después de décadas de asesinatos, riéndose de nosotros, y decidiendo nuestras vidas como «socio preferente» del PSOE y Pedro Sánchez.

No lo descarten. Aún saldrá Sánchez y condenará la operación de Israel contra Hezbolá en Líbano.

Por cierto, ¿se dan cuenta de la tecnología brutal de Israel? Nos llevan años -luz. ¿Imaginan lo que sabe Israel de Sánchez gracias a Pegasus? ¿O Marruecos con la tecnología de Israel?

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