La tercera autoridad del Estado, en el epicentro de la trama

Si no hay responsabilidad política bastante -con independencia de futuras responsabilidades penales- para que la presidenta del Congreso, Francina Armengol, dimita de su cargo, la pregunta siguiente es obvia: ¿Entonces, cuándo? Como presidenta del Gobierno socialcomunista de Baleares, Armengol pagó de una tacada, antes de formalizar contrato alguno, 3,7 millones de euros a la empresa vinculada a Koldo García por una partida de mascarillas que resultó ser falsa, pues no cumplía con los requisitos pactados. Un informe de la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil, a instancias del Juzgado de Instrucción número 2 de la Audiencia Nacional, fija en el día 5 de mayo de 2020 la transferencia realizada por el Servicio de Salud de Baleares a la empresa vinculada a Koldo García, mano derecha del ex ministro y diputado socialista, ahora en el Grupo Mixto de la Cámara, José Luis Ábalos.
El Servicio de Salud de Baleares no formalizó la contratación para la adquisición de unas mascarillas que resultaron fraudulentas hasta tres días después, el 8 de mayo de 2020. El anuncio de adjudicación no se publicó en la Plataforma pública de Contratación del Sector Público hasta las 20.11 horas del día 12 de mayo por un importe sin impuestos de un total de 3.701.500 euros. Con los fondos recibidos del IB-Salut y de Puertos del Estado, Soluciones de Gestión realizó una transferencia a otra cuenta de la misma compañía, en este caso, el 20 de mayo de 2020.
Lo que vino después ya fue la apoteosis de la irregularidad -por ahora, vamos a dejarlo ahí-, porque en junio de ese año Armengol conoce que las mascarillas son fake y no hace nada. Tarda tres años hasta que, obligada por el hecho de tener que dejar el Gobierno balear como consecuencia del resultado de las urnas, en julio de 2023 denuncia lo ocurrido en su último día en el cargo. ¿Víctima de una estafa o colaboradora de una estafa? ¿A quién servía Armengol: a los intereses de Baleares o a los de la trama de Koldo?