El sentido de Estado de Rajoy
Mariano Rajoy cumple con su responsabilidad como presidente y plantea un paquete con tres medidas para que el incesante ritmo económico del país no se pare en seco. La Ley de Presupuestos, de Financiación Autonómica y una reforma de las pensiones y, por tanto, del Pacto de Toledo significaría sangre nueva en el sistema circulatorio de nuestro país. Una manera de impulsar la legislatura y de dar respuesta a algunas de las cuestiones más perentorias para los ciudadanos. El jefe del Ejecutivo hace lo correcto. Un bloqueo institucional sería fatal a la hora de seguir encabezando el crecimiento entre los principales países de la Unión Europea. Un crecimiento que, por otra parte, se fundamenta de manera inexcusable en la creación de trabajo. Nuestro país necesita crear medio millón de puestos de trabajo al año hasta 2020 y seguir creciendo a más del 3% para apuntalar la recuperación.
Ese es el reto que se ha puesto la ministra de Empleo, Fatima Báñez, y que por ahora se cumple gracias a su reforma laboral. Algo que, además, es fundamental para el tema del momento: las pensiones. A más trabajo, más cotizantes y, por lo tanto, es más fácil mantener el sistema. Mariano Rajoy presenta un proyecto de Estado para solidificar el presente y vislumbrar el futuro con las mayores garantías posibles de prosperidad. No obstante, para lograrlo ha de contar con la lealtad de los principales partidos constitucionales. A sabiendas de que Podemos está al margen de esa denominación, este triple plan que el presidente pretende desarrollar necesita del sentido de Estado y la responsabilidad de Partido Socialista y Ciudadanos. Albert Rivera ya ha dicho que actuarán con “generosidad”. No se espera menos de un partido al que todas las encuestas sitúan como alternativa real al propio Partido Popular.
Por su parte, sería idóneo que el PSOE abandonara la negación constante a todo lo que propone el PP y actuara con amplitud de miras. No sólo está en juego la demandada subida de las pensiones —Rajoy se ha comprometido a subir las más bajas y concentrar las ayudas en el IRPF si se cierran los Presupuestos— sino que, además, de esas cuentas públicas depende en gran medida la financiación de comunidades gobernadas por los socialistas como son Andalucía, Asturias, Castilla La Mancha o Extremadura. Sus respectivos regidores no se pueden permitir un 2018 sin una reforma de la financiación autonómica ni sin la propia financiación. Pedro Sánchez debe ser responsable con su propia formación y apoyar al Gobierno. No se trata de PP o PSOE, de él o del presidente del Ejecutivo, se trata de España, de sus pensionistas, de los empresarios y, en general, de todos los ciudadanos que aspiran a seguir asentando sus respectivas economías tras los grandes esfuerzos realizados en un pasado no muy lejano.