Sánchez, peor que la bruja Lola
Hace dos semanas -6 de abril-, el presidente del Gobierno compareció para fijar sus objetivos «conservadores» en materia de vacunación. Dibujó un escenario en el que, como primera etapa, aseguró que en la semana del 12 al 18 de abril el número de personas vacunadas con pauta completa superaría al número de contagiados. Pues bien: el augur ha errado a las primeras de cambio, porque el número de vacunados con dos dosis es inferior al número de contagiados (3.411.914 frente 3.428.354), y eso que las previsiones de Pedro Sánchez, según matizó, eran «conservadoras»; esto es, que se puso en el peor de los escenarios previstos. Y no cabe la excusa de que el fallo en el pronóstico se debió a la ausencia de vacunas, porque el viernes pasado había más de 1,3 millones de dosis sin administrar, sino que el ritmo de inmunizados de la última semana se situó en cerca 37.000 diarios. Demasiado escaso.
De modo que la comparecencia de Sánchez nace tocada del ala. Y eso, a las primeras de cambio. Si tenemos en cuenta que la meta definitiva la situaba a finales de agosto, cuando aseguró que el 70% de la población tendría ya las dos dosis completas, la primera meta volante se ha saldado con un sonoro fracaso. Sólo el 7,2% está inmunizado a día de hoy, de modo que para llegar al objetivo previsto tendrían que ser vacunadas 220.000 personas diarias con la doble dosis (incluyendo sábados y domingos). Si tenemos en cuenta que actualmente no llegan a las 40.000 diarias, el ritmo de vacunación tendría que multiplicarse por 5,5 para que el objetivo de Sánchez se hiciera realidad. Parece que el cántaro de la lechera del presidente del Gobierno socialcomunista se ha roto en pedazos en la primera etapa. Como profeta, el jefe del Ejecutivo no tiene precio. No da una a derechas. La propaganda, eso sí, se le da de perlas, aunque la realidad termine desmontando todas y cada de una de sus previsiones. Como vidente es peor que la bruja Lola.
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