El Rey no puede dar unos premios en un restaurante
Felipe VI ha vuelto a demostrar en Gerona que España tiene al mejor representante posible. A su excelente alocución sólo le ha fallado el lugar. Nadie niega que el Celler de Can Roca es uno de los templos de la gastronomía mundial. Es indiscutible que está entre los tres mejores restaurantes del mundo. Santo y seña de la mejor cocina de nuestro país. No obstante, un restaurante no debería ser nunca la sede para entregar unos premios con tanto significado institucional como los de la Fundación Princesa de Gerona. El jefe de Estado y sus personas de confianza no pueden ceder ante las amenazas y el chantaje del independentismo catalán.
Como máximo representante de nuestro país, debería haber entregado dichos premios en el Ayuntamiento de la localidad gerundense por mucho que la primera edil de Consistorio, Marta Madrenas, haya hecho una campaña que roza lo delictivo al llamar a los violentos Comités de Defensa de la República (CDR) a tomar la calle. Si el Monarca se tiene que acompañar de las Unidades de Intervención Policial (UIP), para eso están. Pero en este contexto en el que las cesiones de Pedro Sánchez han revitalizado a los golpistas catalanes, el Rey debe optar por solidificar la normalidad institucional.
Por mucho que traten de coaccionarlo o desprecien su presencia —como ha hecho el xenófobo Quim Torra y su Govern— Felipe VI tiene la legitimidad constitucional para conceder estos importantes premios desde el Ayuntamiento de Gerona. Amén de este asunto, ni las fatuas ausencias ni la kale borroka catalana de los CDR ni las bravatas de Madrenas han logrado empañar una intervención ejemplar del Monarca. El jefe de Estado ha hecho bien en reiterar que la Fundación Princesa de Gerona «permanecerá en esta tierra». Un claro mensaje a los golpistas: España es Cataluña y Cataluña es España. Felipe VI ha incidido en la categoría «abierta y plural» de la región. Una pluralidad y un apertura que con su presencia y el mandato de la ley deberían estar garantizadas frente a las veleidades golpistas.