¿Qué propone Ciudadanos?

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En el marketing político, como en el marketing comercial, una campaña exitosa es aquella que logra que el receptor empatice con el producto, que se aproxime a él. Entre ambas disciplinas, existen, lógicamente, diferencias metodológicas, pero no en los objetivos. De hecho, la historia de la publicidad está plagada de historias de éxito que han logrado identificar una marca con unos valores en positivo. Por ejemplo, Mercedes Benz que es la fiabilidad y el lujo, la épica del diseño de Apple, está la alegría de una experiencia saciante de Coca-Cola, la exclusividad de marcas de lujo como Rolls-Royce o la manera de entender la vida de Harley-Davidson. El caso es que hay muchos ejemplos de éxito y en todos ellos han logrado que el consumidor sepa casi al instante qué es lo que se quiere vender y por qué.

En el marketing político pasa algo muy parecido, pese al escaso nivel de la política española actual, es verdad que persisten marcas muy sólidas y solventes, y otras que han irrumpido con mucha fuerza en el panorama nacional. Por ejemplo, está VOX. ¿Y qué es lo que propone? Propone el cuestionamiento de las verdades oficiales y la provocación. También está el PP, éste es la gestión, la fiabilidad, el éxito económico. El PSOE, por su parte, es un poco la gobernabilidad enfocado en un proyecto social y luego está Podemos que viene a ser la ruptura con la política clásica. Pero, en este sentido, y a nivel nacional no se sabe muy bien qué es lo que propone Ciudadanos.

La formación naranja surgió como una extraordinaria fuerza en Cataluña. El partido salvó la voz a los ciudadanos, una voz que había sido antidemocráticamente acallada por unas estructuras de poder hipertrofiadas por el independentismo y también, hay que decirlo, por unos partidos nacionales que habían visto en este silencio una moneda de cambio para la gobernabilidad central. Era un producto redondo, perfecto, la suma del rojo y el amarillo proyectaban el naranja e hicieron posible lo imposible: el milagro de ganar unas elecciones al independentismo. Luego llegó el salto nacional y Ciudadanos se precipitó en una indefinición pragmática. Desnortado, ha intentado configurar su identidad sobre retales de otras marcas, pero está perdido. La desorientación ideológica de Ciudadanos se visualizó en la rueda de prensa que dio Villegas para anunciar la decisión de la dirección de Ciudadanos de no pactar ni con el PSOE ni con Pedro Sánchez.

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