El PSOE deja España como un solar ucraniano

Ni barcos, ni honra. Ni pan, ni dignidad. Ni sentido de Estado, ni limpieza democrática. Subsiste gracias a EH Bildu. El resto es música sin letra.
El jefe del Gobierno de la todavía cuarta potencia europea se arrastra ante los herederos de una banda terrorista; el jefe ejecutivo de España, a la que humilla, que coloca a los enemigos del Estado en el corazón del mismo y, obliga a su particular felpudo parlamentario, Meritxell Batet -250.000 euros, más sinecuras- a cambiar las reglas del juego a la mera conveniencia de otro poder instituido. Escríbase por corto y por derecho: los blanqueados proetarras salvan a Sánchez. Por precio, naturalmente. Probablemente, este post debería acabar aquí. Es un epitafio –que llegará más pronto que tarde- que inundará la obscena vida política de un sujeto inexportable que crea una comisión para investigar a una ministra del Gobierno, Margarita Robles, y no es capaz de decir a los contribuyentes en qué se gasta personal y familiarmente el dinero que vienen obligados a entregarle.
Ni pan. Toda esa politiquería sanchista, que estruja hasta el paroxismo principios éticos y valores básicos -no es de extrañar que sus filas sólo se mantengan disciplinadas exclusivamente por el terror– alcanza su cénit el mismo día del pasado jueves cuando consigue aprobar con Bildu sus medidas anticrisis que cualquier mediano economista sabe que son mero papel mojado, como los son los Presupuestos Generales. Ese día, según datos oficiales, es decir, del propio Sánchez, durante los tres primeros meses del año, el desempleo aumentó en 100.000 parados nuevos y la inflación anota un 8,4%, la más elevada (un mes más) de toda la Unión Europea.
Ni honra, ni barcos. Ni pan, ni dignidad. Esta es la verdad. Y la verdad es siempre la verdad.
Esta es la España de Sánchez. No es el país que les relatan en RTVE, ni en el Grupo Prisa, ni en los tabloides que viven por la gracia y dadivosidad de La Moncloa y cuyo dinero es nuestro. La foto auténtica la podrán escuchar en boca de las amas de casa, los autónomos, los parados, los jóvenes sin esperanza, los medianos y pequeños empresarios ahogados por una voracidad fiscal que aún así no puede ocultar la quiebra financiera del Estado con billón y medio de deuda pública y un déficit por cuenta corriente brutal a inasumible. ¿Los que más sufren las consecuencias de un poder inútil, corrupto y alocado? Los más pobres, los sin empleo, los pensionistas y los marginados.
¿Puede un Gobierno, que se tambalea cada vez que estornuda la muchachada de Bildu y los independentistas, sacar de la sima en la que han colocado al país? Difícilmente.
Es más, seguro que la historia reconocerá en Pedro Sánchez como aquel primer ministro que rindió el Estado por una poltrona para que la que no estaba capacitado.
PD: El PP de Feijóo ha resistido las presiones enormes que durante la última semana han tenido que soportar por parte del sanchismo. La Moncloa debe saber a esta hora que su cupo de engaños a la alternativa se acabó durante los tres años largos de Casado al frente del principal partido de la oposición. Feijóo se ha salvado, al menos en esta ocasión, del cepo.