… Pero que el CGPJ haga el suyo

Pedro Sánchez CGPJ
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Efectivamente el ministro Catalá debería haber mantenido impenetrable la órbita del Poder Judicial. Efectivamente debería haber dejado al magistrado González -autor del voto particular que pedía la absolución en la sentencia de la Manada- y al Consejo General del Poder Judicial que siguiesen su trabajo sin intromisiones. Pero, exactamente igual, el CGPJ debería haber hecho previamente su trabajo: su labor de control y gobierno de los jueces.
Un ministro de Justicia no es quien para invadir la órbita del Poder Judicial. Pero tampoco el Poder Judicial lo es para permitir que su corporativismo o inacción contaminen igualmente su necesario y obligatorio trabajo. Y las informaciones que lleva días aportando OKDIARIO apuntan a una extraña relajación en el control de la labor del magistrado González.

No es cuestión de generalizaciones injustas sobre la labor del CGPJ. Pero tampoco de ausencia plena de autocrítica ante un voto particular incomprensible a la vista de la sentencia y que, casualmente, fue emitido por un magistrado sobre el que se han abierto dos expedientes disciplinarios y sobre el que, sólo en el último año, pesan peticiones de investigación procedentes de los máximos responsables de dos organismos como un Tribunal Superior de Justicia y una Audiencia Provincial.

Y es que resulta muy difícil entender la construcción de un voto particular que pide la absolución tras reconocer la propia sentencia como hechos probados que la víctima “notó como otro de los procesados le cogía de la cadera y le bajaba los leggins y el tanga. La denunciante sintió un intenso agobio y desasosiego que le produjo estupor y le hizo adoptar una actitud de sometimiento y pasividad, determinándole a hacer lo que los procesados le decían que hiciera, manteniendo la mayor parte del tiempo los ojos cerrados”. O tras reflejar en sus líneas la misma sentencia “la imposibilidad de la denunciante de ejercer resistencia ante el temor a sufrir un daño mayor y la imposibilidad de huir del lugar”.

Y aún más difícil tras descubrir que el CGPJ, ante esas peticiones de investigación hizo oídos sordos.

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