¿Pedro ‘el breve’ o Mister Hyde?

Pedro-Sánchez
El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez. (Foto: EFE)

Menos de 24 horas después de que Pedro Sánchez anunciara que trataría de conformar Gobierno ya se le amontonan los independentistas frente a la puerta del despacho preguntando: «¿Qué hay de lo mío?». El secretario general del PSOE tiene ante sí el desafío casi imposible de llegar a ser presidente sin destrozar la unidad del país que pretende presidir. Para conseguir una cosa y la otra, la única ecuación posible es aquella en la que ha vuelto a insistir Albert Rivera: «PP, PSOE y Ciudadanos». El líder de los socialistas tiene que decidir si quiere pasar a la historia como ‘Pedro, el breve’ —junio y elecciones es un binomio casi insoslayable— o como Mister Hyde, el hombre que, sumido en su lado oscuro, entregó la viabilidad de España a los secesionistas.

La presidenta de la Junta de Andalucía, y gran fuerza del actual partido socialista, Susana Díaz, ha vuelto a advertirle que «España está por encima de los intereses del PSOE». Veremos si esta constante tutela de los barones autonómicos sirve de algo o, por el contrario, Pedro Sánchez decide actuar como un niño díscolo que no repara en medios hasta conseguir su capricho. Lo cierto es que si claudicara a la tentación del pacto con las fuerzas radicales, estaría incumpliendo, para empezar, la resolución que firmó su partido el pasado mes de diciembre en la que se comprometían a rechazar cualquier tipo de diálogo con aquellas formaciones que dañaran la unidad nacional.

Si Pedro Sánchez quiere ser riguroso con esas directrices, y con las establecidas en el último Comité Federal por los líderes regionales, debería de exigirle a Podemos que abandonara cualquier pretensión de referéndum en Cataluña. Algo que parece casi imposible por la propia tendencia del hijo pródigo de Irán y Venezuela, Pablo Iglesias, y por la hipoteca que, en forma de confluencias autonómicas, pesa sobre el partido morado. Tanto es así que su potencial ministro de plurinacionalidad, y líder de EnComúPodem en el Congreso, Xavier Doménech, ya ha avisado de que «nadie nos puede pedir un voto gratis» en clara alusión a la celebración de una consulta como condición sine qua non para prestar su apoyo.

La portavoz en la Cámara Baja de la formación proetarra EH-Bildu, Marian Beitialarrangoitia, también se ha sumado al disloque de exigencias independentistas mostrando su predisposición a pactar con Sánchez para «empezar a trabajar sobre el derecho a decidir». Con todos estos mimbres, el secretario general socialista va a tener muy difícil establecer pactos que le den el poder y, al mismo tiempo, contenten a su propio partido y, lo que es más importante, al conjunto de los españoles. A pesar de su optimista «esto empieza bien», el horizonte se le está poniendo azul oscuro, casi negro. Si prescinde de un gran pacto entre las fuerzas moderadas, su Gobierno nacerá muerto ante el piromanismo político de los independentistas y de Podemos. ¿Pedro ‘el breve’ o Mister Hyde? Él decide.

 

 

 

 

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