Nos humillan porque pueden

Sánchez PSOE

Tienen el Estado a sus pies. Sánchez y el PSOE consuman con placer su enésima humillación al Estado de derecho y a los españoles mientras se ríen a carcajadas de quienes aún compran su averiada mercancía, que son muchos y bien avenidos. Las felonías de un Gobierno absolutamente entregado a la propaganda, con alevosa dejadez sobre la gestión, encuentran su contraparte agradecida en los millones de estómagos alimentados por la dádiva en forma de subsidio e ingreso que les mantiene en silencio feliz y en constante sumisión al señor de la paga.

Los siervos de la sigla son sólo una parte importante para entender el régimen que se está construyendo, pero no la única. La alianza entre políticos sin moral y activistas sin escrúpulos acaban conformando un siniestro paisaje deformado donde la verdad es la mentira líquida y licuada de siempre. Ahí tenemos a Escolar, Nacho, esforzándose en cada intervención sectaria para definir qué es y qué no es terrorismo, con la suficiencia que le da no tener que consultar el DRAE (Diccionario de la Real Academia Española) ni lo que dicen los jueces sobre la acción condenada, como tampoco el reconocimiento que los propios terroristas hacen sobre sus actos. La campaña de Escolar, Nacho, para mantener las treinta monedas gubernamentales con las que sufragar su enésimo proyecto ruinoso pasará, sin duda, a los anales de la propaganda política y mediática.

En ese contubernio semántico, Sánchez y sus siervos de la prensa sumisa entregan la definición de terrorismo a los terroristas, como antes regalaron la de malversación a los malversadores y rindieron el término sedición para uso y disfrute de los sediciosos, consumando la defunción de todo aparato jurídico decente y de toda política honorable y sensata. Lo que sucede, conviene, reza el aforismo que Sánchez ha untado de lógica aristotélica («la única verdad es la realidad») hasta hacerlo eslogan de campaña permanente.

Y lo hacen porque pueden. Porque no hay nadie a los mandos del Gobierno con criterio y voz propia. Han creado una estrategia sin fisuras basada en el relato preventivo, esto es, la creación de contextos sociales y mediáticos que aún no han sucedido e imponerlos en el debate público para que, cuando sucedan (o se creen deliberadamente) la sociedad esté tan familiarizada con ellos como para comprarlos o rechazarlos en función de los intereses de quien los coloca. La amnistía es el mejor ejemplo de lo que digo.

Y en ese magistral dominio de la comunicación y la proyección freudiana, apuntalan la mentira para que parezca que vemos o escuchamos otra cosa. Habrá quien crea a Bolaños cuando dice que existe el terrorismo que no viola derechos humanos y correrá rápido a difundirlo entre militantes de similar capacidad léxica e intelectual. Porque lo importante es que la soldadesca de pensamiento mínimo vital no se oxide. Y no repararán en gastos ni en gestos para conseguirlo.

Coda: Cuando alguien del PP acierta, de inmediato pide perdón rectificando sobre su acierto, sometido a la máquina mediática del régimen. A la izquierda en general, y al sanchismo en particular, no conviene pedirle perdón, y aún menos, permiso. El punto de mira de González Pons sobre lo que ahora mismo representa el Tribunal Constitucional, asaltado políticamente por el PSOE, es pertinente recordarlo y denunciarlo sin cesar. Porque llegará el día en que será constitucional prohibir toda crítica al Gobierno y a su conducator y la peor autocensura será un ejercicio de libertad en comparación.

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